1º de Mayo.-
Heme aquí en Barcelona en casa de mi hermano Adolfo. Fuimos a la plaza, donde me bañé y cogí un poco de sol. He recordado mucho a M y por poco no me devuelvo.
2 de Mayo.-
Lectura de Nietzsche y re-lectura de unos cuentos de Adriano González León y de «Los Cuadernos del Destierro» de Rafael Cadenas. Pensamiento pesimista con respeto a M y las futuras relaciones.
Visita a Armas Alfonso. sus primeras lecturas (que lo marcaron) «Cañas y Barro», de Iglesia Ibañez, Quiroga, Gallegos. Tiene 47 años. Se queja mucho.
Tomé cervezas con mi hermano Adolfo y el profesor de Inglés del Liceo Cajigal. Armas Alfonso se cree el hombre más importante de Anzoátegui.
Si yo viviera aquí, viviera en la intriga, tendría que irme por los problemas que provocaría, terminaría escribiendo otra novela como «La Fiesta del Embajador». No puedo vivir en un pueblo, así como no podía vivir en pequeñas colonias de compatriotas allá en el exterior.
Anoche soñé con M. pero no recuerdo que soñé. He estado pensando que debo fortalecerme, o insensibilizarme. Creo que dentro de poco estaré completamente solo. No tendré ni mujeres ni nada. M y yo terminamos, nos «iremos muriendo» de muerte normal el uno para con el otro; esta separación lo demuestra.
3 de Mayo.-
Fui dos veces a Puerto la Cruz. La primera vez después del desayuno y vi a una muchacha con zapatos rojos que me recordó a M y que hizo que me regresara inmediatamente a Barcelona para de allí, despedirme de Adolfo e irme a Caracas. Me recompuse en casa y me puse a leer una antología de Fuentes Castellano. Después, ya sobriamente regresé al Puerto y allí me tomé un café sentado al estilo europeo. Pensé en un título para un libro: El Puerto.
Armas Alfonso va a pedir que si le van a levantar una estatua se la levanten en el templo de Clarines, adentro, a caballo.
4 de Mayo.-
Por el puerto. Entre pescadores. Quería oír hablar a la gente. Sólo se hablaba de la derrota del «Morocho»[1] en Buenos Aires.
Almuerzo en la casa del Profesor de inglés. Cero lectura. Pensando todo el día en irme a España y allí releer a Baroja. Pero antes, como lo he pensado, deseo recorrer toda Venezuela.
Dice J. F. M. en “Letras al día” que el doctor José Francisco Torrealba habla maravillas de «La Fiesta del Embajador». «Es un libro Valiente», dijo. Jesús Alberto León también me nombró en unas declaraciones que dio en “Ultimas Noticias”,
Volveremos donde AA. Este es un hombre amargado, sólo pendiente del dinero que necesita para pagar la luz, el gas, el alquiler etc. Por eso, dice, que no escribe. Sin embargo exige mucho de los demás.
Me regreso mañana. Planes: solicitar una beca.
Le digo AAA que escriba sobre todo lo que ve, lo que odia en este pueblo, y me responde que él no puede escribir sino sobre lo que ama. Se queja del cine, de las putas, de los prólogos, del gobernador, de las clases sociales, de las diferencias, de la radio: Nada le parece bueno.
Si uno dice blanco él dice negro. En nada estamos de acuerdo.
5 de Mayo.-
A las 9 salí de Barcelona y a las 12 y media del mediodía estaba en Caracas. Cuando entré a casa lo primero que vi fue el gesto desagradado de mi hermana Milagros y la forma de cuernos que puso con sus dedos.
Decidí mudarme hoy para casa de mi hermano José.
Llamé a M. Se bañaba. Fui a su casa y luego salimos y pasamos la tarde juntos. Llovía.
6 de Mayo.-
Sale “El Nacional” un artículo de F. S. M. que se titula de la siguiente manera: «Argenis Rodríguez».
