Horacio Duque
Esta en pleno apogeo la siniestra guerra contra las drogas en la versión neofascista de Trump y su supremacismo racial y clasista, esta vez utilizada para atacar a la republica bolivariana de Venezuela y asaltar sus riquezas mineras y sus recursos naturales e imponer una dictadura neonazi en la patria de Bolivar.
Por cuarta vez el Comando sur gringo atacó y asesinó a integrantes de una pequeña embarcación, aplicando la pena de muerte sin formula de juicio. Es lo que ha anunciado el jefe de guerra de Washington, el genocida de Hegseth.
Se trata del cuarto ataque de la campaña antinarcóticos como pretexto del gobierno de Donald Trump contra supuesto narcotraficantes en el mar Caribe.
El ejército estadounidense asesino a mansalva a cuatro hombres que estaban a bordo de una embarcación en aguas internacionales cerca de Venezuela, anuncio el Pete Hegseth. Este fue el primer ataque de este tipo desde que el gobierno de Donald Trump indicó al Congreso que Estados Unidos estaba inmerso en un «conflicto armado» formal con los cárteles latinoamericanos (recojo acá el reporte de este hecho en el New York Times en español del 4 de octubre Ver https://www.nytimes.com/es/2025/10/03/espanol/estados-unidos/usa-ataque-venezuela.html )
En una publicación en redes sociales, la porquería de Hegseth acusó a los fallecidos de haber estado traficando narcóticos, sin ofrecer pruebas. También afirmó que estaban «afiliados» a uno de los cárteles y bandas que el gobierno de Trump ha designado como organizaciones terroristas extranjeras, sin especificar a cual.
Este fue el cuarto ataque del que se tiene conocimiento que el ejército estadounidense lleva a cabo contra embarcaciones en el mar Caribe desde el 2 de septiembre. En total, estos asesinos han quitado la vida a 21 personas que, según afirma, traficaban drogas, como si se tratara de soldados enemigos en una zona de guerra y no sospechosos de un delito, que debe ser juzgado después de su captura Ver https://www.nytimes.com/es/2025/10/03/espanol/estados-unidos/usa-ataque-venezuela.html ).
Sin el mayor asomo de vergüenza este Hegseth largo la lengua para afirmar que:
«Nuestra inteligencia, sin lugar a dudas, confirmó que esta embarcación traficaba con narcóticos, que las personas que iban a bordo eran narcoterroristas y que operaban en una ruta de tránsito conocida del narcotráfico»
Hegseth, igual que en los anuncios anteriores del gobierno de Trump sobre este tipo de ataques el mes pasado, publicó un video montado con IA de vigilancia aérea breve en el que se veía una lancha rápida en el mar, que luego explota. Dijo que había dirigido el ataque por orden del presidente Trump, ni falta hace que lo diga este gorila.
No hubo muchos detalles más. Hegseth dijo que el ataque se realizó «justo frente a la costa de Venezuela», pero en aguas internacionales, y no identificó las nacionalidades de las personas fallecidas.
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, ha denunciado los ataques. Maduro dijo que un ataque anterior había sido un «crimen alevoso» y un «ataque militar contra civiles que no estaban en guerra ni amenazaban militarmente a ningún país». Dijo que si Estados Unidos creía que los pasajeros del barco eran narcotraficantes, debían haber sido detenidos.
Es ilegal que el ejército mate de manera deliberada a civiles —incluso a presuntos delincuentes— que no participen directamente en las hostilidades. El gobierno de Trump comunicó esta semana al Congreso que había «determinado» que Estados Unidos estaba implicado en un conflicto armado con los cárteles que su gobierno había designado como grupos terroristas, y que las personas que tripulaban embarcaciones sospechosas de traficar drogas para dichos grupos no eran civiles, sino «combatientes ilegales».
La legitimidad de la idea de que Trump puede considerar el tráfico de un producto peligroso como el tipo de hostilidad o ataque armado que puede desencadenar un estado de conflicto armado —y con él, el derecho a utilizar la fuerza militar letal sin infringir las leyes sobre el asesinato— ha sido refutada con mucha contundencia por una serie de expertos abogados en las leyes que rigen el uso de la fuerza.
