Por Emilio Silva
Trabajador académico de la Universidad Bolivariana de Venezuela
Correo electrónico: [email protected]
Cuenta twitter: @esilvaubv

La Segunda Internacional fue una organización mundial de trabajadores que se creó años después de la derrota sangrienta sufrida por la Comuna de París, la expulsión de los anarquistas que estaban en la Primera Internacional y la posterior disolución de esta última. No obstante, durante los inicios de la Segunda Internacional ya había presencia de anarquistas en su seno, y después de su expulsión se adhirió al Marxismo de manera “formal”, lo cual requiere una explicación más detallada.
En sus comienzos los partidos socialistas y obreros de Europa se vincularon entre sí creando a la Segunda Internacional en 1889 para enfrentar los embates de la burguesía contra los trabajadores, sobre todo con un orden capitalista ya sólidamente consolidado para entonces.
Tales partidos enarbolaban el Marxismo como guía teórica para la acción revolucionaria, pues el objetivo principal e inicial era el control de las instituciones políticas (coloquialmente, la toma del poder) por vías legales dados los fracasos anteriores ante la fuerza desplegada por las burguesías europeas, las cuales sin embargo requerían neutralizar cualquier amenaza al orden capitalista, pues pese a las derrotas precedentes todavía el proletariado europeo conservaba gran capacidad de lucha, organización y movilización.
Durante la década de los años 70 del siglo XIX se dio en Europa la tercera crisis cíclica y estructural del capitalismo. Uno de los fenómenos que este originó fue la aparición del imperialismo como su aún vigente fase superior según lo describe Lenin. Ligado a su gestación también apareció el Sionismo como un movimiento político-ideológico de las capas burguesas de religión judía, tal como aparece explicado en el artículo “Opciones colonizadoras del sionismo (¿Incluida Venezuela?)”.(1)
A su vez, tal crisis agravó las condiciones de vida de las clases trabajadoras de Europa, lo que conllevó al crecimiento y la movilización política de los partidos socialistas y obreros. Pero la crisis también afectó a capas de la pequeñoburguesía y de trabajadores con elevada remuneración salarial (integrantes de lo que se ha catalogado como “aristocracia obrera”). Esos grupos son respectivamente de condición exploradora y explotada, pero conforman lo que coloquialmente se denomina como “clase” media, que entre otras cosas aspira a ser parte de la grandes burguesías de aquel entonces, cuya ideología principalmente promovida por las mismas era el liberalismo, la cual era hasta ese momento asumida como propia por esa “clase” media que ahora se encontraba económicamente proletarizada debido a la crisis económica generada por el capitalismo.
Objetivamente eso conllevó a que ciertos sectores proletarizados de la “clase” media se incorporaran a los partidos que desde 1889 se afiliaron a la Segunda Internacional, asumiendo retóricamente parte de su discurso marxista pero sin abandonar subjetivamente ciertos elementos ideológicos propios del liberalismo burgués.
Las burguesías han tenido un enorme poderío político, económico y sobre todo ideológico en las sociedades capitalistas europeas, pero la crisis económica de entonces no era lo suficientemente grave como para destruir ese poderío aunque sí conllevaba a su paulatina erosión en caso de que no implementara una ofensiva para la integración ideológica de las masas trabajadoras a esas sociedades.
Frente a ese poderío, los partidos de la Segunda Internacional optaron por dejar a un lado la vía violenta, dada por la coloquialmente llamada “toma” del poder, como táctica que le permitiera concretar la estrategia orientada en la construcción del Socialismo, y se propusieron lograr ese objetivo pero con otra táctica consistente en la vía legal determinada por la participación en elecciones propias del modelo liberal burgués de democracia representativa. De esas consideraciones tácticas y estratégicas surge la denominación de Socialdemocracia, donde la táctica del manejo de las herramientas dadas por la democracia liberal burguesa estaría supeditada a la estrategia de la instauración del Socialismo.
Estas consideraciones táctico-estratégicas representaban una espada de Damocles pues se corría el riesgo de confundir y distorsionar el manejo de las mismas en beneficio del capitalismo.
La participación de los partidos de la Segunda Internacional en procesos electorales propios de la aún vigente democracia liberal burguesa, y la implementación de medidas favorables a los trabajadores de común acuerdo con las burguesías, eran inicialmente tomadas como tácticas políticas destinadas a procurar gradualmente las condiciones objetivas y subjetivas necesarias y suficientes para construir el Socialismo como la estrategia política a concretar. Por estas consideraciones es que aparece el término Socialdemocracia.
