Tomado de la Primera edición en lengua castellana de los Textos Escogidos de Deng Xiaoping (1973-1982), publicada en julio de 1983 por la Editorial del Pueblo, Beijing
ALGUNAS OPINIONES SOBRE LA CIENCIA Y LA EDUCACION* (pag 64)
Deng Xiaoping
8 de agosto de 1977
* Intervención hecha en un (oro sobre el trabajo científico y educacional.
Vengo al presente foro sobre el trabajo científico y educacional con el objetivo, principalmente, de escuchar sus opiniones y aprender de ustedes. Un profano, si quiere dirigir el trabajo de los especialistas, no puede por menos de aprender. Me he ofrecido voluntariamente para tomar a mi cargo el trabajo científico y educacional, propuesta que ha sido aprobada por el Comité Central del Partido. Para ponerse al par de los países avanzados del mundo, ¿por dónde debe empezar a actuar nuestra nación? Por la ciencia y la educación, a mi juicio. La ciencia incluye, por supuesto, las ciencias sociales, a pesar de que, por la premura del tiempo, no hemos invitado a este foro a especialistas en dichas ciencias. El foro me ha permitido entrar en conocimiento de algunos aspectos de la situación de la ciencia y la educación de nuestro país, y empiezo a comprender algunos problemas que exigen solución inmediata en la actualidad. Probablemente ustedes no hayan manifestado aún todas sus opiniones sobre algunos de esos problemas o no hayan tenido suficiente tiempo para hacer una exposición clara al respecto, pero aún les queda tiempo para hacerlo más tarde. Ahora, yo quisiera dar aquí algunas opiniones personales.
Primero, el problema de evaluar los 17 primeros años transcurridos desde la fundación de la República Popular.
Cómo evaluar esos 17 años es un interrogante que les preocupa mucho a todos ustedes. Si bien en lo fundamental ya le han encontrado ustedes una respuesta en el terreno de la investigación científica, no se la han encontrado aún en el terreno de la educación. De modo que todavía hace falta una respuesta.
En mi opinión, las instrucciones impartidas por el camarada Mao Zedong en la mayor parte del período anterior a la Gran Revolución Cultural sobre el trabajo de investigación científica y sobre el trabajo cultural y educacional estaban destinadas, en esencia, a estimular y promover dichas actividades; encerraban una apreciación en el sentido de que la abrumadora mayoría de nuestros intelectuales son buenos, sirven o están dispuestos a servir al socialismo. Después de 1957, él hizo algunas observaciones extremadas. Pero no por ello dejó de apoyar, a comienzos de la década del 60, las “14 sugerencias sobre el trabajo científico” , los “60 puntos sobre el trabajo de los centros de enseñanza superior” y otros programas. Debemos poner en claro lo que prevalece en las ideas del camarada Mao Zedong respecto a la educación y al problema de los intelectuales. El pensamiento de Mao Zedong, el pensamiento guía para nosotros en todos los dominios, debe ser expuesto en forma íntegra y exacta como un sistema global. Esto es de suma importancia. ¿Cómo evaluar el trabajo realizado en esos 17 años en el frente educacional de todo el país? A mi juicio, lo que prevaleció fue la línea roja. Hay que afirmar que, durante esos 17 años, la inmensa mayoría de los intelectuales, fueran científicos o educadores, iluminados’ por el resplandor del pensamiento de Mao Zedong y bajo la justa dirección del ‘Partido, desafiando los rigores del trabajo y poniendo todo su celo en sus tareas, lograron- notables éxitos. Los educadores, en particular, trabajaron en condiciones aún más duras. En la actualidad, las fuerzas vertebrales en casi todos los frentes del trabajo han sido preparadas, en su mayoría, por nosotros mismos después de la fundación de la República Popular y, sobre todo, en aquellos diez y tantos años. Si no hiciéramos semejante evaluación sobre el trabajo realizado en esos años, no podríamos explicarnos los éxitos obtenidos.
