Autor: Eduardo Orta Hernández
En la Venezuela del siglo XVIII y XIX, incluso en las primeras décadas del siglo XX, la actividad económica se fundamentaba en la actividad agrícola en mucho más de un 50 por ciento del valor y volumen de las exportaciones.
Con el auge de la explotación minera, Venezuela pasa de ser un país monoexportador agrícola a monoexportador minero (petróleo y hierro), produciéndose la quiebra del sector agrícola si que haya una verdadera y absoluta recuperación en cuanto a soberanía agroalimentaria. Fuimos condenados, por gobiernos entreguistas e hipotecados a ser proveedor de recursos energéticos del mercado norteamericano fundamentalmente.
La producción agrícola se caracteriza a partir de la quinta década del siglo XX por una permanente crisis productiva que se evidencia por:
- Por el bajo producto agrícola.
- Decreciente producción de renglones básicos para la dieta alimenticia del pueblo.
- Crecientes importaciones de rubros alimenticios.
- Uso o explotación económica de actividades distintas al agrícola sobre espacio (sueños) de primera calidad.
De acuerdo a las investigaciones de Michel Alberto y Luis Ugalde, en “La agricultura en la economía venezolana para el año de 1925 del total del producto territorial bruto (PTB), el producto agrícola (PA) constituía un 36 por ciento, lo que evidencia la relevancia de la actividad agrícola en nuestro país, preponderancia que fue disminuyendo a una irrisoria producción hasta colocarse el producto agrícola, en 1975, en un irrisorio 6,7 por ciento del total del Producto Territorial Bruto.
En cuanto al comercio exterior de productos agrícolas, en el año de 1937, este le era ventajosa al país, ya que nuestras exportaciones agrícolas fueron de 59 millones de bolívares, importando solo 8,3 millones de bolívares; situación favorable para nuestra economía que varió, ya que en 1975 exportamos la cantidad de 400,9 Millones de bolívares, en tanto que, importamos la astronómica cantidad 3.368 millones de bolívares. Evidente lazos de dependencia del comercio exterior para abastecer el mercado interno.
Tamaño desastre agrícola se constituye en un problema de significación nacional al verificarse el marcado y abrumador decrecimiento de la producción de rubros básicos para el consumo humano, como el caso de la producción de caraotas que disminuyó su producción en 7.477 millones de toneladas métricas; al igual que el apio que se dejó de producir 20.896 millones de toneladas métricas; el frijol disminuyó su producción en 6.836 millones de toneladas métricas y ocumo se dejaron de producir 77.236 millones de toneladas métricas. Todo ocurrió en el corto periodo de once años, entre 1967 y 1978. Igual aconteció con otros renglones agrícolas conforme a datos de la fuente del informe económico del Banco Central de Venezuela (BCV).
La intencional y planificada crisis agrícola repercutió en una permanente insuficiencia de abastecimiento interno de renglones agrícolas alimenticios, conforme a las estadísticas de los informes económicos del BCV, para el año de 1977, EL DÉFICIT en la producción de:
- granos leguminosos (arveja, caraota, frijol y quinchoncho) fue de 69,9 por ciento.
- Oleaginosas fue de 76 por ciento.
- Arroz fue de 1O,1 por ciento
- Sorgo fue de 66,4 por ciento
- Leche, conservados y derivados fue de 28,3 por ciento.
- Maíz 46,6 por ciento
La producción total nacional era incapaz de abastecer las necesidades alimenticias de la población que ocupaba el territorio venezolano, insuficiencia productiva que llevó a Venezuela a “resolver” el abastecimiento interno mediante una cuestionable política de importación de rubros agrícolas para poder abastecer las exigencias alimenticias del mercado interno. Se evidencia en los informes económicos del BCV sobre las importaciones de Corpomercadeo.
Las importaciones para el consumo de alimentos para el año de 1971 se ubicaron en un 46 por ciento, para 1977 había ascendido a un 65,8 por ciento y para 1980 alcanzó la cifra de 80 por ciento.
Es evidente que del consumo total de alimentos que consumía la población del país para 1980, eran abastecidos por el mercado internacional 80 kilos por cada 100 kilos, es decir que Venezuela únicamente producía 20 kilos del total de las exigencias alimenticias de la población. Evidente la reflexión pedagógica del Maestro Ramón Tovar, en Perspectiva Geográfica de Venezuela, cuando expresó “De un país que cubría con sus productos agrícolas gran parte de sus necesidades alimenticias, hemos caído en un país importador de tales productos… ‘Economía de importación’ que vulnera nuestra soberanía, pone en peligro nuestra seguridad colectiva y nos entrega a manos del lucro forastero”
“Economía de importación” evidencia la situación agrícola con claridad: EL PAÍS DEPENDE PARA SU ALIMENTACIÓN DEL SUMINISTRO EXTRANJERO, constituyendo una actividad lucrativa para los monopolios transnacionales y para la burguesía importadora- distribuidora., así tenemos que las importaciones agrícolas para 1968 fueron de 826,8 millones y diez años después, en 1978 alcanzaron a la suma de 5.378,7 millones de bolívares (Información del Diario El Nacional 3/8/1980. ponencia de Fedeagro). A el pasar de los años se profundiza nuestra dependencia del extranjero en materia de abastecimiento agrícola.
El Estado venezolano gobernado por la “democracia puntofijista”, en vez de corregir optó por la política de importaciones y abandono del campo al punto que en 1980 se sembraron 100.000 hectárea menos que en 1979 que equivalía al 5 por ciento de la superficie cultivada (información del Semanario el Nuevo Venezolano, 13/6/1980).
Los gobiernos del pacto de punto fijo fueron incapaces de detener el avance y crisis del desastre agrícola. ¡¡No era su propósito ni objetivo!! constituyendo un verdadero problema con carácter de EMERGENCIA NACIONAL, no obstante de “haberse invertido a los 17 años de haberse promulgada la reforma agraria alrededor de 35 millones de bolívares” (Revista Ideológica 1977). Millonaria inversión orientada a impulsar el “desarrollo” capitalista y fortalecer la burguesía agraria, lo que se evidencia al analizar los sujetos beneficiados, así tenemos “que los pequeños y medianos agricultores solo recibieron 8 millones de bolívares de 1.162 millones de bolívares del total de los créditos concedidos. (Diario El Nacional 21/8/1978).
La inyección de grandes sumas de dinero dado por el Estado Venezolano no hizo posible que el sector agrícola interno fuese capaz de responder la demanda alimenticia de la población sin tener que recurrir a sucesivas importaciones, la dependencia y subordinación agrícola se fortaleció al paso del tiempo, sin que logré satisfacer la demanda interna ni ha reducido la dependencia extranjera como factor de suministro de alimentos.
Polvorín. Explosión insumisa de ideas
Un combate por la vida.

















