Por: Cruz Berbin Salazar
Ésta Ciber-Crónica está dedicada, -¡de cabo a rabo!-, a un colega fuera de serie, compañero de ruta ideológica: El Entrañable Ñángara «Pájaro» (de alto vuelo nuboso) Natividad Bruzual, que, segurito estoy, debe andar espantando a los pobres adecos de El Cielo con su verbo -¡Jajaja!- flamígero y contundente. Fallecido prematuramente. No alcanzó a ver La Trayectoria Fulgurante de El Comandante Sabanetero.
De estar vivo, seguro estoy, como que me voy a morir, de que NO se hubiera puesto «deslindante», comiquito, refistolero, reculador, culipandioso, neciamente «criticoso», como muchos tristes y lánguidos colegas, ex-ñángaras, que se pusieron con cincuenta mil ñoñerías sosas para justificar El Salto de Talanquera Vergonzante. El Circense Brinqueteo con que se volvieron tristemente adecos.
Hoy son muchísimo más
adecos que los mismos adecos. Vieron La Luz Blanca y se cayeron del
caballo -¡Mejor dicho El Burro!, porque no merecen noble montura por
fariseos.
Vieron la blanca luz adeca, vuelvo y digo, como El Tipo
Bíblico Aquel, que iba camino de Damasco y un impactante rayo de fé lo
tumbó, lo arrancó de cuajo, de su montura.
Camino iba de La Exótica Damasco.
Éstos
ex-izquierdistas metidos a adecos, iban, camino de La Morrocoya o de La
Toscana hacia Los Mogotes de El Furrial, cuando El Blanquísimo
Sombrerito de El Negro Call, Totem Adeco de Monagas, los dejó virulos,
cegatos, chuecos y pati-temblecos. De un solo ¡coññññazo!, se fueron por
el sendero de La Casa del Partido, arreados por El Celéberrimo
Espantajo Analfabeto del Mudo Portero de La Casa del Partido de La
Bolívar. Allá fueron a menear sus colitas los ex-izquierdistas colegas.
Pero, en su docta opinión, los que debemos andar con pena y tristosos,
somo nosotros, los ñángaras de hoy y siempre.
¡Qué de cosas … ¿No?!
No merecen, pues, ni la ruta a Damasco ni la montura de alazán o noble corcel.
Varios burros y burras bastan y sobran.
Al
pasitrotero paso de sus orejudas monturas, cuando transitaron por los
mogotes, y yerbajos resecos de El Furrial, alborotaron las gallinas
pirocas (sancochíferas) de Zoilo Abel Rodríguez.
Zoilo No les pudo saludar, con el palomear de su blanco pañuelo, pues lo visitaba La ADECA profesora Rosol Botelo.
Los
dos, la Poetiza ADECA Rosol Botelo y El ADECO empedernido Zoilo Abel
improvisaban, a dos manos, cadáveres exquisitos y unos amplificados e
inescrutables «jaikúses»:
«Gallinas/
Piroquear de alas turbadoras/
Baten la brisa furrialera/
las alpargatas chapotean los pozos pletóricos de güsarapos/
¡Juásss, Juáss, juáss!/
¡Machete y casabe a locha!/
Murió cochino».
Pleno
mediodía. Canícula y resplandor cegante y adormecedor. Los burros
aplastaban la hojarasca con sus rudos cascos, meneaban rítmicamente sus
polícromas guruperas y lanzaban estruendosas ventosidades pestíferas que
espantaban a los piquijuyes y los coleópteros cigarronudos. Y el Sol
monaguense, achicharraba las güarataras y los sapos chinagüas de Beltrán
Trujillo Centeno. Un horripilante y bullangoso berrido profirieron, al
unísono, los cachilapos realengos de Miguel Mendoza Barreto, El Bardo
Caballeroso y Lánguido de Caicara.
Y la prosa tórnaseme bucólicamente, pastorilmente, criollísticamente necia y güebeta, Doctor Celso Medina.
Zoilo Abel Rodríguez es hoy, -La Virgen de Viboral me lo proteja y lo envuelva con su sacro y purpurado manto: Ideólogo Adeco Ad hoc, Consejero Hablachento, Solícito y Jaleti Office Boy, Güatanero Intelectual, Cachifo Enciclopédico y Escribano de El Negro Guillermo Call, La sin Par y Jacarandosa Sandrita Alfaro, El Sesudo Negro Genaro Brión (al cual hay que agarrarle un pichón porque tanto talento no puede perderse, así, a cuenta de oreja de cochino) y El Abrillantado e Intelectualmente Flamígero y Chispeante Chisporrotudo Luis Eduardo «El Burro» Martínez.
¡Qué glamour, que fineza, que derroche de bellezura!
Provoca
escribirles Un Canto de Gesta, Un Verso de Orfebre y de Alicaídos
Serafines al «Burro» Luis Eduardo Martínez, y a su esposa, La
Encantadora Lariza, La Reina del Tracatrá.
¡Caracha, negro, me faltan las metáforas, los símiles y las sinalefas embellecedoras para tan Magna Ocasión!