No obstante, por diversas razones las tácticas anteriores ocuparon el lugar de la estrategia ya indicada y que por tal razón quedó relegada o desechada. Esto condujo mucho tiempo después a una crisis interna en la Segunda Internacional y a la posterior aparición del Movimiento Comunista Internacional desprendido de aquella.
Partiendo de una interpretación errada de la doctrina marxista, la idea era que los militantes de los partidos de la Segunda Internacional accedieran a cargos de elección popular en distintos niveles del poder legislativo y ejecutivo, y luego desde allí implementar reformas (cambio de formas) para gradualmente pasar de la sociedad capitalista a la sociedad socialista con el fin de cambiar la esencia de aquella, apareciendo así el Reformismo como corriente ideológica que forzosamente iba acompañada de una revisión superficial y manipulada de la doctrina marxista para “demostrar” que la lucha de clases estaba caduca, y que por tanto debía prevalecer la conciliación de clases entre los leones (burgueses) y los corderos (trabajadores), sirviendo de mediadores aquellos militantes electos para los cargos de elección popular. Esto es un ejemplo de Revisionismo.
En el seno de la Socialdemocracia representada por los partidos de la Segunda Internacional (actual Internacional Socialista), el Reformismo y el Revisionismo fueron fomentados por ciertos sectores de la “clase” media proletarizada, así como del lumpenproletariado que le sirvió como su carne de cañón tarifada, y que estaba asociado a esos partidos, pues a esos sectores clasemedieros les permitiría usar los cargos de elección popular no para construir las bases del Socialismo, sino para recuperar su antiguo nivel de vida a costa de los recursos del Estado y negociar con las burguesías, convirtiéndose así en el ala derechista del cada partido obrero, socialista o socialdemócrata como aliada fáctica de la ofensiva burguesa contra el ala izquierdista de esas agrupaciones.
En dicha ala izquierdista se mantenía la tesis de la lucha de clases, pero eso no implicaba rechazar el DIÁLOGO entre los personeros de la burguesía y los trabajadores según la coyuntura del momento, lo cual no equivale para nada a conciliación de clases pues es algo imposible desde los puntos de vista histórico y lógico. La conciliación de clases es un vulgar eufemismo ingenuo, idealista, retórico y elegante para identificar a la traición.
Esta puede ocurrir si:
_. La estrategia pasa a ser el impulso al capitalismo y no la creación de condiciones objetivas y subjetivas favorables al Socialismo. Lo segundo se puede hacer si en el peor de los casos lo primero pasa a tener sólo carácter táctico y circunstancial, no estratégico ni estructural, pues lo ideal sería suprimir inmediatamente al capitalismo en sus distintas manifestaciones, pero eso es pecar de idealismo.
_. La participación partidista en el marco del Modelo Electoral burgués (muy distinto al Modelo Electoral vigente en China, Corea del Norte y Cuba) deja de ser un medio táctico acorde a determinadas coyunturas, y se convierte en un fin estratégico de manera permanente para satisfacer aspiraciones personales por encima de las reivindicaciones populares y la necesidad de transformar la sociedad. Chávez y Maduro han demostrado claridad meridiana en ese sentido, más no así sujetos como Germán Ferrer (quien repartió comida en su campaña como candidato a las elecciones parlamentarias de 2015), Roberto Messuti (con sus veleidades machistas como actor de telenovelas y no como “cuadro” político de una Revolución que es feminista),(2) Rafael Uzcátegui (quien ataca a Nicolás Maduro Guerra sólo porque es hijo del Presidente Obrero, aparte de desconocer la realidad interna de países aliados como China al decir que es un país capitalista)(3) y Telémaco Figueroa (ex-militante del PSUV y sindicalero del sector universitario que coloca a trabajadores administrativos y obreros por debajo de los trabajadores académicos, aunque paradójicamente ha sido postulado como candidato a diputado por el PCV, una agrupación cuyos dirigentes dicen que ese es el partido de todos los trabajadores sin discriminación alguna).





Todas estas consideraciones táctico-estratégicas fueron cabalmente entendidas por Vladimir Lenin como líder del ala izquierdista del Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia (es decir, el futuro Partido Bolchevique, donde militaba Stalin), mientras que su ala derechista estaba formada por el futuro Partido Menchevique, de donde procedía León Trotsky y quién más tarde se “hizo” bolchevique, siendo aceptado como tal por Lenin debido a razones tácticas propias de la compleja dinámica que caracterizó al contexto previo y posterior a la Revolución Rusa.