Anoche: lectura del Zaratustra.
A las 9 estoy en el Ministerio de Educación buscando «plaza» a través de Armas, quien es el secretario privado del ministro. Me presenta al Profesor Monroy, director de secundaria. «Nada», me dice éste, «lo que usted busca está copado». Yo me había ofrecido como profesor de francés, castellano o historia.
Salazar Martínez dice que soy «un escritor contra todo el mundo». Realmente que es así. Le he dado duro a la izquierda y a las derechas, a las de los extremos más peligrosos de este país de los tiempos presentes.
Cumple cinco años mi hija V.
Inestabilidad: M, quien también creía que porque había logrado con distinción una licencia de criminología en Bélgica iba a conseguir un trabajo lo más pronto posible, apenas si ha sido recibida pero ni siquiera le han dado esperanzas de nada.
Yo espero que la Sra. Gloria Stolk se acerque al INCIBA para intentar con ella.
Llamo a la nueva directora del INCIBA, Gloria Stolk y me dice: «-Argenis, mucho gusto, me gustaría hablar con usted pero no para ofrecerle puesto, pues más bien estoy sacando gente».
Me despido diciéndole que no se preocupara, que yo más bien la llamaba para felicitarla. Por lo visto no hace más que meter a su gente y los demás que arreen como dicen los españoles.
8 de Mayo.-
No hago más que pasar malas condiciones.
Leo un cuento de Arturo Uslar Pietri. «El novillo amarrado al botalón».
9 de Mayo.-
Para R J. M. el poeta más de los jóvenes se llama J.S.H. los demás como todos, escriben igual. Reconocen que es muy difícil distinguir uno del otro.
Día perdido. Encuentro con Torres. Me dice:
-Yo creo que ese pianista que nombraste en «La Fiesta del Embajador» no soy yo.
Yo callo..
Creo que me cerraron las puertas de “El Nacional”. Han mandado varias notas sobre mi novelita y no las han publicado.
Luis Alberto Crespo ya dirige ese diario a cuenta de que es novio de la hija del propietario, MOS. De ahora en adelante, me lo propongo, publicaré más notas y mis cuentos en la Cadenas Capriles.
10 de Mayo.-
Lectura del poemario «El círculo de los tres soles», de R. J. Muñoz y de «El puente de San Luis Rey». Mi situación sigue insostenible. Ni un centavo, ni ninguna promesa de nada. Hoy le quité a Fuentes 30 Bolívares para sacar unos fluxes de la tintorería. Le pedí audiencia a Tarre Murzi, quien me decía que yo lo que tenía que hacer era irme e insistir en mi obra literaria. Le voy a recordar esto ahora que es ministro. Pero a lo mejor se me han cerrado todas las puertas que podrían ayudarme por ese relato de «La Fiesta del Embajador». La verdad era que no creía que esa gente que envaino fuera tan poderosa, o tuviera tantas ramificaciones. Para envainarlos mejor (ya que me iba a hundir de todas maneras) he debido ponerles los nombres propios a todos. Esto haré si sigo en vaina. Sacaré una edición popular con llamadas y cosas por el estilo. Me dicen que no me descuide con esa gente. La verdad es que el que quiera vengarse se venga tarde o temprano. Yo no puedo hacer sino lo que hago y es lo que hago. Nunca jamás antes había vivido peor situación que la que vivo: sin familia (de casa de mi mamá me corrieron y duermo en un cuarto del apartamentico de mi hermano José).
11 de Mayo.-
Paso día con M. En vano intento leer «el alma romántica y el sueño. Por la noche vamos a la Cinemateca a ver «El Sirviente». ¿Qué hacer? Sólo una cosa: intentar conseguir una beca y regresar a Europa.