¿Cómo debemos evaluar la transformación de la concepción del mundo de los intelectuales? La manifestación más importante de la concepción del mundo consiste en a quién servir. La abrumadora mayoría de los intelectuales de nuestro país prestan consciente y voluntariamente sus servicios al socialismo. Son muy pocos los que se oponen al socialismo y también constituyen un reducido número los que se sienten poco interesados en el mismo. Por .supuesto, la historia progresa sin cesar y la ideología de la gente también necesita una remodelación constante. Esta es indispensable no sólo para los intelectuales provenientes de la vieja sociedad, sino también para los intelectuales formados después de la fundación de la República Popular. Deben continuar su remodelación ideológica no sólo los intelectuales, sino también los obreros y campesinos e incluso los comunistas. Todo ello lo señaló el camarada Mao Zedong hace mucho tiempo.
Segundo, el problema de poner en juego la iniciativa de la gente.
La solución del problema de la evaluación del trabajo realizado en los 17 años en cuestión permitirá, por lo menos, librarlos a todos ustedes de un lastre moral. Teniendo en cuenta la actual situación, debemos prestar particular atención al despliegue de la iniciativa de los trabajadores de la educación y subrayar la necesidad de respetar a los profesores. Las esperanzas de la investigación científica de nuestro país residen en contar con un manantial que nutra el contingente de científicos. La investigación científica se nutre de hombres de talento formados en centros docentes, razón por la cual debemos realizar una fecunda labor en el terreno de la enseñanza y colocar en el mismo plano tanto a los que se dedican al trabajo educacional como a los que se dedican a la investigación científica, de modo que los unos y los otros sean objeto de igual respeto y estima. Se hará acreedor a nuestro gran aprecio el maestro de escuela primaria que consagre todas sus energías a la labor educacional. La labor docente realizada por un buen maestro de escuela primaria no es menos pesada que la efectuada por un profesor universitario, por eso el uno y el otro son igualmente dignos de alabanza. Hay que ensalzar a los que consagran toda su vida al servicio de la educación. Propongo que se celebre el año próximo una conferencia nacional sobre la educación para sintetizar e intercambiar experiencias pedagógicas y recompensar a los profesores de mérito de la enseñanza primaria, secundaria y superior. Hace ya muchos años que no se ha celebrado una conferencia de tal naturaleza.
Los que se dedican a la investigación científica y los que se dedican a la educación son también trabajadores. ¿No se considera trabajo tanto al manual como al intelectual? La investigación científica y la educación requieren un esfuerzo mental, el cual constituye un tipo de trabajo. Un científico se ha quejado de que actualmente, a menos que se realice en zonas rurales, no se considera como trabajo el cultivo experimental de plantas en las academias de ciencias agronómicas. ¡Qué extraña manera de ver las cosas! ¿Cómo es que no se considera trabajo la preparación de nuevas especies de semillas y el cultivo de la tierra en muchas escuelas e institutos agronómicos? La experimentación científica también es un trabajo. ¿Acaso sólo puede considerarse trabajo el uso de una azada o el manejo de un torno? En la producción automatizada, uno tiene que estar todo el tiempo de pie vigilando los instrumentos e indicadores del panel de control. Esto también es trabajo. Tal tipo de trabajo exige igualmente esfuerzos y, lo que es más, no admite el menor descuido. Es necesario poner en claro los problemas de esta naturaleza, porque tienen mucho que ver con el despliegue de la iniciativa de los intelectuales.
Hay que respetar el trabajo y estimar a los hombres de talento. El camarada Mao Zedong no estaba de acuerdo con la “tesis del genio innato”, pero esto no significa que se opusiese a que se respetara a las personas de talento. Al hacer una evaluación sobre mi persona, dijo que “es difícil encontrar un hombre de tanta valía”, evaluación ésta que considero excesiva ‘cuando hago un examen de conciencia. Sin embargo, esta evaluación demuestra la importancia de los hombres de talento y la alta estima en que los tenía el camarada Mao Zedong. Ustedes opinan que las instituciones de investigación científica deben obtener conquistas académicas y formar hombres de talento, lo cual es igualmente válido para el frente educacional. Entre los maestros de la escuela primaria y secundaria también sé encuentran hombres de talento, que son precisamente el personal docente de gran competencia. Hay que apreciar el trabajo y estimar a los hombres de valía, porque éstos no se encuentran con facilidad. Hay que poner en juego la competencia profesional de los intelectuales; no conviene colocarlos en puestos donde no-puedan utilizar lo que han estudiado. Hay quienes han sugerido que hagamos esfuerzos para recuperar a una parte de los intelectuales que trabajan ahora en puestos ajenos a su especialidad siempre que estén realmente calificados y tengan condiciones para desarrollarse profesionalmente en el futuro. Esta es una buena sugerencia. La “banda de los cuatro” inventó un término: “gente apestosa número nueve”, para calificar a los intelectuales. No está mal eso de ser “número nueve”. En la ópera de Beijing La Ingeniosa Conquista de la Montaña del Tigre, el “número nueve” Yang Zirong es un personaje positivo. Lo incorrecto reside en el epíteto “apestoso”. El camarada Mao Zedong dijo que “número nueve” no debe marcharse . ¡Bien dicho! Hay que restaurar la reputación de los intelectuales.
