Por: Italo Urdaneta
Acaba de salir publicado un cartel, o más bien un panfleto de EEUU, como si fuera una rectificación, haciendo ver que el verdadero líder del supuesto cartel de «Los Soles» no es el presidente Nicolás Maduro, como lo han venido asegurando hasta la saciedad, sino el Ministro de Relaciones Interiores Justicia y Paz, Diosdado Cabello, respondiendo así a una nueva arremetida que busca eliminar al estratega más importante que tiene el gobierno revolucionario, y que ha hecho fracasar todos los intentos golpistas que ha planificado el imperio invasor, en contra del gobierno del presidente Nicolás Maduro.
Desde luego, detrás de esta nueva estrategia que asume el gobierno de EEUU, está metida la mano de la extrema derecha fascista venezolana, que dirige la violenta María Machado.
Ante esta nueva situación, aquí caben varias interrogantes:
¿Porque ahora ese cambio repentino del gobierno de Donald Trump al referirse al presidente Maduro?
Será acaso que la «Casa Blanca», vislumbrando que las cosas no le resultarían tan fácil, como se piensa, para deponer al presidente Maduro, decidió ahora diseñar otra estrategia para abordar con mesura el tema de Venezuela?
Hasta donde se tiene entendido, los resultados que arrojan las posturas de la opinión pública internacional y las encuestas en contra de Trump es posible que la estrategia inicial de invadir a nuestro país tome un nuevo giro.
¿O será porque las encuestas ubican al presidente Maduro, en estos momentos, como uno de los líderes más influyente en las redes sociales, incluso, por encima de la cantante Shakira y de otros afamados artistas de Hollywood?
La razón de peso, indistintamente de la que pueda existir para que el gobierno de Trump cambie su estrategia contra el presidente Maduro, deja en claro entonces que el endemoniado imperio desea dar un nuevo giro, está vez para ir en contra del ministro Cabello, que denota que sigue manteniendo desarticulado y loco al gobierno norteamericano.
No podemos olvidar que Cabello, por intermedio de su programa «Con El Mazo Dando», que goza de una altísima sintonía, desde que arrancó casi al inicio de la Revolución Bolivariana, ha desmontado, semana a semana, los planes y las narrativas mediáticas y falsas que la oposición extremista ha planificado para enlodar la gestión del presidente Maduro.
Cabello igualmente le ha salido al paso a las posturas injerencista y contínuas del gobierno de Trump, tras inmiscuirse en los asuntos internos de Venezuela.
Pero al mismo tiempo Cabello ha enfrentado, de manera contundente, las medidas coercitivas, las sanciones, el bloqueo y ahora las intenciones de invadir al país, que ha llevado adelante EEUU.
Cabello, además y como aval propio, ha contribuido a coaccionar a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (Fanb) con el pueblo venezolano, lo cual dió paso al fortalecimiento de la Milicia Bolivariana, hecho que ha causado enojo en la oposición y desde luego escozor al gobierno estadounidense.
Cabello, ahora en su condición de Ministro del Interior, es visto por EEUU como objetivo de guerra, a quien hay que ver y vigilar con mucho cuidado.
En conjunto con la Fanb, también el vice presidente del Psuv ha dirigido los operativos que han permitido el decomiso de miles de toneladas de droga a lo largo y ancho del país, y ha logrado la neutralización de más de 400 aeronaves cargadas de droga, procedentes de Colombia, que violaron el espacio aéreo de Venezuela, en su intento por llevar los narcóticos a EEUU y a Europa.
Esto, sin duda, le causa pérdidas económicas y profundo malestar a los carteles del narcotráfico, que operan libremente en el territorio estadounidense, sin que el gobierno de Trump haga algo para evitarlo.
Cabello, además, ha logrado consolidar en el país una red de inteligencia que nada tiene que envidiarle a los servicios de espionaje de los Estados Unidos.
Esto le ha permitido al Gobierno Bolivariano mantenerse firme, y al mismo tiempo descubrir, enfrentar y desactivar los actos vandálicos y terroristas con miras a crear caos en el país.