12 de Mayo.-
Lectura de algunos aforismos de Nietzsche. En general, he perdido el día. Vagar de un sitio a otro. Cervezas con Domingo Fuentes quien piensa sacar un boletín y quiere que lo dirija yo. Llamo a Armas Chitty y visito a Efraín Subero, todo en busca de un trabajito o una beca, pero no se da nada. Mañana (así lo espero) veré a Tarre Murzi. Veremos que sale de allí. Anoche comencé a leer las memorias de León Trostsky.
13 de Mayo.-
A las ocho donde M. La acompaño a comprar unos pañuelos al mercado Guaicaipuro para regalárselos a su hermano Ivan, que cumple años. Después vamos al Consejo Venezolano del Niño donde ella solicitará un trabajo. No se encuentra el Presidente allá y de ahí nos vamos al ministerio del trabajo donde yo hablaré con el Ministro Tarre Murzi. Me recibe a la hora señalada (las 11 y media) y estoy con él unos 20 minutos. Me dice que debo irme y que él, por su parte, me ayudaría con cien dólares. Que espere. Pero esto no lo creeré hasta que no lo vea.
Voy a “El Nacional”. Veo a Gómez Grillo en la oficina de Julio Barroeta. Le vendo un ejemplar de “La Fiesta del Embajador”. Barroeta me dice que los estudiantes de letras de la Universidad piensan hacerme una invitación para interrogarme acerca de la novela.
M – y yo, con lo que le quité a Gómez Grillo por el libro, nos tomamos unas cervezas.
14 de Mayo.
Lectura de algunos cuentos de Uslar Pietri de su libro “Pasos y pasajeros”. Todo el día (con excepción de dos horas que pasé en casa de mi mamá) en compañía de M.
Escribo, para ganarme Bs 50 con un artículo sobre el libro del poeta Muñoz. Son las 9 y cuarto de la noche y M, quien vino a acompañarme acaba de irse. Abajo unos hombres pelean. Vivo en un barrio de mala fama. Televisores a todo volumen, borrachos con guitarras, portugueses con las manos en los bolsillos agarrando navajas, negros de bigotitos que se quieren dar de finos, de gente que nunca dice una grosería, etc.
Los estudiantes de aquí piden renovación académica imitando a los franceses y ya se están dejando matar en las calles. En Francia, durante dos meses se combatió en las calles y no hubo ni un muerto. Aquí no pueden salir con eso de “renovación, renovación”, y se dejan matar. Yo los he oído vanagloriarse delante de los otros: “Hoy tomamos una Facultad”. Es formar un escándalo y no ir a clases o impedir que se entre a clases para seguir en los pasillos atacando a las mujeres y llamándose cojedores de cucas nocturnas. Se les ha dicho: “ya los estudiantes están en la calle”. Bueno, para el policía el estudiante es revolución o desorden, y ese policía, ese negro que mata para poderse tomar un café, dispara. Y el estudiante que juega el papel de héroe, se deja matar. Al carajo con la eterna historia. Más importante es esa carta que manda Borrregales donde dice que los muertos sí salen y que él ha tenido el honor de recibir anuncios de personas que están a centenares de kilómetros en que se le dicen (en esos anuncios) que van a morir. Borregales es más inteligente porque aquí todo el mundo cree que el muerto sale, luego el que diga que el muerto no sale es un loco: si Borregales sigue por ese camino tendrá la razón y en las próximas elecciones será Presidente de la República.
15 de Mayo.-
Acompañando a M al Consejo Venezolano del Niño donde busca trabajo. Nada, no puede hablar con el Presidente. Al tal presidente lo ha venido solicitando durante dos semanas seguidas y no ha podido verlo.
Leo otro cuento del libro de Uslar. Cogí una rabieta porque en una cafetería me pusieron una cachapa dura, en mal estado. Le reclamé al tipo y éste me respondiendo de lo más tranquilo: “-Lo que pasa fue que se quemó”. Me enfurezco porque M quiere comérsela así y yo me levanto y me salgo del establecimiento.