Algunos camaradas opinan que se debe implantar el sistema de recompensa y sanción. Esta idea también es justa. Pero es necesario complementarla con otro punto: dar mayor importancia al incentivo, a la recompensa. ¿Debemos estimular o no a aquellos que hayan logrado gran éxito en la investigación científica y hecho contribuciones a la nación? Me parece que sí. Deben ser encomiados aquellos que se hayan metido de cabeza en la investigación científica y se sumerjan en su labor callada y sufrida. ¿Cómo se puede considerar esto como un pecado? Es posible que personas así tengan defectos, pero los dirigentes deben sostener con frecuencia conversaciones sinceras con ellas a fin de ayudarlas en lo político e ideológico, en lugar de censurarlas exigiéndoles la perfección. El camarada Mao Zedong indicó que era necesario romper con el modo de pensar metafísico según el cual “el oro debe ser puro, y el hombre, perfecto”. Esta indicación es marxista, entraña una actitud materialista consecuente.
Con respecto a los que hayan cometido errores, deben ser sancionados apropiadamente en algunos casos, pero no debemos poner énfasis en la sanción, sino en la ayuda, una ayuda llena de sinceridad, para que corrijan sus errores y hagan progresos.
En el trato con los intelectuales, además de darles aliento moral, debemos adoptar medidas de estímulo en otros terrenos, incluido el mejoramiento de sus condiciones materiales de vida. El personal docente debe recibir igual trato que el personal de investigación científica. Si un investigador científico ejerce simultáneamente el cargo de profesor, es necesario elevar un poco más su sueldo, ya que presta mayor servicio. El principio de “a cada uno según su trabajo” se reduce a que quien trabaja más, gana más; quien trabaja poco, gana poco, y quien no trabaja, no gana. El llevar a la práctica este principio teórico encierra una serie de problemas concretos que requieren estudio y solución. Lo que está en juego no es sólo un problema que atañe a los círculos científicos y educacionales, sino también una política de gran importancia para el país en su conjunto.
Tercero, el problema de los sistemas y las estructuras orgánicas.
Una demanda bastante enérgica en este foro es la de que se cree un organismo que ejerza la dirección unificada sobre el trabajo científico. La educación ya tiene quien se encarga de ella, a saber: el Ministerio de Educación. Con respecto a la ciencia, ustedes proponen que se restaure la Comisión Estatal de Ciencia y Tecnología. Hay que afirmar que fue correcta la orientación de trabajo de la antigua comisión, orientación aprobada por el camarada Mao Zedong en 1963, después de haber escuchado un informe presentado por el camarada Nie Rongzhen al respecto. Justamente en esa ocasión, el camarada Mao Zedong expuso la necesidad de librar una batalla por la ciencia y la tecnología, señalando que sin ganar esta batalla, las fuerzas productivas no podrían proseguir su desarrollo. La antigua Comisión Estatal de Ciencia y Tecnología elaboró un programa de desarrollo científico para doce años (1956-1967), programa que se cumplió en lo fundamental en 1962, y más tarde elaboró otro programa para diez años. Siempre he sostenido que nada se gana con mantener la situación actual de nuestra ciencia y educación y que necesitamos un organismo para unificar la planificación, disposición, ordenación, guía y coordinación de sus actividades. Personalmente estoy a favor de la propuesta de restablecer la Comisión Estatal de Ciencia y Tecnología. Pero ¿cuál será el momento oportuno para restablecerla?, ¿cuál deberá ser su composición? y ¿tendrá dicha comisión que encargarse de la dirección de la investigación científica de las fuerzas armadas? Estas cuestiones deben ser estudiadas por el Comité Central del Partido y el Consejo de Estado, de modo que por el momento no conviene adoptar una decisión al respecto. No obstante, sea cual fuere la forma organizativa que se adopte, es necesario elaborar planes unificados. En el curso de su elaboración, no sólo deben fijarse los temas de investigación, sino también contemplarse el reajuste de las instituciones de investigación, .a saber, cuáles deben fusionarse y cuáles dividirse. También se requiere una planificación unificada sobre la fusión, división, creación, reducción y supresión de especialidades en los centros de enseñanza superior. Deben incluirse también en el plan las investigaciones científicas en el terreno militar. En la actualidad, debemos admitir que nuestro país cuenta con un reducido número de investigadores