Quizás la parte que más le molesta a la oposición del Ministro Cabello, ha sido su disposición, después de descubrir quienes han venido violando la ley, las órdenes que ha emanado para cumplir con las detenciones de numerosos fascistas de la extrema derecha, que operan bajo el mando de la violenta María Machado y del imperio, que han promovido la desestabilización, el golpe de Estado y el magnicidio.
Aún así, los contrarios al gobierno dicen que los detenidos son políticos inocentes que son víctimas del ‘régimen’.
Junto al presidente Nicolás Maduro, también el ministro Diosdado ha sido clave en el Programa «Vuelta a la Patria», que ha promovido el gobierno nacional para rescatar a los migrantes venezolanos, que fueron deportados como delincuentes, entre ellos algunos niños que EEUU se negaba a que se les devolvieran a sus padres.
Sobre este último punto DC, junto al presidente Maduro, con elementos probatorios en la mano, denunció ante la ONU como EEUU violó los DDHH de más de un centenar de compatriotas venezolanos que fueron deportados, bajo la falsa bandera que eran delincuentes.
No conforme con ello, el gobierno de Trump, a instancias del Secretario de Estado, Marco Rubio, en vez de regresar a los connacionales a Venezuela, decidió de manera arbitraria enviarlos a El Salvador, para que purgarán cárcel, en un campo de concentración de máxima seguridad, al estilo nazi, pese a que no habían cometido ningún delito en ese país, ni tuvieron la oportunidad de contar con un juicio justo, ni con la defensa, violando, además, diversos derechos y tratados internacionales.
Así pues, que hoy vemos asesores norteamericanos aconsejando a Trump que desista de querer invadir a Venezuela, por cuanto las proyecciones y análisis que manejan, arrojan que de cumplirse una incursión armada en perjuicio de nuestro país, más que derrocar al presidente Maduro, por el contrario preveen que lo consolidan más en el poder, respaldado no solo por la mayoría de los venezolanos, sino también por otros países de Latinoamerica, incluyendo potencias como Rusia, China, Corea del Norte, Irán,Turquia, India, entre otras naciones, de Asia y África.
Así pues que Trump no las tiene todas consigo.
Por el contrario hemos visto en estos últimos días que la ONU y más de 17 organismo de inteligencia norteamericanos han dicho que es incierto que Venezuela sea un Estado dedicado al narcotráfico.
Ante esta situación, el presidente Trump se ha visto en la necesidad de negar en las últimas horas que tiene la intención de ordenar una invasión contra el territorio venezolano.
La extrema derecha de EEUU, entre tanto, y en un gesto de desespero ante este giro que ha tomado Trump, con respecto a Venezuela, han apelado a una nueva narrativa mediática y falsa para hacer ver que las autoridades de Irán con el presidente Maduro planearon atentar contra Trump.
En Venezuela a eso lo llamamos dar «casquillo», en este caso a Trump, para motivar lo a que ordene la invasión en perjuicio de nuestro país.
Por ello hemos visto al ex director de contra terrorismo del gobierno de Donald Trump, Sebastián Gorka, quizás buscando ser incorporado al gobierno estadounidense, revelar información clasificada que vincularía, supuestamente, a nuestro país a esta nueva tramoya, sin argumentos convincentes.
También a esta falsa narrativa se unió el ex oficial gringo, Guillermo Canto, tras asegurar que Venezuela habría servido como base de operaciones para células de Hezbolá y la Guardia Revolucionaria iraní, desplegadas en el Caribe.
Desde luego, en toda esta andanada de acusaciones, no podía faltar que involucraran en estos hechos también a Rusia.
Dada está circunstancia, que al parecer está siendo analizada por el presidente Trump, vemos ahora que un sector también de la oposición extremista venezolana, que opera desde Miami, comenzó a dirigir sus ‘dardos envenenados’ en contra del ministro Cabello, pues entienden que es el hombre clave, el estratega número uno del gobierno bolivariano, al que hay que neutralizar, para ver si más adelante logran lo que hasta ahora les ha resultado imposible.
Entre tanto, Cabello sigue impertérrito, con el mazo en la mano, dejándoles ‘chichotes’ claros en la cabeza a los oponentes de la derecha, que no se cansan de joder.

