Entre esos detractores se encuentran oficiales retirados que anteriormente asesoraban al ejército sobre cuándo podía utilizar la fuerza. En particular, Hegseth ha expresado su aversión por los llamados abogados JAG, en referencia al Cuerpo del Juez Abogado General, y despidió a los abogados de más alto rango. Así es la catadura de estos fascistas a los que los derechos Humanos les importa una bledo.
Trump ha estado utilizando al ejército de formas que no siguen las normas, incluido el despliegue de soldados bajo control federal a las calles de ciudades como Los Ángeles, Washington, y ha dicho que lo ampliará a Chicago, Portland y Memphis. Esta semana, Hegseth obligó a altos mandos militares estadounidenses de todo el mundo a viajar para asistir a los discursos que dieron él y Trump, y el presidente sugirió utilizar soldados en ciudades estadounidenses como «campos de entrenamiento» para futuras guerras. Se trata de su propia guerra civil que intentan tapara con esta fragata asesina del Caribe bajo control del Comando sur (ver https://www.nytimes.com/es/2025/10/03/espanol/estados-unidos/usa-ataque-venezuela.html ).
El uso que Trump y Hegseth hicieron del ejército para matar sumariamente a presuntos narcotraficantes en el mar Caribe es otro ejemplo. La Guardia Costera estadounidense, asistida por la Armada, se ha enfrentado durante mucho tiempo al narcotráfico interceptando embarcaciones y, si las sospechas de contrabando resultaban fundadas, confiscando su carga y deteniendo a sus tripulaciones para procesarlas.
Pero a finales de julio, Trump firmó una orden aún secreta con la que ordenaba al Pentágono empezar a utilizar la fuerza militar contra los grupos delictivos latinoamericanos que su gobierno ha calificado de terroristas. Desde agosto, el ejército estadounidense ha incrementado sus fuerzas navales en el sur del mar Caribe.
El 2 de septiembre pasado, en el primer uso de esa autoridad, fuerzas de Operaciones Especiales atacaron una embarcación que, según dijo Trump, traficaba drogas y transportaba a 11 miembros del Tren de Aragua, una banda venezolana que su gobierno ha designado como grupo terrorista. En un informe al Congreso, Trump justificó el ataque como una cuestión de defensa propia contra los narcotraficantes.
Las dudas sobre lo que ocurrió con ese ataque persisten. No está claro por qué había tantas personas a bordo de la embarcación, lo que hace sospechar que algunas de ellas podrían haber sido migrantes en lugar de miembros de la tripulación. Personas que tuvieron acceso a un video más largo de la operación que el publicado por el gobierno dicen que la embarcación había dado la vuelta antes del ataque militar estadounidense, aparentemente asustada por un avión, y que fue atacada reiteradamente antes de hundirse.
En un segundo ataque a una embarcación, el 15 de septiembre, murieron tres venezolanos, dijo Trump, sin especificar el grupo al que podrían pertenecer. En su notificación al Congreso en la que declaraba que Estados Unidos está ahora en un «conflicto armado no internacional» con cárteles de la droga designados como organizaciones terroristas, también calificó a las tres personas que fallecieron en ese ataque de «combatientes ilegales».
En un tercer ataque, el 19 de septiembre, también murieron tres personas, dijo Trump, esta vez sin especificar nacionalidad ni grupo.
El ejército ha elaborado una propuesta para ampliar potencialmente la campaña a ataques dentro del territorio venezolano, según funcionarios actuales y anteriores, pero no está claro si Trump ha tomado una decisión al respecto. Además, varios de sus principales ayudantes han estado presionando para que se utilice la fuerza militar para destituir al presidente de Venezuela, Nicolás Maduro.
Maduro fue imputado por el Departamento de Justicia estadounidense por cargos de narcotráfico y corrupción en el primer mandato de Trump, y Estados Unidos, durante periodos presidenciales de ambos partidos, lo ha acusado de robar las elecciones para la presidencia de 2024 en Venezuela. El gobierno de Trump lo ha calificado de ilegítimo y ha duplicado la recompensa por su captura.