científicos, un contingente pequeño que no ’puede compararse con el de los grandes países desarrollados. Los Estados Unidos cuentan con un contingente de 1.200.000 científicos, y la Unión Soviética, según estadísticas del año antepasado, de 900.000, y ahora la cifra debe ser mayor. Nuestro contingente de científicos apenas llega a un poco más de 200.000 personas. Sin embargo, tal como lo han afirmado algunos camaradas, siempre que pongamos en pleno juego la superioridad del sistema socialista y organicemos en forma unificada y racional las fuerzas de que disponemos, nuestros científicos, a pesar de su número reducido, podrán hacer más cosas y lograr mayores éxitos que un igual número de científicos de los países capitalistas. Esta vez, la Academia de Ciencias ha elaborado un proyecto de ocho años para el desarrollo de nuestra ciencia y tecnología. Quizá sea necesaria la aportación de las ideas de ustedes para complementarlo, pero, de todos modos, tener un proyecto es mejor que no tener ninguno. El Comité Central no se propone por el momento autorizar dicho proyecto para su circulación, sino dejarlo en manos de la Academia de Ciencias para su aplicación, a título de ensayo, en sus niveles inferiores.
Tanto los departamentos de investigación científica como los educacionales se enfrentan con la tarea del reajuste. Espero que este reajuste se haga en forma acelerada aun cuando sea imperfecto, pues más tarde se podrá perfeccionar paso a paso. En el curso del reajuste, se presentarán muchos problemas concretos y lo primordial será el establecimiento de un buen cuerpo dirigente. Opino que en cada entidad hay tres cargos que requieren forzosamente una selección acertada. El primero de ellos es el de secretario del comité del Partido, un cargo muy importante, ya que es dicho comité el que ejerce una dirección unificada. El segundo es el de la dirección de la investigación científica o la enseñanza, que debe ser asumido por un profesional o, por lo menos, una persona versada o relativamente versada en la materia. El tercero es el de la dirección de los servicios administrativos y debe ser asumido por una persona que trabaje con diligencia y a conciencia y que juegue gustosa su papel de héroe anónimo. Con tal triunvirato, le será relativamente fácil a una entidad llevar a cabo sus tareas y poner en marcha de forma más o menos feliz el reajuste de los niveles inferiores, la ejecución de los planes establecidos y otros asuntos por el estilo.
Los centros de enseñanza superior, especialmente los centros clave, deben constituir uno de los frentes más importantes de la investigación científica. Este punto hay que dejarlo bien establecido, porque dichos centros tienen la capacidad y el personal profesional para emprender esa tarea. De hecho, los centros de enseñanza superior asumieron en el pasado no pocas tareas de investigación científica. Con su reordenamiento y con la elevación del nivel de calidad de sus estudiantes, dichos centros tendrán una creciente capacidad de investigación científica y asumirán tareas aún más pesadas en este terreno. Siguiendo este rumbo, podremos desarrollar con mayor rapidez la ciencia de nuestro país. Hay muchos temas que investigar en diversos dominios académicos, tales como las ciencias naturales, la ingeniería, la agronomía y la medicina. En las ciencias humanas también hay que estudiar temas teóricos; es preciso estudiar desde el punto de vista marxista la economía, la historia, el derecho, la filosofía, la literatura, etc. Por el momento, todavía no podemos incrementar en forma generalizada el peso de la investigación científica en los programas de todos los centros de enseñanza superior, pero sí debemos aumentarlo gradualmente en los programas de todas las universidades clave, confiándoles a éstas cada vez más tareas en este sentido. Es probable que, dentro de algunos años, el número de entidades de investigación científica subordinadas a los centros docentes sea más o menos igual que el de instituciones especializadas. Quizá el sector de producción vaya a ser el que cuente con el mayor contingente de investigadores científicos. ¿No es cierto que la ciencia se divide en ramas básicas y ramas aplicadas? En los departamentos de producción habrá quienes se dediquen a las ciencias básicas, pero se debe poner el énfasis en las ciencias aplicadas. Las academias de ciencias y las universidades pueden dedicar más esfuerzos a las ciencias básicas, pero deben efectuar también investigaciones en las ciencias aplicadas, sobre todo cuando se trata de institutos de ingeniería.
