Eduardo Orta Hernández
Una evaluación muy concreta de las características económicas, sociales y política del país y ver cómo la gestión gubernamental de los partidos que estuvieron en el poder profundizaron los desequilibrios y problemas que se evidenciaron. Un análisis dentro de una perspectiva de totalidad aunque breve.
Primero: Deterioro, represión y dependencia. Ausencia o deplorable servicios públicos entre los que contamos falta de agua, aseo urbano, ausencia de servicios de cloacas en amplios sectores de la población, ausencia de apoyo y material didácticos en las escuelas, amplísima jóvenes sin oportunidades de estudios, cada periodo lluvioso crecían el número de damnificados, aumento de la inseguridad, alza constante de los precios (inflación), deficientes servicio hospitalario, carencia de insumos médicos, la población trabajadora sin poder ser atendida en asistencia de salud, inmenso déficit de vivienda que condenaba a amplio sectores de la población vivir hacinados en ranchos. Indiferencia de los gobiernos y grosera manipulación de los partidos del orden imperante regalando latas de zinc a cambio de votos, represión, detenciones y persecución de la disidencia, tortura, asesinatos y desapariciones de la dirigencia política opositora, profundizacion de la dependencia externa, fuerte penetración de capitales trasnacionales imperialistas que se apoderan y dominan la economía nacional fortaleciendo el subdesarrollo y lesionado la soberanía e independencia del país, consolidación de una cultura neocolonial expresadas en la conocida «cultura del petróleo» y la avasallante transculturización, ingentes manifestaciones estudiantiles, confrontación de estos ante la política negadora del derecho al estudio, huelgas de los obreros por el derecho a la sindicalización y de reivindicaciones más sentida, como lo son la reducción de la jornada laboral, el aumento de salarios y la protección de la salud y apoyo a los estudios de los hijos de los trabajadores. Son los aspectos más relevantes de la década estudiada, lo cual se extendió a las siguientes hasta llegar el día del Caracazo y posteriormente el surgimiento de la alternativa representada por Hugo Chávez Frías.
Segundo: Concentración monopólica de los capitales en reducidos grupos económicos, así se evidencia en el aumento de capital de los cuatro principales grupos económicos, que entre 1969 y 1977 aumentaron de 4.831 a 21.141 millones de bolívares, monopolio financiero que lleva a la ruina al resto de la población. El aumento del capital entre los mencionados años (conforme a lo expresado por Domingo Alberto Rangel en el libro La Pipa Rota) para el grupo Vollmer se incrementó de 3.448 a 12.438; para el grupo Mendoza se incrementó de 1.200 a 8.000; para el grupo Neuman de 100 a 403 y para el grupo Domínguez de 83 a 300 todos expresados en millones de bolívares.
Tercero: Dependencia económica externa. La penetración cada vez mayor de los capitales extranjeros en los distintos sectores de la economía nacional trajo como consecuencia una fuerte descapitalización por la fuga de capitales.
La inversión extranjera en 1957 acumuló la cifra de 677 millones de bolívares, aumentando en 1968 a la cifra de 26.457 millones de bolívares, y las ganancias obtenidas sobrepasaron la cantidad de 150 mil millones de bolívares dentro de un espacio donde el causante de la plusvalía (el trabajador) sufre penalidades y se incrementa la pobreza, la burguesía se apropia de las ganancias producidas por la clase obrera.
Cuarto: Venezuela un país importador de productos alimenticios, crisis y quiebra de la agricultura. Agudización del abandono del campo y desasistencia al campesino.
De un país que cubría con sus productos gran parte de sus necesidades alimenticias se convirtió en un país importador, la población para poder comer dependía del suministro alimenticio extranjero, llegando a importar hasta 70 kilos de cada cien que requería el consumo de la nación.
Quinto: Marginación creciente de grandes grupos humanos a los que el sistema político económico condenaba a vivir en la miseria, llegando el desempleo al 12 por ciento de la población económica activa.
Sexto: Desasistencia a la población infantil que acusaba una alta tasa de mortalidad de treinta por cada mil nacidos, con agravante de la desnutrición y su subalimentación, ausencia de guarderías infantiles en las empresas que ocupaban mano de obra femenina.
Séptimo: Impulso criminal de la política de liberación de precios afectando los salarios y perdiendo su poder adquisitivo, dentro de una realidad de desabastecimiento.
Octavo: Gobierno que bajo la tutela de Fedecamas creaban los mecanismos jurídicos legales negadores de elementales derechos de los trabajadores, como el derecho a huelga y a la contratación colectiva, impulsando una política represiva contra el movimiento obrero.
Gobiernos y partidos con un solo fin: sirve de sostenedores del sistema capitalista y de plataforma para la entrega de los recursos naturales al capital imperialista internacional.
Dentro de ese escenario político- económico hay la presencia de unos partidos de izquierda desunidos y dispersos, carente de programa común, con una cultura caudillezca y autoritaria que no logran vincularse real y efectivamente con el pueblo, que no aglutina, en torno a un proyecto político liberador y transformador a los trabajadores que enfrente al gran capital en la construcción de una verdadera democracia social.
Una izquierda incapaz de liderizar las protestas y centralizar el descontento del pueblo, elevando su politización y su organización en la búsqueda de «asaltar el cielo».
Polvorín. Explosión de ideas insumisas. Un combate por la vida.