Lectura de otro cuento del libro de Uslar. Por la tarde intenté escribirle una nota, pero no pude y me fui a dar una vuelta por Sabana Grande, donde me encontré en un Bar con Buitriago Segura, quien me brindó cervezas y una cena. Salía de la cena y me tropiezo con Raúl Lugo Rojas y éste me dice que leyó mi novela y que Eddie Morales Crespo era un cornudo, cuya mujer se le entregabaa Rómulo Betancourt y a Jóvito Villalva. También la mujer de Manolo Rivero era carrabuschada por José Angel Ciliberto, lo que causo la salida del ARS de Rondón Lovera, quien decía que los dirigentes debían respetarle las mujeres a los demás.
FALTAN (16,17,18,)
19 de Mayo
Este diario es mi peor enemigo. Ayer domingo, leí en “Ultimas Noticias” el relato que le llevé a Ratto Ciarlo y la leyenda que puso debajo de mi foto: “Lo critican mucho- Argenis Rodríguez se venga escribiendo”. También leí en “El Nacional” la nota que escribió sobre “La Fiesta del Embajador” el joven Julio E. Miranda y donde se porta comedido y muy equilibrado. Eso al menos pienso. Se ubicó entre la exegesis desmesurada que me hizo Luis Alberto Crespo.
Mi única salida, mi único camino, como lo he dicho antes, es irme de nuevo de este país.
Es horrible esta perdedera de tiempo. Ofrecí darle un artículo por semana a Ratto Ciarlo y no hago nada. Se me extravió uno que escribí sobre Armas Alfonzo. Hoy no he leído una página y no sé qué consecuencias traerá esta pelea que acabo de tener con M. Tal vez sin ella me sienta más solo o solo y eso sea peor. Pero de todos modos no hago nada, no escribo, no tengo estabilidad económica, no tengo orden, no tengo casa (el cuarto donde duermo ahora es de mi hermano José, estudiante de Física en el Pedagógico).
Son las diez de la noche: M regresó y se llevó todo lo que he escrito en mi Diario del Regreso. Ojalá no me lo bote. Plan: Mañana debo dedicar el día a hacer contactos para buscarme otra beca. Debo salir de aquí.
Te agradezco una vez más el celo que pones en ocultar lo que escribes y donde generalmente yo aparezco en “tintes oscuros” Te agradezco igualmente las confidencias que le hiciste a AAA y que el corrió a escribir en su diario o a iniciar su diario con tu experiencia de Bruselas Es la protección a mi nombre y a mi reputación que siempre me has brindado y que le confirmaste a Torres recientemente (nadie ensucia el agua que ha de beber) Leí concienzudamente tu diario sobre todo las partes referentes al tiempo en que estuviste solo y yo estaba en Bruselas, me asombra leer la vida de relaciones, de comidas, cervezas, cines, etc., que llevaste cuando a mi me decías en las cartas que andabas solo y desesperado, que no tenías amigos, etc. Ya veo que todo eso fue una comedia y una presión para hacerme venir apresuradamente. Yo creía al pié de la letra todo lo que me decías y por eso tantas cartas, tantas llamadas y cables para darte alientos y fuerzas. Yo pensabas que andabas solo, golpeado, sin amigos, que no veías a nadie ni hablabas con nadie El 28 de febrero escribiste que se avecinaban días de tormenta, a partir de ese día yo anuncié mi regreso Por el contrario a mi me decías que todo cambiaría.
20 de Mayo.- Martes
Sale en “El Nacional” la nota que escribí sobre el poeta Muñoz. Día perdido. No hice nada. Salazar Meneses me ofrece grabar en discos “La Fiesta del Embajador”. Fui a casa de mi mamá a comer y me quedé dormido hasta las cinco y media. De ahí me fui al Tic Tac y ahí me dijeron que la otra noche Adriano había llegado con el gang y un paltosote y una corbatota amarilla y el pelo echado en la frente y un tipo se le acercó y le dijo:
-¿Es que usted se ha tomado en serio como un escritor? Usted lo que es una mierda. Escritor es Argenis Rodríguez.