Hay que garantizarle al personal de investigación científica el tiempo necesario para su actividad profesional, de modo que pueda dedicarle la mayor parte de sus energías. En este foro se ha planteado la necesidad de garantizar al personal las cinco sextas partes de su horario de trabajo semanal para la investigación científica. En el documento correspondiente, he agregado a esa propuesta el término “por lo menos” y ustedes, a su vez, han añadido “es indispensable”. ¡Bien hecho! Cuando se ponga en circulación el documento de la Academia de Ciencias, que se incluyan estas palabras. A mi parecer, se debe permitir que uno se dedique por completo a la investigación científica. ¿Por qué considerar inadmisible que alguien dedique toda la semana, día y noche, a la investigación científica?
Si el sistema de trabajo es justo, se puede poner en juego la iniciativa de la gente. Hay que trabajar contra reloj para reajustarlo cuanto antes.
Cuarto, el problema del sistema y la calidad de la educación.
En la educación, debemos seguir caminando con las dos piernas. En la enseñanza superior, la una son los centros docentes superiores y la otra, los diversos tipos de escuelas superiores de estudio y trabajo y de tiempo libre; caminemos, pues, con estas dos piernas. Debemos seleccionar entre los centros docentes superiores cierto número de planteles clave y concentrar nuestros esfuerzos en asegurar el éxito de su trabajo docente. Deben tener sus centros docentes clave no sólo el Ministerio de Educación, sino también las diversas provincias, municipios y regiones autónomas así como los diversos departamentos encargados de actividades especializadas.
Los estudiantes universitarios provienen de las escuelas secundarias, y los de éstas, de las escuelas primarias, razón por la cual es necesario dar importancia a la enseñanza primaria y secundaria. Hay que fomentar un buen estilo de trabajo. Cuando hablamos del ambiente moral, no nos referimos sino al estilo del Partido, al estilo del ejército, a la moral del pueblo y al estilo de estudio. El más importante de ellos es el estilo del Partido. Un buen estilo del Partido también debe reflejarse en la educación, y sólo así se podrá forjar un buen estilo de estudio. En la actualidad, algunos de nuestros adolescentes y jóvenes han adquirido malos hábitos. Debemos cambiar estos hábitos a partir de la enseñanza primaria. Durante un período bastante largo después de la fundación de la República Popular, fueron excelentes el ambiente moral, el orden y la disciplina de toda la sociedad. Los alumnos acataban conscientemente la disciplina, y a menudo se veía en la calle a jóvenes pioneros, con megáfonos en la mano, velando por el orden del tránsito. Más tarde, como consecuencia de las actividades de sabotaje perpetradas por la “banda de los cuatro”, fue degradándose el ambiente moral. Entre los crímenes cometidos por dicha banda, uno de los más graves fue conducir a la corrupción a cierto número de adolescentes y jóvenes. Si deseamos ahora purificar el ambiente moral, debemos asignar a las escuelas la tarea de cultivar buenas costumbres. Hay que fomentar excelentes estilos y hábitos tales como el amor al trabajo, la observancia de la disciplina y la aspiración al progreso. Los maestros tienen la obligación de promover estas excelentes costumbres. Deben hacerse amigos de los alumnos, mantener relaciones con sus familias y cooperar con éstas para llevar juntos a feliz término la educación. Es necesario restablecer la práctica de guiar las actividades extraescolares de los alumnos para enriquecer sus conocimientos, vigorizar su aspiración a un brillante porvenir e impulsar su desarrollo en todos los aspectos. El camarada Mao Zedong estuvo por un desarrollo íntegro de los alumnos en lo moral, lo intelectual y lo físico. Deben guiarse por este precepto todas las escuelas primarias y secundarias.
