(EN LA GRÁFICA VEMOS A ARGENIS CON SU ÚLTIMA ESPOSA INÉS Y SU HIJO EUGENIO)
Parece que después de los tragos pierdo la cabeza y hago cosas que luego no recuerdo. Parece que me pongo a llamar por teléfono e insultar a la gente, invento lo que se me antoje, como y después culpo a los demás de haberse comido lo mío. Parece que en la borrachera vivo otro mundo, un mundo peligroso o suicida.
Ayer iba a escribir sobre Hamsun y no lo hice. Iba a decir una tontería. Que su Pan, su Hambre y Misterios habían sido mis libros de cabecera y que ahora se me caen de las manos y el llamado Hambre, que volví a leer, es una novela cursi, rayana en la sensibilería.
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Sandra me dice que yo no quiero ni me dejo querer. Ha estado ahí hablando de mí y repitiéndome eso de que no tengo fe. En tanto yo me estoy diciendo: Estoy loco entonces. Y como mi último recurso es la literatura, por la que me auto-analizo, saco El Diario de un Loco, de Gógol. Yo sé, estoy seguro que mi comprensión está ahí. O en el libro de algún suicida. ¿Por qué pienso en esto? Lo sé. Vivo dos vidas. Una lúcido y otra loco, totalmente ido. En una vida hago o imagino algo y en otra hago o imagino otros mundos. Tengo una visión por la mañana y otra por la tarde. Tengo también la visión de la noche.
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Mi papá, que no tenía ningún vicio, murió loco. Sus últimos diez años fueron de completa locura. Trabajaba sin cesar. Aun aquí, en Caracas, trabajaba con sus hierros de talabartería. Hacía maletines que no vendía. Esgarraba. Se puso tuberculoso y a raíz de sus esputos perdió la cabeza. Lo internaron en Bárbula. Se reía. Murió en el Hospital Militar pensando en mujeres y en su pasado en el llano. O tal vez en su pulpería de Santa María de Ipire o de Las Mercedes del Llano.
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Me da pena, se dijo. Me da pena aparecer ante Nora como un borracho más. Por eso me pregunto:
– ¿Usted bebe mucho, no?
– No le respondí y no podía ocultar el temblor de mis manos y las tenía arrugadas como Scott Fitzgerald antes de morirse. O como el día que murió y alguien se acercó al ataúd y sólo le miró las manos y se las vio arrugadas.
22/12/1982

















