ARGENIS RODRÍGUEZ… YO, EL ÚNICO RESPONSABLE
Digo algo bien trillado:
- El éxito tiene muchos padres, pero la derrota es huérfana.
Todos me señalan como único culpable de los que pasó en los sesenta. Yo soy el culpable de las guerrillas y el culpable del fin de los partidos de izquierda. ¿Era yo un hombre poderoso? Por la forma como me tratan en los libros me veo a mí mismo como a un Napoleón o un Bolívar.
En 1961 se crearon las guerrillas en contra del gobierno de Betancourt. Yo estuve allí y que aquello era un suicidio. Más adelante publiqué un libro y la gente me llamó derrotista. Con ese libro le ahorré una cantidad de muertos a Venezuela. Y evité que el Partido Comunista siguiera cometiendo atrocidades. Per no. Pompeyo Márquez estaba emperrado con su idea y gritaba en Clarín y en publicaciones clandestinas: LA GUERRA SERÁ LARGA. ¿RECTIFICAR QUÉ? Y la gente seguía matándose inocentemente. Los estudiantes que eran la vanguardia y los únicos que peleaban, tenían que enfrentarse al ejército y a todos los partidos políticos. No hubo nadie que se opusiera a aquella masacre, a aquel suicidio. Rectificar era una traición, eso decían los “revolucionarios”. Se estaba luchando nada más y nada menos que contra los campesinos, los obreros, la clase media y el resto. Los “revolucionarios” no tuvieron coraje para hablar, para escribir, para dar un paso atrás. No, había que inmolarse. Y lo que vino fue una aplastante derrota, una claudicación completa, una desbandada y al final una posición cómoda. El señor Pompeyo Márquez fundó un partido más liberal, más de derechas que el Partido Comunista y se convirtió en un senador pacífico… había que leer aquellos artículos que él publicaba en Clarín y que nunca censuró. No, el señor Márquez esperó el olvido, el tiempo que todo lo borra. Teodoro Petkoff que me metió en una banda de asaltantes, ya no fue más a Cuba, va a los Estados Unidos. ¡Cómo se ve que las cosas cambian! Para el señor Petkoff no hay autocríticas sino el dejar pasar. Y así los que están empeñados en escribir la historia, no señalan a los responsables, sino al que consideran débil, y me acusan a mí. Yo soy el responsable por haber escrito que las guerrillas, a los seis meses de haber sido fundada contaban apenas con una escopeta con dos tiros (y uno se perdió porque se lo metió en la cabeza accidentalmente el joven Negrette); había cinco fusiles para cuarenta y ocho hombres; había un chinchorro que yo llevé y un revolver con seis tiros. ¡Con eso le íbamos a hacer frente a todo un sistema! Me mando Juan Vicente Cabezas (Comandante Pablo) a buscar unas armas, una comida y un dinero y me aguantaron un mes en la ciudad (yo tenía que regresar dos días después a la base). De aquellas guerrillas desertaba la gente con toda la razón. Allí desertó hasta el único campesino que nos acompañaba. Pero se continúo engañando a Fidel, a los teóricos de la universidad y al pueblo todo. Se hablaba de zonas liberadas, etc. ¿Con qué objeto?, con el de engañar a los colaboradores de fuera. Italia mandó a Beltramini con un millón de bolívares y Beltramini cayó como un idiota…

