Se recomienda leer las págs. 74-82 del libro El Comunismo no ha empezado todavía(4) del autor trotskista Claude Bitot para ahondar más en otros elementos históricos asociados a la aparición de la Socialdemocracia, cuya compleja evolución dialéctica es descrita de manera sencilla en el texto del mismo nombre elaborado por el Movimiento Revolucionario Oriental de Uruguay(5) en el año 2006. La Socialdemocracia era originalmente la adaptación del Marxismo a las condiciones prevalecientes en la lucha de clases dada en Europa entre fines del siglo XIX y comienzos del siglo XX, para terminar luego como una ideología más del capitalismo, sirviéndole como herramienta útil para neutralizar revoluciones por su carácter ambiguo (Socialismo sí… Pero con conciliación de clases y como elemento retórico para no construirlo y dejar que avance el capitalismo).
Tan eficiente ha sido en su momento esa herramienta capitalista al servicio de la burguesía que, como doctrina sobre la que fue creado el partido Acción Democrática, este tuvo un ala izquierdista que con meritoria repulsa hacia Rómulo Betancourt y sus partidarios, se separó de ese partido en 1960 para crear el MIR y protagonizar la heroica (y mal llevada) Lucha Armada junto con el PCV.
El clientelismo, el burocratismo, el oportunismo y el nuevorriquismo son algunos de los males propios de la Socialdemocracia, y que se masificaron durante la época del Pacto de Punto Fijo hasta el punto de que han impregnado a sectores del PSUV y del PCV en específico, así como al GPP y la APR en particular, y sobre todo a toda la sociedad en general, incluso a nivel de las comunidades.
En todos esos espacios hay gente valiosa comprometida con las sagradas causas del Socialismo y el Comunismo.
Debemos estudiar bien el fenómeno de la Socialdemocracia y las enseñanzas de Bolívar, Marx, Lenin y Gramsci en tópicos de orden táctico y estratégico. No hacerlo implica la locura de acusar a Chávez y Maduro de socialdemócratas, reformistas y revisionistas, ellos, que como líderes revolucionarios y Jefes de Estado han demostrado ser mejores en táctica y estrategia política que Ferrer, Uzcátegui, Messuti y Figueroa.
Han demostrado ser fieles devotos de la Socialdemocracia en sus peores rasgos quienes contradictoriamente atacan a Maduro, tratándolo como traidor socialdemócrata y desconocen su liderazgo autoproclamándose ser los únicos y verdaderos defensores del legado de Chávez, siendo que en su momento esos “revolucionarios” de cafetín desconocieron el propio liderazgo del Eterno Comandante Supremo(6) tal como reinciden en contra del Presidente Obrero Maduro. ¡La Socialdemocracia es una maldición gitana que transforma la antichavitis de antes en la antimaduritis de ahora!
Recordemos que durante las últimas décadas del siglo XIX, los partidos revolucionarios y obreros de Europa que se proponían como horizonte estratégico construir el Socialismo tenían la necesidad táctica de optar a las vías legales, consagradas por la democracia liberal burguesa, para obtener cargos en el Estado como medio cuyo fin era alcanzar dicho horizonte. Es decir, la Socialdemocracia resultaba ser una vía táctica en la lucha política de clases.
Hace falta destacar que la implementación de esa vía táctica coincidió cronológicamente con la migración clasemediera a los partidos antes referidos, como consecuencia de la proletarización sufrida por capas de la pequeñoburguesía y de trabajadores salarialmente muy bien remunerados, estando tales capas influenciadas por la ideología burguesa del liberalismo mientras que el Marxismo era (y es) la doctrina acorde a los intereses de la clase trabajadora, y por lo tanto la que orientaba a cada uno de los partidos que defendía esos intereses.
Tal migración clasemediera hizo que cada partido impulsor de la vía táctica de la Socialdemocracia se convirtiera a mediano o largo plazo en una agrupación ideológicamente policlasista al generarse una mezcolanza aberrante de ideas liberales y marxistas que terminaba justificando al capitalismo (aunque ilusoria, temporal y coyunturalmente le generara beneficios socio-económicos a los trabajadores), y que terminó por adoptar la denominación de Socialdemocracia cuando originalmente esta representaba una vía táctica para alcanzar el Socialismo.