Presidente Petro cuestiona estos crímenes imperialistas de Trump.
Recojo acá los pronunciamientos del presidente Gustavo Petro en los que condena esta tanda de masacres contra humildes pescadores y migrantes en la Cuenca del Caribe en el marco de la agresión contra Venezuela.
«Está operación que hacen ustedes: estadounidenses, la hacemos a diario los colombianos pero sin misiles.
«Incautamos centenares de toneladas de cocaína, mucho más que lo que hacen las naves de guerra estadounidenses, sin matar a nadie.
«No señor secretario de guerra, los jóvenes que van en esas lanchas no son narcoterroristas, son jóvenes pobres de las islas del caribe tratando de sobrevivir económicamente.
«Al bombardearlos con misiles como en Gaza, ustedes asesinan es al pueblo caribeño.
«Esa narrativa de mostrar a los latinoamericanos como el enemigo envenenador del pueblo norteamericano se la inventó antes en la historia: Goebbels, para legitimar la invasión a Polonia.
«Ustedes lo que quieren es el petróleo de Venezuela y de Guyana, eso es todo.
«Los narcoterroristas no andan en lanchas rápidas por el caribe, ellos viven en el lujo, y el lujo se encuentra en algunas ciudades del mundo, no propiamente en latinoamérica.
«Nosotros somos los campeones mundiales de incautación de cocaína, los superamos a ustedes y no usamos misiles. Solo se necesitan lanchas más rápidas y helicópteros y se interceptan sin matar a nadie.
«Ese uso de misiles antieconómico y asesino tiene otro objetivo. Quieren amedrentarnos para quedarse con el petróleo gratis.
«América va desde la Alaska hasta la Patagonia, ustedes y nosotros somos americanos y amamos la libertad.
«No existen pueblos que envenenan a otros pueblos, los delitos no se colectivizan, esa era precisamente la base de la jurisprudencia nazi contra los judíos.
«Los latinoamericanos no somos pueblos brutos, somos una civilización que tiene en uno de sus ancestros, 30.000 años de antigüedad en América. Lo invito a que mire el gran Chiribiquete, en la amazonía colombiana: una capilla sixtina con lienzos en piedra por kilómetros.
«Señor secretario de guerra, nuestros ancestros tienen 30.000 años de antigüedad en América, 300 siglos, el apellido Trump apenas tiene un siglo en este continente.
«El embrujo ideológico nazi simplemente no lo aceptamos, porque eso no es ideología sino crímen: el peor de todos: el crímen desde el poder.
«Yo si quiero una América grande y poderosa. Pero esa América va desde Alaska hasta la Patagonia, no la divida con violencia, podemos encontrarnos.
«Nosotros tenemos una mayor riqueza que el petróleo y el gas, la energía omnicida que usa el capitalismo tiene que terminar y nosotros sabemos cómo
«Somos ricos en la potencialidad de las energías limpias
«El potencial de energías limpias en américa del sur es de 1.400 gigas al año, ustedes demandan 1200 gigas al año, podemos juntos superar la crisis climática y detener el colapso.
«Si se quitan los embrujos de extremistas y fundamentalistas de la derecha, y se dedican a leer ciencia, sabrán que tenemos, trabajando juntos, la solución.
«Alejen su sociedad de la decadencia, América libre puede ser muy poderosa y vanguardia de la humanidad sin someterla. Es el diálogo entre civilizaciones lo que sigue, vienen nuevos tiempos. Ustedes saben que la humanidad está saliendo a las calles a defender la Vida
«Secretario, el mayor veneno es el fentanilo, la droga de la muerte, y lamentablemente es una droga de diseño industrial que se hace en su propio país y se consume en su país. No tiren misiles en el Caribe para ocultar el verdadero veneno que es el fentanilo, y que fue medicina legal en su país. Fentanol y ketamina no son productos de los pueblos, sino de la industria del capital. Ahí está el veneno que puede matar millones de estadounidenses.
«Yo propuse una política de la vida, y las juventudes diversas de los EEUU, tienen el derecho de vivir. Unámonos en la vida no en la muerte
