Noel Martello
Quienes, por mas aficionados que sean de la lectura, de la escritura o filólogos, estarán extrañados con la palabra inicial del nombre de éste artículo, también se extrañaran quienes la oirán por vez primera. A partir de aquí muchos se formaran en el tiempo un concepto y darán una definición de la palabra en cuestión. Entonces es un neologismo venezolano. Aclaramos, no es una aplicación de esas que se pueden bajar de las diferentes tiendas electrónicas existentes. Pero es aplicable a quienes de una manera u otra puedan errar en su comportamiento.
El 27 de agosto de 2024 en Venezuela una “Junta Médica” tras largos debates decide crear y aplicar una medicina con la cual se buscaba predecir, prevenir, diagnosticar y tratar el flagelo de la inseguridad pública. Se tomó mucho en cuenta los sucesos violentos acaecidos los días finales de julio y principios de agosto de ese año, también se consideró la posible reincidencia de los promotores de esos desagradables eventos. Es así como nace la Diosdadomicina.
Ahora nos preguntamos. Cuál ha sido la efectividad en la aplicación de la Diosdadomicina. ¿Vale la pena mantener su vigencia?
Se dice, en ciertas circunstancias, una imagen vale mas que mil palabras, también se dice que la matemática habla por si sola. Como no contamos con estadísticas policiales las cuales nos permitan dar respuestas a las preguntas anteriores nos ayudamos con la percepción de la urbanidad callejera. Por ejemplo, si andamos en la calle vemos a los transeúntes exhibiendo con toda tranquilidad sus celulares de alta gama, igual sucede en el Metro y camionetas de pasajeros. Los conductores de vehículos respetan las luces de los semáforos, años ha no lo hacían por el temor de ser atracados. También se percibe un comportamiento cívico en el personal de las instituciones públicas y de la población en general. Entonces, lo mas recomendable es continuar con el tratamiento.
La paz esté con ustedes, Diosdadomicina mediante.