Marvin Mijares
A pocos días de las elecciones presidenciales en los Estados Unidos de Norteamérica, según el Departamento de Comercio la economía en el tercer trimestre tuvo un aumento del 7,4% del PIB – equivalente a un ritmo anual del 33.1%, la cifra más alta para un trimestre desde la Segunda Guerra Mundial, sin embargo, el escepticismo y la incertidumbre ha aumentado debido a la espiral de rebrote del Covid-19, donde ha arrojado en las últimas horas cifras records de 90 mil contagiados y más de mil decesos.
Para Donald Trump, quien busca oxigenarse ante los efectos de la crisis producida por el fenómeno del coronavirus, a finales de esta semana se venía reforzando su imagen como candidato por el crecimiento del PIB, y resulta que el declive se hizo notar por el coronavirus que ha dejado hasta hoy 230 mil muertes y el aumento diario de contagios en todo EE.UU., empañando su imagen por el mismo fenómeno.
A pesar del optimismo que sigue proyectando la superestructura de los medios de comunicación en los EE.UU., debido al alza del PIB y también a la inyección de billones de dólares para la ayuda a familias y a empresas, no se puede tapar los efectos de la crisis producida por el virus en el país, ya que, según un estudio de la Universidad de Columbia desde el mes de mayo han arrojado a la pobreza a más de 8 millones de ciudadanos aproximadamente, pudiéndose apreciar largas colas para acudir a los bancos de alimentos para subsistir a la crisis.
Hay sectores de la sociedad estadounidense que no son tomados en consideración por el Estado, los cuales claman a diario por justicia social. Los políticos en medio de una disputa política por el poder, usan a esos sectores vulnerables y olvidados para fortalecer su candidatura en medio de promesas ofreciéndoles bombos y platillos, para apoderarse de la silla.
Por otro lado, esta ha sido la campaña electoral donde se ha derrochado altas sumas de dinero, donde el candidato Joe Biden, lidera las encuestas sobre el candidato Donald Trump. Sin embargo, estas no garantizan una victoria definitiva para los demócratas, ya que, en las pasadas elecciones del año 2016 Hillary Clinton, tenía una ventaja y al final ganó Trump.
Trump y compañía en estas últimas semanas han maniobrado ante las estrategias novedosas de los demócratas, tanto interna como externa, a lo interno los republicanos usan el marketing político a través de los medios de comunicación e información y redes sociales para mal poner al hijo de Biden y fortalecer su maniobra ante los errores discursivos y políticos del líder demócrata y sus “negocios con China”.
Biden y Trump, manejan un discurso muy similar contra la República Bolivariana de Venezuela y la República de Cuba, lo cual es una estrategia para captar y canalizar los votos de los venezolanos y cubanos en la Florida, donde se puede apreciar que la correlación de fuerzas en ese estado es muy pareja.
Trump, se desmarca ante Biden, moviendo sus piezas en el Exterior, sancionando a entidades de Irán, China y Singapur por comercio de productos iraníes, del mismo modo, juega a su vez con la fuerza de Rusia y de la Unión Europea, su objetivo, es obligar a ese conjunto de naciones (UE) a comerciar solamente bajo las condiciones del gobierno estadounidense, eso da a entender que Trump sigue buscando mantener su discurso con sus acciones para continuar cautivando a sus simpatizantes republicanos para la movilidad del voto, en medio de la contienda electoral donde la crisis del Covid-19 que no da tregua. En fin, esas jugadas en el exterior son movimientos para posicionar a EE.UU., y de alguna manera restarle movimiento a China, como la última gira de Pompeo por Asia para fortalecer la posición geopolítica de EE.UU., en esas regiones visitadas.
Esperemos el 03 de noviembre, día de las elecciones presidenciales, si triunfa Biden, se pueden hacer suposiciones que posiblemente se podrían recomponer las relaciones diplomáticas y comerciales entre EE.UU. – China y se activarían posibles diálogos con otros países adversarios y si gana Trump, se activa la guerra comercial con China, Rusia e Irán y se intensificarán las sanciones financieras contra Venezuela, Cuba, Unión Europea y todo aquel que negocie e invierta con las potencias emergentes – Irán, China, Rusia.