1.- Me sucede que me duermo, sueño y en seguida me despierto.
2.- Nunca o casi nunca he dormido sin una mujer al lado. Y cuando duermo solo sueño que tengo a la propia y me despierto y me pongo a buscarla por toda la casa.
3.- He estado casado tres veces y en más de siete oportunidades he convivido con mujeres como si fueran otras tantas esposas.
4.- Para mí el matrimonio es un ideal.
5.- Para mí la vida sin una mujer es una tragedia. Sin una mujer apenas si leo y escribo.
6.- Pero conseguir una mujer sensible en Venezuela es una tarea imposible.
7.- Las más de las veces me casé obligado por el deseo (la carne es débil) y la compañía.
8.- Ah, pero siempre estuve fracasando. No encontraba sensibilidad, sentimientos, nada, ni eso que llaman espíritu, que a estas alturas me parece una imbecilidad.
9.- Mi última esposa (no mi última mujer) me quería transformar en una máquina de hacer dinero.
10.- Y ya intuida esa cosa, me retiraba asqueado, considerándome un desgraciado por haber nacido escritor, poeta, pensador, lector de viejos libros y docto en materias semejantes.
11.- Mi vida ha sido un festín, pero un festín de la soledad y la desilusión.
12.- Mi última esposa (con la que me casé sin amar sino porque me hacía falta una secretaria) me decía que trabajara para ella.
– ¿No te gustaría un carrito así? – y señalaba un LTD último modelo.
– ¿No quieres una casita en Caracas, otra en el mar y otra en el campo? ¡Ay, qué feliz me harías!.
13.- ¡Y yo que me la había llevado pensando que me iba a ayudar en mi obra! ¡Una Juanita para un Reverón!

















