(EN LA GRÁFICA: CUATRO HERMANOS RODRÍGUEZ, DE IZQUIERDA A DERECHA: FRANCISCO, ADOLFO, FELIPE Y JOSÉ…)
AUTOR Y COMPILADOR: Pedro Pablo Pereira
7 -6 -1988: Redacto una carta a Ramón J. Velásquez: «Aquí le envío un artículo sobre su libro “El paso de los héroes”, que apareció en el diario “Frontera”, el 4 de junio. El otro artículo que había preparado, algo más extenso, el cual le envié una copia, es algo duro, y como no estamos para vernos tal cual somos, probablemente no sea publicable en nuestros periódicos y revistas. He aquí la nota sobre su libro:
«Mi opinión es que su libro sobre Antonio Paredes no puede terminarse de leer sin sentir estremecimiento por tantas injusticias. No pude sobreponerme a decir cosas de un modo más suave, guardando las reglas de ese decir que acaba por devaluar las más sanas intenciones. Una de las razones por las cuales estamos tan pobres de seso y de valor es ese recato y ese cuidado o miedo que nos coloca al borde permanente de una complicidad criminal con los delitos y desvergüenzas más atroces. Como decía Bolívar, en este momento, la prudencia es temeridad. Aquí nadie quiere asumir riesgos porque pierde la clientela y la protección melosa de los poderosos. Esta actitud nos ha llevado a un estado de mengua total en las palabras y los sentimientos.”
«Mediante la presente quisiera invitarle a Mérida para el mes de julio. Reunirnos en la Facultad de Ciencias, para que usted le dirija la palabra a un grupo de profesores y estudiantes que quieren oírle. En el mismo sentido estoy escribiendo al doctor Virgilio Tosta. Ojalá podamos lograr este encuentro. Escríbame para fijar una fecha que a usted le convenga…»
24 -4 -1989: Al parecer, sólo Corín Tellado es capaz de escribir «buenos» libros, que dejan plenamente satisfecho a todas las castas sociales. Eso parece. El señor Gabriel García Márquez está recibiendo en estos momentos cañonazos desde distintos ángulos, porque cometió la pendejada de no preguntarle a ciertos intelectuales colombianos y venezolanos cómo debía hacer su libro “El general en su laberinto”. La verdad es que nosotros los venezolanos no hemos podido hacer un sólo libro sobre Bolívar que valga la pena. ¿No sé por qué ese señor José Ignacio Cabrujas, quién tanto se ha molestado por este último libro del mejor escritor latinoamericano no escribe algo sobre el Libertador que valga la pena y por tanto supere a la última obra de genial colombiano. Por cierto, cosa extraña, este señor Cabrujas que se las da de izquierdista, “TIME” le ha recogido con bastante atención sus críticas a García Márquez. Esto me huele raro. ¿Pero quién en realidad podrá levantar a un «muerto» como Bolívar, del suelo, del subsuelo más hondo que quepa imaginar, un “muerto” destrozado y escarnecido durante más de un siglo por una banda de fariseos y canallas intelectuales? Un «muerto» por lo demás tan despedazado, estirado y deformado, que no puede encontrarse en ningún lugar porque es un escándalo de acusaciones contra este país de partidos cobardes y miserables. Para el tal Cabrujas, seguramente no vale la pena ocuparse de una personalidad tan ultrajada como la de Bolívar.
2 -3 -1990: Para la presentación de mi libro TOQUE DE QUEJA (Vida de Francisco de Paula Santander), Ediciones Centauro de José Agustín Catalá, había quedado en venir desde Caracas, el doctor Ramón J. Velázquez, Gerardo Guerrero Lobo (jefe de Protocolo de Miraflores) y Rafael Ramón Castellanos (encargado de publicaciones de Miraflores y dueño de la Gran Pulpería del Libro Venezolano). Definitivamente ninguno de ellos vendrá. Mi libro parece peligroso para las buenas relaciones con Colombia, y así me lo ha hecho saber Gerardo Guerrero Lobo. Definitivamente en este mundo para ser aceptado en la sociedad uno debe ser lo que se dice un tipo muy comedido con lo que dice y con lo que escribe. Por eso yo no encajo en ningún grupo político, ni puedo ser recomendado para ningún cargo público, ni nadie que aspire a prosperar en el terreno político me puede tener por amigo porque puedo chocar con los intereses de cualquier personaje encumbrado y con decisiones de poder. Y a la vez, esos mismos personajes me necesitan para que hable de frente y duro sobre las verdades que hay que decir en el terreno de la historia y de la propia política, porque en definitiva muy pocos o nadie se atreve a asumir este papel.
7 -3 -1990: Gerardo Guerrero Lobo me ha llamado desde Caracas para decirme que vendrá a Mérida para la presentación de “Toque de Queja” Rafael Ramón Castellanos, y que él presentará mi libro, en la Librería Universitaria de Mérida. Que ya puedo contar con eso. Considero que esto es improbable por la sencilla razón de que Rafael Ramón tuvo un alto cargo en la Embajada de Venezuela en Colombia. Me digo qué de malo puede tener mi libro, o acaso en Colombia todavía gobiernan Santander, José María Obando y José Hilario López. Esto es algo verdaderamente insólito.
9 -3 -1990: Me vuelve a llamar Guerrero Lobo y me dice que el doctor Ramón J. Velázquez le aconsejó a Rafael Ramón Castellanos que no presentara mi libro, porque era un asunto muy delicado en las actuales y armoniosas relaciones de Venezuela con el Estado colombiano, pero que Rafael Ramón Castellanos enviará unas palabras para que sean leídas el día de la presentación del libro. Hay que ver el inmenso poder que todavía tiene Colombia sobre Venezuela, que hasta para presentar un libro sobre la historia de la Nueva Granada, nuestros gobernantes tiene que pensárselo tanto. Sin embargo, en Colombia se escriben horrores contra Bolívar y nuestros gobiernos no dicen nada.