Por Rodrigo Chagas, Brasil de Fato
La actividad prepara el IV encuentro continental de la organización, que tendrá lugar en 2026, y articula la solidaridad con Cuba.
La Escuela Nacional Florestan Fernandes (ENFF), en Guararema (SP), fue el punto de partida de la movilización brasileña rumbo a la IV Asamblea Continental de Movimientos del ALBA, que tendrá lugar en La Habana, Cuba, entre el 6 y el 9 de mayo de 2026. Reuniendo a más de 20 organizaciones populares, el Capítulo Brasil de la organización discutió estrategias de lucha y solidaridad internacional y lanzó la propuesta de organizar una flotilla latinoamericana a la isla, un gesto simbólico de apoyo al pueblo cubano frente al bloqueo económico impuesto por Estados Unidos.
La idea, inspirada en las flotillas que llevaron ayuda humanitaria a Gaza, combina la solidaridad concreta con la denuncia política. «¿Por qué no formamos una flotilla solidaria latinoamericana y llegamos así a Cuba?», argumentó Giovanni Del Preti, de la coordinación nacional del Movimiento Brasil Popular y del Secretariado Continental de Movimientos del ALBA. «Sería un acontecimiento histórico. Los pueblos hacen historia cada día en sus territorios, y debemos ser consecuentes con esto también a nivel internacional», añadió.
La sesión plenaria nacional del Capítulo Brasil de Alba Movimentos reunió a organizaciones como el Movimiento de los Trabajadores Sin Tierra (MST), el Movimiento de los Trabajadores Sin Techo (MTST), el Movimiento de los Trabajadores por los Derechos (MTD), la Federación Única de los Petroleros (FUP), la Marcha Mundial de las Mujeres, la Central de los Trabajadores de Brasil (CTB), la Central de Movimientos Populares (CMP), Kizomba, Afronte, la Unión de los Negros por la Igualdad (Unegro), la Asociación Brasileña de Juristas por la Democracia (ABJD), la Unión Brasileña de Mujeres (UBM), el Centro Brasileño de Solidaridad con los Pueblos y la Lucha por la Paz (Cebrapaz) y Vía Campesina.
El encuentro consolidó cuatro áreas de acción: solidaridad internacional, comunicación, formación política internacionalista y coordinación organizativa.
Los movimientos identificaron a Cuba , Venezuela , Haití y Palestina como prioridades de solidaridad y reafirmaron su compromiso con el fortalecimiento de la integración latinoamericana. El calendario aprobado incluyó ciclos de debates, exposiciones culturales y acciones conjuntas para denunciar el bloqueo económico y las ofensivas imperialistas contra los pueblos de la región.
Una trayectoria de integración popular y antiimperialista
Fundada oficialmente en 2013 en la Escuela Nacional Florestan Fernandes, Alba Movimentos se inspiró en el llamado de Hugo Chávez y Fidel Castro a construir un proyecto de integración latinoamericana autónomo y solidario. «Venimos de un momento histórico en el que los gobiernos progresistas propusieron alternativas al ALCA [Área de Libre Comercio de las Américas], y nosotros, como movimientos, asumimos la tarea de construir la integración desde abajo», explicó Giovanni Del Preti.
La primera Asamblea Continental, en 2013, consolidó la autonomía de los movimientos en la coordinación intergubernamental. La segunda, en 2016, se celebró en Colombia, en medio de las negociaciones de paz. La tercera, en 2022, tuvo lugar en Argentina tras la pandemia, marcada por la reanudación de las reuniones presenciales y la reafirmación del internacionalismo de base.
La cuarta edición, que se celebrará en Cuba, tiene como lema «Por el Socialismo: 100 años caminando con Fidel Castro». El encuentro reunirá a aproximadamente 400 delegados de más de 20 países y busca actualizar las estrategias de resistencia ante la ofensiva imperialista de Estados Unidos en la región.
Según Ana Priscila Alves, de la Marcha Mundial de las Mujeres y secretaria del Capítulo Brasil, el país desempeña un papel central en el desarrollo de la asamblea, tanto por la fuerza de sus movimientos como por su formulación política acumulada. «Brasil ha estado involucrado desde la fundación del ALBA. Tenemos una historia de integración y resistencia que nos impone la responsabilidad de contribuir en diversas áreas, como el antirracismo, la lucha feminista, el derecho a la ciudad y el debate ambiental», afirmó.
También destacó el reto de autofinanciarse mediante la solidaridad para garantizar la participación de las delegaciones populares sin que criterios económicos determinen quién puede ir a Cuba. «Autofinanciarse es una tarea política, de solidaridad y compromiso. No se trata solo de llegar a la asamblea, sino también de contribuir al pueblo cubano que enfrenta el bloqueo y, al mismo tiempo, asegurar que el Capítulo Brasil esté representado en toda su diversidad».

Soluciones populares contra la crisis y el imperialismo
La IV Asamblea Continental será un momento de reencuentro para los pueblos latinoamericanos tras años de fragmentación y ofensivas conservadoras. Para Ana Priscila Alves, el evento va más allá de una reunión política: «No es un evento, es un proceso de lucha. Es una oportunidad para visualizar las alternativas que ya existen en las luchas populares y construir una acción común contra la ofensiva imperialista».
Los activistas enfatizan que la reunión se lleva a cabo en medio de una nueva fase de agresión estadounidense en la región , marcada por intervenciones militares, bloqueos económicos e intentos de desestabilizar gobiernos populares. «Estamos viviendo una gigantesca ofensiva imperialista», evaluó Giovanni Del Preti. «Estados Unidos demuestra que, en esta fase de declive de su hegemonía, está dispuesto a todo, incluida la guerra, para recuperar el control de nuestros territorios y riquezas».
Ana Priscila Alves señala que esta ofensiva tiene efectos concretos en la vida de los pueblos latinoamericanos, con trabajo precario, pérdida de derechos y criminalización de las luchas sociales. «Este es un momento de crisis internacional, de decadencia del imperialismo, pero viene acompañado de una ofensiva contra nuestros territorios y nuestras vidas. Necesitamos reorganizar nuestros movimientos para responder colectivamente», enfatizó.
Recordó que, en medio de la crisis global, las soluciones no vendrán desde arriba, sino de la propia gente y sus organizaciones. «Como dice Nalu Faria , las alternativas están en la gente. No podemos decir que no hay solución; ya se está construyendo en los territorios, a través de experiencias concretas de resistencia», enfatizó.
Giovanni Del Preti también reforzó esta idea, señalando que las organizaciones de base latinoamericanas reinventan constantemente las maneras de superar las crisis. «Hay mucha tecnología social, conocimiento y sabiduría popular que resuelve las crisis a diario. Nuestro reto es transformar esto en una contribución continental».
Entre los desafíos destacados se encuentran reconstruir la solidaridad con Venezuela, Haití y Palestina, defender la soberanía latinoamericana y formular estrategias conjuntas de resistencia. Como resumió Giovanni Del Preti, «el internacionalismo es un valor y una estrategia de lucha. Si a Cuba le va bien, a Brasil también».
Editado por: Monyse Ravena





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