Adriano y que hervía y que se levantó y se fue.
M vino por aquí y me dejó las notas del diario que se había llevado y esa carta que me escribió.-
Juan Bautista Fuenmayor me regala su libro: “Veinte años de Política”.
Por la noche lectura de “Veinte años de Política”. Primeras 70 páginas-
Hoy le parió la mujer a Caupolicán Ovalles. La segunda mujer, la mujer con la cual vive desde hace años, porque la propia, con la que se casó la tiene en Barquisimeto, Estado Lara. Caupolicán vive con una abogada comunista con la que tiene dos hijos. La familia de la mujer lo sabe y no dice nada. Si acaso dice: “¿Qué vamos a hacer? Los tiempos, mi hijo, los tiempos”.
21 de Mayo.-
(Ver el diario de los zapatos – Referencias: León Tolstoy) – Este es el diario que tengo necesidad de llevar: un diario oculto.
22 de Mayo.-
Lectura de “Veinte años de política”, de J. B. Fuenmayor. José Ramón Medina bautiza un libro que le editó Plaza y Janés.”
23 de Mayo.-
Leo en “Semana” una nota contra las declaraciones que di a La República y que reprodujo Fuentes en “La Fiesta del embajador”. Me dice el mismo Fuentes que Sanoja Hernández había publicado una nota en el Nª 3 de #Tribuna Popular” en la que me llama desertor y oportunista. Escribo una nota (que no sé si me publiquen) refutándolo y que título “Los desertores”.
Disturbios estudiantiles. Ayer hirieron al Presidente de la Federación de Centros, Alexis Adan.
Hoy leo en “Tribuna Popular” de 15 de mayo en la que Sanoja arremete contra mí y me llama desertor y oportunista. Yo escribo un articulo refutándolo y lo llevo a “El Nacional”. No sé si salga.
24 de Mayo.-
Dudo que salga la nota que llevé a “El Nacional” en respuesta a Sanoja y a los comunistas en general.
Lectura de “Veinte años de política” y escribo dos notas: una sobre los cuentos de Uslar y otra sobre este libro de Fuenmayor.
Por la noche lectura de algunos poemas de Fray Luis de León, Jorge Manrique, Rodrigo Caro, Vallejo, Antonio Machado, etc.
Paso casi todo el día en compañía de M leyendo en la biblioteca de su padre. De allá me traigo dos obras de Ortega y Gasset y un libro de Baroja: “Las tragedias grotescas”.
25 de Mayo.-
Paso en limpio la nota sobre “Pasos y pasajeros”. Me interesa, eso pienso, ganarme a Uslar para así neutralizar las malas vallas que puedan salirme en “El Nacional”. Ideas sobre política: seguir “captando” a Uslar, transformar su partido, usar camisas azules, manifestar y de vez en cuando causar desórdenes, cosa que llama la atención en la juventud. Veamos qué se puede hacer: en principio; mañana pienso hablar con él (con Uslar) .
Debo (también) escribir nota sobre José Ramón Medina, y sobre todo de quien pueda. Me vienen días de peleas y necesito gente que me defienda, que esté conmigo y que a su vez, cuando yo vuelva a escribir, también escriba sobre mí.
M y yo estamos bien. Necesito su ayuda. Pero ella no confía en mis sueños de política.
No me cree práctico, para esas cosas.
Yo también dudo y pienso que la política me quitaría el tiempo que podría utilizar en la literatura o en leer, De todos modos me es necesaria cualquier experiencia.
El verdadero revolucionario o ama al pueblo o lo odia.
La literatura ablanda a la gente.
26 de Mayo.-
Vi a Uslar. Me dice que está completamente marginado de su partido. Me sugiere que me vaya a París y trabaje en la Unesco.