Es necesario estudiar cómo elevar el nivel de los maestros. Hace unos años, ellos no se atrevían a enseñar, pero de esto no tenían la culpa. Ahora deben no sólo enseñar sin recelo sino también saber hacerlo con éxito. A tal efecto, es imperativo intensificar la preparación de los maestros. Hay que invitar a algunos maestros calificados para que enseñen a los maestros en general. Los profesores universitarios deben ayudar a los de la enseñanza secundaria a elevar su nivel.
Varios camaradas aquí presentes han trabajado en este sentido y han logrado buenos resultados. La formación de maestros debe ser incluida en nuestro plan como una de las tareas que deben realizarse. Sólo cuando los maestros enseñen bien, podrán estudiar bien los alumnos. Desde luego, hay una interacción entre la enseñanza y el estudio. Algunos problemas surgidos ahora •entre los alumnos se deben a varios factores, sociales y familiares, así como al hecho de que hay maestros que no saben enseñar y guiar a sus alumnos. Es preciso elevar el nivel de los maestros, nivel que, además de ser político e ideológico, incluye su capacidad profesional y su estilo de trabajo.
En el sistema educacional hay muchos problemas específicos. Uno de ellos es la duración de los ciclos de enseñanza. Dejemos por ahora para una reflexión ulterior la cuestión de si por de pronto debemos restaurar o no el período de cinco años en la primaria y en la secundaria , pues todavía no hemos llegado a un acuerdo al respecto. Este no es un tema de gran importancia. El punto clave lo constituyen los materiales de enseñanza. Estos deben reflejar los adelantos de la ciencia y la cultura de la época moderna y, a la vez, concordar con la realidad de nuestro país. Otro problema es hacer nuevamente efectivo el sistema de vacaciones. Durante las vacaciones, es necesario organizar las más variadas actividades estudiantiles con vivacidad y dinamismo. Algunos alumnos también pueden aprovecharlas para repasar las lecciones mal asimiladas. Igualmente debemos dar vacaciones a los profesares, para que descansen y recobren fuerzas, reflexionen y resuman sus experiencias, es decir, para que reposen y se rehagan. No debemos ocuparles todo el tiempo de sus vacaciones, La apropiada alternancia del trabajo con el descanso, lejos de bajar la calidad de enseñanza, contribuirá a elevarla. El tercer problema es la admisión en la universidad de alumnos recién egresados del segundo ciclo de secundaria. Debemos tomar la decisión de restaurar, a partir del presente año, la antigua práctica de admitir directamente mediante exámenes a alumnos egresados del segundo ciclo de secundaria y renunciar a la práctica de admisión mediante recomendaciones de las masas. La admisión directa de egresados de secundaria es probablemente, a mi juicio, un buen sistema que permite preparar hombres de valía y alcanzar éxitos en la mayor brevedad de tiempo. El cuarto problema es el salto de grado escolar y la repetición de curso. Esto sólo atañe a pocas personas. Me inclino a autorizar el salto de grado, pues de esta manera se formarán más rápido hombres de talento. Podemos ensayarlo en algunas escuelas. En cuanto a la repetición de curso, debemos proceder con prudencia. Hay que hacer todo lo posible para asegurar el éxito de todos los alumnos en sus estudios. Si un alumno no aprueba el examen, podemos darle otra oportunidad de pasar por pruebas suplementarias y no debemos hacerle repetir el curso a la ligera. Respecto a aquellos que necesiten repetirlo, debemos encauzar sus ideas por un rumbo acertado. Es necesario expulsar de la escuela a aquellos que se comporten muy mal y no se corrijan después de una reiterada educación. Si no expulsamos a los granujas y golfos, quienes no tienen ninguna vocación por el estudio, podrán pervertir el estilo y costumbres de toda la escuela. Los centros docentes deben extremar sus esfuerzos en el trabajo ideológico entre los estudiantes. Hay que intensificar nuestra labor con aquellos que no se comporten bien y tratar con prudencia incluso a aquellos que no se corrijan después de una reiterada educación. Hay que recurrir a todos los medios y trabajar tenazmente por su transformación, de manera que los malos alumnos se conviertan en buenos o relativamente buenos.