Auxilio
discursivo pídoles, encarecidamente, de rodillas si les da la gana, a
El Filósofo Transdisciplinario y Multisápido, con chocolate dulcito y
lluvia de maní: El Excelso Gaspar Marcano y a Sonia -«La Alondra
Cantora»- Jiménez.
¿Qué es lo que está pa’ sopa, Omar Hurtado y Roberto Malaver, que por predios capitalinos moran y pernoctan?
«Porque Caracas es Caracas y lo demás es monte, culebra, burras huidizas y gallinas pirocas», Zoilo Abel.
Por
estos días he leído, con mucho esfuerzo intelectual de mi pobre y
limitadita totora, La Última Antología Ensayística de Gaspar Marcano que
titula, en inglés, lengua del Imperio, como debe ser:
«Old and Crippled Dog, Barks Lying» («Perro Viejo y Patuleco Late Echado»).
Gaspar
Marcano, dedica, -deuda intelectual de por medio-, sus medulosos
ensayos, a su mentora literaria y Post-Trans-Multi Postmoderna y
Algebráica, Hamsel of the Hill (es decir: Anselma de Gil, para que medio
entiendan los que ¡pobrecitos! no dominan la parla de Shakespeare)
Tiene
inédito Gaspar Marcano Un Cartapacio de Reflexiones Fantasmales,
Lapidarias y Ultratúmbicas, cuyo título tentatvo es, en inglés, ¡of
course, motherfucker, faggot, moron, piece of shit!:
«Oh, Gee: Don’t
You Dare to Throw me Water Because I Am Plenty Wet Already» (en parla
vernácula: «No Me Eches Agua, -¡Caramba!-, Porque Vengo Remojao»)
Tiene en proyecto un volumen de relatos de ontanar ontológico en honor a su ya lejana niñez en El Maco, Margarita:
«When The Things Are True, The Donkey Pass In Front of The Door» («Cuando Las Cosas Son Ciertas, Pasa El Burro Por La Puerta»).
Va a ser prologado por El Ontólogo Cartesiano, Doctor -Ataparado y Caja de Ace-, Toñito Vivas Santana.
Todos los antedicho nombrados supra, si se descuidan los muerde Un Peluchito Feroz que anda por ahí.
Volvamos al Tolstoyano Patriarca Zoilo Abel y su luenga y Blanca Barba Adeca.
Rodeado
de sus archifamosas Gallinas Pirocas ve desgajarse los calendarios, Las
Uvas del Tiempo y las horas menguadas de Los Ñángaras «Coñu’e
Madrosos», mientras escribe versos henchidos de berridos líricos donde
se figura un Lobo Estepario sin Estepas. Porque le bastan, -¡para
transmutarse en lobo hirsuto y esclónsero achiflatado!-, Los Mogotes y
Cuevas de El Furrial.
Y hete aquí que -¡también!- ¿faltaba más?
Zoilo Abel Rodríguez le arrima algodón, con su pluma «vestida de garza
blanca», le arrima, llevo dicho, algodón pal boche al Procero, Enjuto,
Hirsuto y Benemérito Doctor Morillo Robles.
Por allí los vi -¡Qué
par de jollitas diantinas inocentonas, Gaspar Marcano!-, los vi en una
foto, en el Facebook de Zoilo Abel, al Tal Zoilo Abel Rodríguez (ZAR),
«entorgallado y apapachadito» con Morillo Robles.
Los dos ponen sus miradas señeras y muy atenta pose histórica, mirando el lente de la cámara.
Hay que agarrarle ¡dos pichones!
Propongo dos fondos musicales melomocosos:
«Esta
noche tengo ganas de buscarla/de borrar lo que ha pasado y
perdonarla/ya no me importa el que dirán/ni de las cosas que
hablarán/total las cosas que hablarán/total: la gente ¡siempre habla/».
Y:
toma este puñal/ábreme las venas/quiero desangrarme/hasta que me
muera/no quiero la vida -no, no, y no y no- si he de verte ajena/.
Tome nota y proceda ráuda, colega Iraida «Viuda de La Cuarta República» Aguilera.
Nuestra
Excelsa Matemática Pitagoriana y Euclidiana, a quien recordamos por su
hispocorístico cumbanchero y jacarandoso: La Yaya Aguilera.
Hoy esta Yaya Aguilera pasó para AD y La Yaya Arismendi, se inscribió en el PSUV.
Como la canción costeña La Pollera Colorá: ni aquí pa’llá/y de allá pa’cá/.
¡Venga pa’que las vean, a ambas dos inclusive!
«Vienen regando flores por todo el camino real», protagonistas de La Próxima Romería Adeca en La Avenida Bolívar.
No merecen la ruta de Damasco, por mucho que pujen los pobrecitos ex-izquierdozos.
No es nada que se hayan metido a adecos.
Al
fin y al cabo, cada quien hace de su balandrán una pantaleta, una
enagua o una capa de montar, como dice el adagio castizo, si así le
place.
Lo malo, lo reprochable es que nos zumban golpes chismoserles y
ponzoñozos más fuertes, más contundentes y constantes que los mismos
adecos.