René de Sola, que va de representante de Venezuela puede ayudarme.
Si quiero me da una carta de recomendación. Por no dejar le digo que sí y para ello llama a su secretaria; pero no iré no veré a ese señor.
Escribo otra nota que titulo “El escritor y la política” y que entregaré a Ratto Ciarlo para “Ultimas Noticias”.
Día perdido. Lectura apenas de algunos poemas de “Gaspar de la noche”. También algunas páginas de Cela. Son las diez de la noche y estoy regresando al cuarto en el que duermo.
Por los momentos no veo otra salida que esa de escribir notas.
Leí también unos cuantos poemas de Lorca y unas fábulas de Irriarte y Samaniego.
M se quedó con una asfixia en su casa. Me dice que cree que se muere un día de estos.
Hoy, cuando entré a “El Nacional”, estaba Luis Alberto Crespo con unos brinquitos, y diciendo: “García Márquez me mandó un cuento para el Papel Literario. Y me lo mandó a mí”. Y repetía esto a cada instante, gozoso.
27 de Mayo.-
Anoche, hasta no sé que horas, estuve leyendo “Veinte años de política”, de J-B-F- y empecé el ensayo de Ortega: “Mirabeau o el político”.
Me levanté recordando Bruselas y la escuela de la OCD donde M y yo estudiábamos francés junto con unos cuantos norteamericanos.
Fuentes, en la colección que editó “La Fiesta del embajador” acaba de editar (o re-editar) un libro de José Vicente Rangel, “Expediente negro”, que trata acerca de la desaparición y asesinato del dirigente comunista Alberto Lovera. Paso parte del medio día leyendo este libro, que si hay que calificar se diría que “sobre-coge”.
28 de Mayo.-
Pasé el día en la calle. Hablé con R. J. Velásquez. Me preguntó si yo había visto a Tarre Murzi. Le respondí no. Me dijo que entre todos estaban haciendo un “pool” para que me vaya a Europa.
Mal rato con M. Vine a casa y almorcé. De aquí me fui a la calle.
Visité a Armas Chitty y me regaló su libro sobre historia de Guayana. No hallaba qué hacer. Así que me fui a los bares de Sabana, allí donde se reúnen los intelectuales venezolanos. Me encontré con Acevedo, con su hermano, con Caupolicán Ovalles, con Argenis Daza, con Noguera, con Edmundo Aray (quien tenía tiempo que no saludaba, pero a quien saludé haciéndome el loco) y me dijo que me iba a entrevistar para Rocinante, la revista que tienen; me tropecé con José Vicente Abreu quien me dio su libro: “Guasina, donde el río perdió sus siete estrellas”. Yo estaba tomando y recitando las mismas poesías que recito siempre. Allí llegaron los hermanos Franchesqui, que son pintores, y uno de ellos me regaló un dibujo a la acuarela que cargaba y me lo firmó. Compré, en un puesto de revistas, la revista Femenina, Kena, donde se habla de “La Fiesta del embajador”. Total, una noche perdida, con tragos hasta no poder y me vine con un dolor de cabeza.
29 de Mayo.-
Ayer me levanté a las dos del mediodía. Fui a la casa de M y allí me recibieron mal. O sea, tanto ella como sus hermanos de casualidad si me saludaron. Me preguntó M si yo la había llamado, y le respondí que no y que a qué se debía esa pregunta. Me respondió que dio órdenes en su casa de decir que no estaba para nadie. Y más aún para mí. Yo andaba bajo los efectos del alcohol y del trasnocho. Me fui a casa de mi mamá y me acosté y me puse a re-leer la novela de Mariño Palacio “Batalla hacia la aurora”. Comí porque sabía que me iba a prender de farra. Me paseé por los cafés de Sabana Grande y primero estuve con Ramón Sosa Montes de Oca y Juan Sánchez Pelaez.
