Eduardo Orta Hernández
Día de San Juan y la Sublevación de los esclavizados del centro. Año 1749. Un serio y grandioso intento por lograr la libertad absoluta.
El día de SAN JUAN no solo ha sido en la historia y en la vida de los esclavizados danzas, vistosas comparsas, ostentando pintorescas caretas para celebrar creencias propias y originarias.
En cada época, en cada insurrección, durante varios cientos de años tuvo la carga explosiva de buscar la libertad, de cantar sus penas y alegrías, sus sufrimientos, una manera de encontrarse y mantener la memoria histórica viva de su África natal, de sus creencias, de su mundo de libertad antes de ser esclavizado por el sistema mercantilista, por reyes y monarcas acumuladores de lucro y vanidades. Piratas de lo inhumano, genocidas de todo un pueblo, líderes europeos del holocausto humano.
¡¡Despreciables inquisidores!!
Fue un torbellino, un huracán infinito y eterno la búsqueda y la lucha, de los esclavizados, por su libertad.
En 1747, Miguel Luengo, en San Francisco de Yare,(1) inicia la búsqueda de la libertad y acabar con la infame esclavitud, convence y logra rebelarse y quebrantar el poder de los peninsulares. Organizó un baile e invitan a sus iguales, se congrega y diserta sobre la injusticia y los maltratos. Responsabilizó a los colonialistas españoles, explicando que por «cédula real» se le había concedido la libertad y que los dueños de hacienda se negaban a cumplir y mantenían en secreto la cédula.
El resultado de la reunión fue diseñar el plan de acción para los preparativos de la sublevación, pero hubo delación y apresados los comprometidos con la sublevación.
Las ansias de libertad absoluta continuaron, incluso con un carácter superior a todas las anteriores.
En 1749, la supuesta cédula real que daba la libertad, no era puesta en vigencia por los esclavistas, esto se fue difundiendo, corriendo la voz en toda las comunidades esclavas del centro del país.
Se creó la idea de que se debía reclamar ese derecho establecido en la supuesta cédula, por lo que se debía enfrentar a las autoridades españolas y defender y conquistar la libertad. Desde Chacao y Petare, Tuy y Barlovento creció el espíritu de la rebelión.
Los esclavistas enterados del plan procedieron a detener y torturar algunos comprometidos con el movimiento libertario; también supieron de su extensión, desde Chacao, Petare, Ocumare, Santa Lucia, Guarena, Guatire, Caucagua, Tapipa, Panaquire, Capaya, Mamporal, Curiepe y Tacarigua, todos en conexión para levantarse en insurrección el DÍA DE SAN JUAN.
Resultados: ajusticiados los cabecillas, otros presos confinados y en la cárcel.
El ámbito territorial, su extensión, sus propósitos, sin dudas, comprometía muy seriamente el sistema esclavista, por la idea de la búsqueda de la absoluta y plena libertad, a pesar de sus resultados adversos.
(1) Magallanes, Manuel Vicente. «Historia Política de Venezuela». Tomo Primero págs 99 a la 102. Editorial EDIME. Madrid 1972
Polvorín. Explosión insumisa de ideas. Un combate por la vida.

