Quinto, el problema del servicio administrativo.
Los servicios administrativos funcionan precisamente para facilitar la investigación científica y el trabajo educacional, creando condiciones favorables para su personal, de modo que éste pueda consagrar todas sus energías a su labor profesional. Los servicios administrativos deben abarcar el suministro de datos, el buen servicio de bibliotecas, la adquisición y abastecimiento de materiales e instrumentos y equipos de laboratorio y la construcción de fábricas piloto. También deben incluir una buena organización de comedores y guarderías, etc. Los que se dedican a este servicio tienen que aprender cómo administrar los asuntos cotidianos y cómo cumplir más tareas con menor gasto. Algunos problemas son de fácil solución; pero, durante el período en que la “banda de los cuatro” hacía espantosos estragos, nadie se ocupaba de ellos. Un buen número de investigadores científicos tenían que ajetrearse acá y allá con el fin de conseguir materiales e instrumentos para el trabajo, y esto retrasaba el cumplimiento de sus tareas y les hacía perder tiempo. Todo esto suponía un gran perjuicio. Hoy día, debemos designar para los servicios administrativos a un buen número de personas, quienes han de estar dispuestas a ser héroes anónimos y a servir al personal profesional con afán y celo. Los servicios administrativos en sí mismos son una ciencia que requiere estudios y en la cual es posible preparar hombres de valía. Si uno no ahonda en la materia, no puede desempeñar su función en forma satisfactoria.
Para desplegar la iniciativa de los trabajadores científicos y educacionales, de nada sirve hacer promesas vacías, sino que es necesario crearles condiciones apropiadas y ayudarlos efectivamente en la solución de una serie de problemas específicos. Desde luego, se encontrarán muchas dificultades al respecto. Hay que superar estas dificultades una por una según sus prioridades. En el contingente de investigadores científicos, por ejemplo, podemos resolver primero las dificultades de aquellas personas que hayan logrado éxitos relativamente grandes y tengan brillantes perspectivas en su carrera profesional. No se trata solamente de camaradas veteranos, sino también de camaradas de edad mediana y jóvenes. Así como en el río Changjiang un oleaje sobrepasa a otro, también en la investigación científica sucede con frecuencia que los jóvenes superan a los hombres de edad. Nosotros, los viejos camaradas, debemos ayudar de buen grado a los jóvenes para que se pongan a nuestro nivel. En cuanto a los integrantes de la columna vertebral del trabajo profesional cuyos cónyuges viven en lugares distintos, debemos darles la prioridad para que sus familias puedan reunirse con ellos. Por supuesto, esto no quiere decir que se pueda resolver inmediatamente el problema de todos los matrimonios que viven separados, pues esto requiere la construcción de muchas viviendas, razón por la cual hay que proceder conforme a las prioridades.
El Ministerio de Relaciones Exteriores ha informado que cierto número de sabios de origen chino y con nacionalidad extranjera desean volver a China. Esta cuestión, que en su tiempo ya estudió el camarada Zhou Enlai, debe ser resuelta ahora. Debemos hacer preparativos para su retorno creando las condiciones necesarias y construyendo más viviendas. Pues, cuando regresen a China, será de todos modos necesario proveerlos de alojamiento y de las condiciones necesarias para su trabajo. La aceptación de sabios de origen chino y con nacionalidad extranjera es una medida concreta para desarrollar nuestra ciencia y tecnología; otra medida concreta es la de enviar personas a cursar estudios al extranjero. Además, invitaremos a China a famosos sabios extranjeros para que dicten conferencias. Entre los sabios que son amigos de China, son muchos los que tienen reconocidos méritos académicos. Invitarlos a dictar conferencias es una medida magnífica. ¿Por qué no hacerlo?
Como el Estado enfrenta todavía dificultades, algunos problemas prácticos no pueden solucionarse de una vez. En mi opinión personal, se deben incrementar las asignaciones presupuestarias para la investigación científica y la educación. Sin embargo, no se puede esperar que aumenten mucho de inmediato. Debemos esforzarnos por asegurar el éxito de nuestro trabajo en condiciones difíciles. Allí donde ya contemos con condiciones favorables debemos aprovecharlas plenamente para hacer progresar cuanto antes nuestro trabajo; allí donde aún no contemos con ellas, debemos mejorarlas paulatinamente. Hay que superar cuanto antes cualquier dificultad que deba y pueda ser superada.