La migración clasemediera a cada partido revolucionario y obrero lo convirtió inicialmente en una especie de incipiente embrión de lo que luego sería conocido décadas después por Antonio Gramsci como el Bloque Histórico Contrahegemónico. Ese constructo político puede llegar a ser socio-económicamente policlasista aunque por definición lo deseable es que deba ser ideológicamente CLASISTA, PROLETARIO, COMUNAL, POPULAR o cualquier otra adjetivación afín al tener el Marxismo como su guía teórico-práctica para su acción político. Ese elemento es lo que debe sustentar la unidad en la diversidad que caracteriza a tal constructo.
Si la premisa anterior no se cumple como hecho práctico y concreto (aunque a nivel discursivo no se resalte lo suficiente por razones tácticas y no estratégicas), el intento de construir el Bloque Histórico Contrahegemónico puede morir antes de nacer so pena de convertirse en una vulgar expresión de la Socialdemocracia, la cual desde hace muchas décadas se apartó del Marxismo para convertirse en una ideología al servicio de la burguesía pero con un discurso socialista, sobre todo para retardar o deformar la aparición de tal frente orgánico al cual le es hostil y contraproducente.
La esencia de todo objeto o hecho se oculta tras lo que se observa directamente como su manifestación expresa, es decir, en un fenómeno objetivo del cual se puede derivar tantas apariencias subjetivas como mentes que las generan, al ser estimuladas por su contacto directo o indirecto hacia ese fenómeno. La verdadera ciencia es de carácter revolucionario por hallar la verdad, pues intenta pasar del fenómeno a la esencia ubicando en su justo lugar a cada apariencia analizándola en su multiplicidad de elementos objetivos y subjetivos, para así alcanzar la verdad que representa la esencia buscada o construir la mejor aproximación a la misma.
Como el Marxismo es una doctrina de naturaleza científica, al aplicarla al manejo de la táctica y la estrategia política permite calificar cada acción de una u otra manera según la intencionalidad y el contexto en que esta se desarrolle o aplique.
Un ejemplo de esto es la acción del DIÁLOGO. Tal táctica puede estar supeditada a la estrategia de crear condiciones favorables para el capitalismo o el Socialismo. Entre dos adversarios toda negociación o traición proviene de un diálogo o está asociado al mismo, pero no todo diálogo culmina como una negociación o una traición, pues puede servir para ganar tiempo por parte de uno de los contrincantes mientras este crea una buena imagen a su favor y acumula fuerzas para vencer al otro e imponerle sus condiciones. El diálogo no es necesariamente una de las armas melladas del capitalismo, pues también puede ser usado para construir el Socialismo a menos que sea guiado por la Socialdemocracia y no por el Marxismo. Para la primera el diálogo termina adrede siendo encausado como el fin en sí mismo, y para el segundo es solo un medio entre tantos.
Otro ejemplo es la tendencia mostrada en su momento por personeros y agrupaciones trotskistas en Venezuela y otros países en acusar a Chávez de neoliberal y casi de socialdemócrata,(7) quien paradójicamente dijo en un momento que él mismo se consideraba trotskista,(8) aunque en la práctica no actuara con la intransigencia dogmática y oportunista propia del trotskismo. Esas facciones basaban su acusación contra Chávez en que durante su gestión de gobierno este mantuvo diálogo de diverso tipo con sectores de las burguesías nacional e internacional. Contra Maduro la misma imputación fue reeditada desde hace tiempo por personas atrapadas en una visión dogmática del Marxismo (cuando este es antidogmático por definición). Esos sujetos son totalmente ignorantes en tal doctrina aunque repitan como loros los tres tomos de El Capital de Karl Marx, aparte de ser malos en táctica y peores en estrategia.
Tales falencias se reforzaron en medio de la reciente coyuntura electoral, pero sus adalides no han rectificado luego de la pintoresca votación que obtuvieron pues la sensatez ni siquiera es parte de su léxico. Los mariscales de la derrota terminan en la ignominia al actuar alevosamente contra líderes como Chávez y Maduro, mientras que el Bloque Histórico Contrahegemónico servirá como frente orgánico para avanzar hacia una Formación Económico-social Socialista.
FUENTES:
(1) https://eldiariovea.home.blog/2020/10/29/opciones-colonizadoras-del-sionismo-incluida-venezuela
(2) https://twitter.com/rmessuti/status/1312018303452405760
(4) http://grupgerminal.org/?q=system/files/ELCOMU1.pdf
(5) http://www.nuevaradio.org/mro/b2-img/SOCIALDEMOCRACIA%20(aporteMRO).pdf
(6) https://twitter.com/RoiLopezRivas/status/1296494878118031363?s=19
(7) https://www.aporrea.org/actualidad/a47102.html
(8) https://www.bolshevik.info/chavez-trotskista-presidente-venezuela.htm