Mi palabra
“Cuanta más falsedad destruyamos
más espacio habrá para la verdad”
Robert G. Ingersoll
Por: Narciso Torrealba
Una humilde mujer, muy católica, su vida es parte de la iglesia, no deja de asistir a la misa todos los domingos, ni siquiera, cuando amanece lloviendo, costumbre heredada de su fallecida madre. Este lunes se me acercó con un saludo muy sincero lleno de un profundo cariño, el cual acompañaba con una sonrisa, que la hacía ver muy graciosa, pero al instante pasó a lo que en verdad venía, no sin antes dar muestras de seriedad y sinceridad por demás gratificante, porque viene de una mujer sumamente religiosa y de paso nacida y criada en un hogar de adecos, pero muy consciente del momento que vive Venezuela, por las amenazas del Trump y por eso descargó una gran verdad en contra de la “galardonada” con el premio Nobel de la paz y el cardenal Baltazar Porras, una expresión muy bien pensada políticamente: “Estos señores son los propios judas” y no es para menos, estos personajes se han convertido en unos fieles representantes de un mandatario parecido al propio diablo, como es Donald Trump.
Estos voceros incondicionales del imperialismo a donde llegan se desparraman hablando, porque andan poseídos por el odio y la vanidad y para variar, siguen pensando, como algunas organizaciones políticas, en la caída o salida del presidente Nicolás Maduro, como si estuviera en la vuelta de la esquina. La canonización del Dr. José Gregorio Hernández y la madre Carmen Rendiles, les alborotó una pesadilla muy grande, ya que, el historial del médico de los pobres, se agiganta con el tiempo por haberse alistado en las filas de la patria, para defenderla en los intentos de invasión, cuando el gobierno de Cipriano Castro, quien incitó con una proclama a los verdaderos patriotas a defenderla: “¡La planta insolente del extranjero ha profanado el sagrado suelo de la patria¡” Esto para el Porras, es un motivo de risas, ya que, se ha dedicado al saboteo sumándose a cualquier intento de golpe de estado. Por su parte la inhabilitada María Corina, no ha donado ni siquiera un estetoscopio –como lo señalara el padre Numa– mientras la madre Carmen Rendiles, concedió su casa de Caracas, herencia de su padre, donde crearon un colegio para la educación de niñas de escasos recursos económicos.
Estos personajes son totalmente opuestos, en cuanto al sentido de patria se refiere. Es poca la vergüenza demostrada, incluso en actos, como el realizado el domingo 19 en el Vaticano, cuando el papa león XIV se encargó de canonizar a dos luchadores religiosos sembrados en la consciencia de una Venezuela, amenazada por el enfurecido y peligroso gobierno de los Estados Unidos, comandado por el imitador de Hitler –Trump– y en cada toma de decisiones, es para ofender y tratar de humillar al que no aprueba sus infinidades de barbaridades y aberraciones, como los ataques a pequeñas lanchas de pescadores, con la única acusación de ser traficantes, pero sin ninguna prueba veraz; solamente imponiendo la ley del más fuerte, producto de los años utilizando la violencia para saquear pueblos, en la mayoría de los casos en inferioridad de condiciones, desde el punto de vista militar, pero les han respondido con la dignidad y amor de patria
Lo del cardenal Baltazar Porras, es la propia deformación de la CEV y su pasado es muy gris al lado de algunos de esos representantes, que ya, se despidieron de este mundo, con tantos pecados y sería interesante saber dónde han sido recibidos, después de haber utilizado las sotanas, como escudos para hacerle daño a la verdad y las buenas costumbres de un pueblo noble y trabajador, como el venezolano. El cardenal, que no canta, sino mentiras y cuando algunas son verdades, no habla de su responsabilidad en dichos problemas. Fue un participante directo en el golpe de estado del 2002, contra el comandante Chávez, y en ese entonces presidia la CEV y antes la frustración por el fracaso, no le ha quedado otra, sino seguir adelante al lado de lo más rancio de la oposición y de los mandatarios estadounidenses, que nunca se han acercado a un recinto religioso, pero para Porras, eso no es lo más importante, porque él es un político disfrazado de religioso.
Por su parte, la inhabilitada tiene un prontuario llamativo, empezando por pedir la invasión a gritos y son tantas las páginas acusándola de traidora, que ahora parece una justificación para darle un premio por demás devaluado en los últimos años por los “héroes” seleccionados para dicho premio, con solamente nombrar: a Henry Kissinger; Barack Obama el del pasito tun tun; Juan Manuel Santos, el mismo que se dedicó a seguirle la corriente al mandatario de turno en los Estados Unidos y por eso salió de la presidencia con otro Nobel de la paz; con eso podemos justificar la aberración del comité noruego, cuando lanzó la “bomba”, que sorprendió a mucha gente y a la misma premiada, el cual echo un grito al cielo, como cualquier jugador, cuando se saca un gordo de la lotería. Hay o no razón, para que muchos enfermos de odio, igual que ellos piensen de canonizar a estos personajes, quienes siguen escarbando en el basurero cualquier argumento para justificar la salida de presidente Maduro. Por mi parte los dos deberían estar en el baúl de los recuerdos por no decir otra palabra, por traidores a la patria.
POR ESO, HOY MÁS QUE NUNCA ¡LEALES SIEMPRE, TRAIDORES NUNCA!