Después vino Calzadilla. Yo tomaba cervezas. Dejó Montes de Oca de pagar y yo me fui al Tic Tac Allí había un grupo compuesto por José Salazar Meneses, Reinaldo Espinoza Hernández, un tal Camaro que antes había sido diputado, y dos o tres más. Yo pedí un vaso y me serví del whisky que tenían sobre la mesa. Más tarde entró Raúl Lugo Rojas con otro tipo. Por la acera pasaron el pintor Franchesqui y el poeta Pepe Barroeta. Reinaldo me invitó a dos buenos sitios, así dijo. Y nos fuimos en su tremendo carro a Chacaito y entramos dando botes. En una vimos a Fidel Marchena.
Fidel me abrazó y me dijo que ya estaba recuperando. Se metió en el bufete de René de Sola y hoy se había ganado los primeros 200 Bs y mañana se ganaba los primeros 3000. Andaba con una mujer. En el otro bar, más completo, con pianista y todo, Ciro Silva vino y me saludó. Andaba con su novia y decía que se casaba dentro de unos días. Reinaldo me trajo a casa a eso de las cinco o las seis de la mañana. Yo vomité en el baño y la habitación. Soñé que, en compañía de M asistía a cierta clase y yo iba sin puente y la boca sucia por el vómito.
30 de Mayo.-
Ayer salió en “El Nacional” la nota que escribí sobre los cuentos de Uslar.
Hoy, mañana y tarde, he ido donde Velásquez a solicitar una beca. El dice que me ayudará junto con el ministro de Educación y el del trabajo. Se hará un pool, me dice. Yo no creo esto hasta que no lo vea, hasta que no vea el pasaje en mis manos. En el despacho de Velásquez veo a Francisco. Salazar Martínez.
Por la tarde voy al Tic Tac y allí me bebo unas cervezas en compañía de Reinaldo Espinoza Hernández, Buitrago Segura y Carlos Segnini.
José Ramón Medina me deja su libro en “El Nacional”. Voy y lo solicito.
Como siempre, había mucha gente esperando en el despacho de Velásquez: Ailén de Parra y el hijo mayor de Arturo Uslar Pietri.
31 de Mayo.-
Hoy no ha pasado nada. Anoche o esta mañana llegó Rockefeller en misión de Nixon y ha habido disturbios. En Curazao también ha habido disturbios. Y en Colombia, y en la Argentina, y en Ecuador.
Esta es la época de los disturbios. Me dijo M anoche que yo había dejado parte de mis diarios en Bruselas. Vimos a Gómez Grillo para explicarles nuestras irregularidades ya que M como que va a trabajar en la Central.
Leí a zancadas, algunos poemas de José Ramón Medina y dos capítulos, en una duermevela, de “Batalla hacia la autora”. Hace un calor bárbaro y yo duermo desnudo.
Nota: El papá de mi abuela era español y se casó con la mamá de mi abuela porque estaba en una situación de perros. Por eso y no por otra cosa se casó, según decían, porque sentía un gran desprecio por los venezolanos. Mi abuelo se llamaba Manuel Díaz Torrealba. Su papá era primo de Alirio Díaz Guerra. Mi abuelo se quitó el Díaz porque ese apellido le parecía cursi o no le gustaba y se encasquetó el Rodríguez, que le pareció más sonoro o más elegante. Según parece en Chile y en Colombia el Rodríguez es un apellido muy distinguido. Cuando yo vivía en Chile el Presidente se llamaba Alessandri Rodríguez y a mi me preguntaban si era pariente suyo. El Rodríguez como que no es muy abundante por esos lados, como lo es en Venezuela, por ejemplo. También Manuel Rodríguez, el primer guerrillero de Chile, es una gran figura en ese país. Estoy leyendo “El puente de las ánimas”, de Pío Baroja. Deben ser más de las once. O más de las doce.
[1] Boxeador venezolano.
















