TeleSUR
En un claro mensaje a Washington, Rusia reiteró este viernes su apoyo incondicional al gobierno de Venezuela frente a lo que describe como una «escalada» militar por parte de Estados Unidos en el mar Caribe. La portavoz de la diplomacia rusa, María Zajárova, confirmó que Moscú está «en permanente contacto con nuestros socios venezolanos y estamos dispuestos a ofrecer las debidas reacciones a sus solicitudes, siendo evaluadas las amenazas existentes y potenciales».
«Renovamos nuestro apoyo al liderazgo venezolano en la defensa de la soberanía nacional», declaró Zajárova en una comparecencia ante la prensa en Moscú. «Rusia muestra su constante solidaridad con Venezuela y está dispuesta a atender de manera apropiada las peticiones de Caracas», añadió, sin especificar la naturaleza de dicha asistencia.
El respaldo ruso se enmarca en un escenario de creciente tensión militar. Desde el pasado mes de agosto, Estados Unidos mantiene desplegados cuatro buques con al menos 4.000 soldados cerca de las costas venezolanas. La justificación oficial de Washington es la lucha contra el narcotráfico, una narrativa que contradice informes de Naciones Unidas, de la Unión Europea y de la propia Administración de Control de Drogas de Estados Unidos, la DEA.
En esa línea, Zajárova manifestó que «hay diferentes tácticas, diferentes maneras de hacer las cosas, pero está claro que lo que dicen varios observadores, expertos y figuras estadounidenses en diversas estructuras es que este tipo de agresión directa empeorará la situación en lugar de resolver los problemas que tienen todo el potencial de ser resueltos legal y diplomáticamente dentro del marco legal».
Semanas atrás, el diario The Wall Street Journal reveló que el presidente Donald Trump ha expresado en privado su frustración por la posibilidad de que una acción militar para derrocar a Maduro no garantice necesariamente su salida del poder. Según el informe, Trump sopesa si su objetivo final es un cambio de régimen o simplemente obtener concesiones mediante la presión militar.
Previamente, The New York Times había informado de que la Casa Blanca evaluaba opciones de acción militar contra Venezuela, incluyendo ataques a unidades militares e incursiones en sus campos petroleros.
La respuesta venezolana: «Somos imperturbables»
Frente a esta presión, la respuesta del presidente Nicolás Maduro denunció las «14 semanas de amenazas militaristas» e hizo referencia a la llegada del «portaaviones más grande del mundo, el USS Gerald Ford», el cual llegaría al mar Caribe a mediados de noviembre.
«Que los gringos hagan lo que les dé la gana, nosotros somos imperturbables y nadie nos va a sacar del camino de producir, trabajar, de construir la democracia directa y verdadera y de la paz perpetua, bendecida y sagrada de Venezuela», sentenció el mandatario.
Maduro aseguró que el Sistema de Defensa Integral de la nación está preparado para combatir cualquier agresión extranjera y reafirmó la solidez del modelo político y militar de la Revolución Bolivariana.
Rechazo internacional a las acciones estadounidenses
La Armada estadounidense llevó a cabo al menos 17 ataques contra presuntas embarcaciones de narcotráfico en el mar Caribe y el Pacífico oriental desde el 2 de septiembre, con un saldo de al menos 70 muertos. El último de los ataques tuvo lugar este jueves y habría dejado un saldo de tres muertes, según anunció el secretario de Guerra estadounidense, Pete Hegseth.
Funcionarios de la ONU han informado de al menos 15 ataques armados contra embarcaciones en el Caribe desde septiembre, con un saldo de 64 presuntas muertes. Expertos de la organización han insinuado que estos ataques «parecen ser asesinatos ilegales perpetrados por orden de un Gobierno».
Posteriormente, tanto la Secretaría General de las Naciones Unidas como el alto comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Volker Türk, acusó directamente a Trump de violar el derecho internacional humanitario con sus operaciones en el Caribe y lo instó a cesar los actos «extrajudiciales».
Esta condena se suma a la de decenas de países en todo el mundo; sobre todo en la región caribeña, dado que entre las víctimas se cuentan ciudadanos colombianos, ecuatorianos y de Trinidad y Tobago. De hecho, dos sobrevivientes fueron repatriados a Colombia y Ecuador, y los órganos de Justicia locales dictaminaron que no contaban con vínculos con el crimen.
En tanto, el rechazo a la hostilidad y a las ejecuciones sumarias también tienen su correlato incluso hacia adentro de Estados Unidos y este jueves una proyecto de ley destinado a limitar las acciones del Gobierno estadounidense en el mar Caribe estuvo a dos votos de ser aprobada.
No obstante, el tono de la Casa Blanca parece fluctuar. El 2 de noviembre, Trump declaró a un medio televisivo que no planeaba librar una guerra con Venezuela, un mensaje que contrasta con la retórica bélica de sus asesores y la masiva presencia naval.

















