José Manuel Rodríguez
Del latín emancipāre. Liberarse de la patria potestad, de la tutela o la servidumbre. Liberarse de cualquier clase de subordinación o dependencia… Así lo establece el diccionario de la lengua española.
Hace tres semanas escribí mi rechazo a ver a los intelectuales como «mediadores entre gobierno y ciudadanos», tal y como lo afirmó Fernando Buen Abad en un artículo. Yo me preguntaba: ¿Por qué el socialismo tiene que aceptar ese destino irremediable? Y lo escribí: el pensamiento crítico -y el marxismo lo es- busca emanciparnos de toda dependencia del poder omnímodo, omnisciente y omnipresente, es decir, de todo poder divino en los asuntos terrenales pero, también del tutelaje patriarcal y del autoritarismo gubernamental…
Ese papel de «mediadores entre los pueblos y sus gobernantes» han llevado a los intelectuales, a lo largo de la historia de la humanidad, a ser la parte invisible del tutelaje patriarcal al que allí referí. Maquiavelo lo mostró hace 500 años. Seguramente, el intelectual mexicano, se escandalizó con mi afirmación de buscar emanciparnos de todos los poderes construidos. Incluyendo el de la providencial intelectualidad. El poder colectivo que, en teoría, el socialismo ha proclamado mil veces, los incluye, no es generado por ellos. Aunque no lo veamos a diario.
Tan es así que no fue mera casualidad, luego de la difusión de este artículo, la aparición de uno nuevo, en Aporrea, de este intelectual, que asume el asunto de la emancipación -que es un sustantivo- como la tarea que les corresponde a los «emancipadores», el adjetivo que calificar y determinar. Es tan evidente esto, que el autor establece en su artículo, ¡37 veces! esta tarea de los emancipadores. Los llama semiólogos de la liberación… trabajadores de la verdad… un actor político que reconstruye el horizonte estético del pueblo… un funcionario del ideal… Y sigue por ahí, como si tal cosa nada tuviera que ver con su responsabilidad en el fracaso absoluto de ese, llamado por ellos, «socialismo real». Me refiero a la URSS y sus satélites en la Europa del Este. A Corea del Norte y Vietnam de los cuales no es posible saber nada. Hablo también de China, con su socialismo de «características chinas», algo que sólo concibe al Estado, como el gobierno del Partido. Como sucede en Cuba, Nicaragua y Venezuela.
















