Emilio Hernández / Correo del Orinoco
No salgo de mi asombro al ver al candidato de la derecha sugiriendo que él no es el verdadero candidato, que es una especie de suplente, que hará lo que diga su “jefa” (quien lo promociona llevando afiches a sus propias concentraciones), en pocas palabras, confiesa que es un cero a la izquierda. Por este camino, estas van a ser las elecciones más fáciles de la historia para el chavismo.
Sin embargo, no hay que bajar la guardia. Voy a continuar en plan de advertencia con respecto al poder de lo que he llamado “demagogia personalizada”, es decir, el uso de datos personales (privados o no) por parte de empresas internacionales asesoras en temas electorales, datos que los venezolanos hemos introducido voluntariamente en las redes sociales, para enviar mensajes personalizados a cada usuario.
Legales o no, las estrategias de publicidad con base en perfiles de usuarios tienen impacto. Tanto para cambiar el sentido del voto, especialmente entre los votantes llamados “ni-ni”, como para desmovilizar a los votantes de una determinada opción.
La demagogia personalizada es más efectiva que la demagogia “tradicional”, punto. La razón que la hace sustantivamente más efectiva es que con demagogia personalizada se puede mentir con más desfachatez.
A través de canales de comunicación directos y privados, le pueden decir a un jubilado que subirán las pensiones y a un empleado joven que reducirán los impuestos, lo que es contradictorio porque las pensiones salen de los impuestos. O le pueden decir a un convencido neoliberal que se harán más concesiones mineras mientras le dicen a un activista por la ecología que se protegerán los parques naturales de la explotación minera. Estas contradicciones no se pueden anunciar abiertamente porque quedarán expuestas. Hay cosas que no se pueden ofrecer públicamente al mismo tiempo, pero en privado sí se pueden ofrecer.
Volvemos con la pregunta ¿que hacer? La legislación venezolana debe ser mucho más severa en la regulación de la propaganda vía redes sociales. Sin embargo, quizás esto no sea suficiente. Los tiempos electorales son más vertiginosos que los tiempos de resolución judicial.
Considero más efectiva una campaña informativa sobre las posibles estrategias de demagogia personalizada de la derecha, incluso que una campaña simple de descrédito de la derecha proyanqui, por vendepatria.
Los electores venezolanos debemos saber más sobre este aspecto de la propaganda por redes sociales, debemos desenmascarar las contradicciones de la demagogia personalizada para que la gente vea con suspicacia las ofertas engañosas de la derecha. Salgámosle al paso a estas estrategias de publicidad en redes sociales y ¡venceremos!
Un Comentario
Joaquín Ramos
Personas como el autor de este artículo, especialista en Tecnología de la Información y Comunicación, pueden contribuir a recopilar, haciendo uso de aplicaciones especializadas, la mayor cantidad que puedan de los citados mensajes contradictorios; para divulgar esas contradicciones. Para ello, se apoyarían en todos los usuarios y las usuarias que les retransmitan cualquier mensaje de propaganda electoral que reciban. Es una idea.