La moda como medio mercantilista también en la literatura. Creando los grandes consorcios editoriales en América Latina el estilo de los Best Seller. Lo cual revela a la vez la falsedad de ciertos escritores. Al menos la falsedad de los que se han dejado agrupar en este movimiento dirigido por unos cuantos comerciantes. Porque esta literatura latinoamericana que se nos vende ahora no es la mejor del continente. Es una sub-literatura, simple copia de otras literaturas extranjeras impuesta desde hace años, tal cual como en las bebidas nos han metido la coca cola, por ejemplo.
Veamos: “La Casa Verde” de Mario Vargas Llosa es ni más ni menos que una copa de “Absalón Absalón” de Faulkner. En “La Casa Verde” un hombre llega a una región y levanta una casa de prostitutas que llama la atención de todo el mundo. Pero eso es lo que pasa con el coronel Sutpen, quien llega con una cantidad de negros cautivos y levanta una casa que se torna misteriosa para los habitantes del condado. Se siente la copia de la obra de Faulkner por parte de Mario Vargas Llosa. Y ni en el lenguaje ni en la técnica tampoco escapa Vargas Llosa a la pura y simple imitación que se presenta en “Absalón Abaslón”. ¿Es eso literatura latinoamericana? No, eso es moda que se nos vende. Una moda impuesta en otras latitudes hace ya por lo menos cincuenta años.
Lo mismo hizo el tan mentado don Gabriel García Márquez con “Cien años de soledad”, su libro de mayor éxito; revivió esa novela de Faulkner, aunque García Márquez no se copio ni la forma ni la técnica pero sí el lenguaje y uno que otro personaje, el de más renombre en el libro: REMEDIOS LA BELLA. Remedios La Bella es una fiel copia de la mujer de Sutpen a quien (decía Faulkner) parecía cargar en torno un gran halo de mariposas. ¿Coincidencias?
De García Márquez, lo mejor es “El coronel no tiene quien le escriba” y “La mala hora”, porque en “La hojarasca” también García Márquez se copia al Faulkner de “Mientras agonizo”…
