Sexto, el problema del estilo de estudio.
Para promover un buen ambiente moral, lo principal es seguir la línea de masas y buscar la verdad en los hechos. Esto es particularmente válido para el trabajo científico, ya que la ciencia misma la constituyen conocimientos que sólo se adquieren con una actitud realista y honesta y no con simulacros. En los últimos años, como consecuencia de las actividades subversivas de la “banda de los cuatro”, han surgido muchos problemas en el estilo de estudio, como por ejemplo la represión de discusiones libres y el bloqueo recíproco de informaciones. En la actualidad, los debates y discusiones entre diferentes corrientes no han ido más allá de la medida, sino que, por el contrario, son muy insuficientes. En las discusiones, podrán aparecer algunas opiniones erróneas, lo cual no tiene nada de temible. Debemos persistir en el principio de “que compitan cien escuelas” y permitir los debates. Las diversas corrientes académicas deben respetarse mutuamente y aprender los puntos fuertes unas de otras para superar sus propios puntos débiles. Hay que fomentar intercambios académicos. Ninguna conquista en la investigación científica se ha debido al esfuerzo aislado sino a la asimilación de las experiencias exitosas de los antepasados y los contemporáneos. Toda nueva teoría científica se plantea como resultado de la síntesis y el resumen de experiencias prácticas. ¿Cómo es posible formular una nueva teoría sin contar con las experiencias prácticas de antepasados o contemporáneos, de chinos o extranjeros? El que practica el bloqueo de informaciones no sólo perjudica a otros sino que también se daña a sí mismo. Debemos considerar la actitud de uno hacia tal bloqueo como uno de los más importantes criterios para medir el grado que ha alcanzado en la remodelación de su concepción del mundo. El hecho mismo de que uno practique el bloqueo muestra que su concepción del mundo no ha sido bien remodelada. Hace mucho tiempo que las tecnologías de fabricación de algunos productos ya fueron desarrolladas en el extranjero, pero aquí, dentro del país, aún están bajo bloqueo informativo impuesto por unos chinos frente a otros chinos, fenómeno éste que debemos superar resueltamente.
Hay que publicar revistas de carácter académico. Para tal efecto, es necesario resolver el problema de la edición e impresión de las publicaciones de investigación científica y de educación e incluirlo en el plan estatal. Actualmente, hay una gran escasez en el suministro de papel, pero, al mismo tiempo, se observa un grave derroche de papel. Se imprimen en demasía cosas innecesarias mientras que no pueden salir a la luz publicaciones necesarias. Es muy importante tomar una disposición racional al respecto. El camarada Mao Zedong siempre preconizó que los comités del Partido a los diversos niveles, como organismos dirigentes, emitieran menos documentos y recorrieran con mayor frecuencia las entidades de niveles inferiores. Si seguimos esta orientación, podremos economizar gran cantidad de papel. Tenemos que garantizar la impresión y la publicación de las tesis y revistas académicas de gran valor. A juzgar por la actual situación editorial, ciertas obras tienen que esperar muchos años antes de ver su salida a la luz, lo cual significa maniatarse a sí mismo.
El estilo de estudio implica muchas cuestiones y no puedo referirme a todas ellas. Planteé este problema con el propósito de exhortar a fomentar un buen estilo de estudio y a dar cuerpo a una situación de vivacidad y dinamismo, haciendo florecer la ciencia y la educación de nuestro país.
Un Comentario
Romel Ali Rodriguez
Documentos como este de Deng Xiaoping, y otros de texto y orientaciones similares pueden ser recogidos y analizados por una Comisión de Estudio donde estén representaciones de la educacón en todos sus niveles, desde inicial hasta universitario, se establezcan algunas conclusiones sobre la factibilidad de establecer un programa educativo de evaluación durante un periodo de tiempo de por lo menos 10 años y el consiguiente ajuste progresivo sobre la base de la revisión constante de las fortalezas, las debilidades las oportunidades y las amenazas. La investigación básica y aplicada deben tener una orientación de Estado sobre la realidad concreta hacia una economía productiva que involucre a todos los sectores.