AUTOR Y COMPILADOR: Pedro Pablo Pereira
23 -6 -95: Hoy por la noche he visto unas escenas terribles por la televisión: unos ladrones toman como rehenes a unas mujeres en el centro Urológico de San Román; se produce un tiroteo por impericia de los que dirigen a unos trescientos policías que acudieron a “resolver” el asalto; hemos visto cuando uno de los ladrones descarga un balazo a una de las mujeres que llevaba sujetada por el cuello, y seguidamente cuerpos ensangrentados por doquier, zapatos de hombres y damas regados por todo el sector de la redoma: algo que nos retrotrajo a los días espantosos de saqueos y muerte del 27 de febrero cuando la policía y el ejército disparaba a mansalva contra el pueblo. Uno de los asaltantes pudo huir. Todo esto fue televisado, y el país quedó conmocionado por la frialdad y violencia de los asesinos.
Poco después, comenzaron a desfilar por en el lugar políticos de partido como Antonio Ledezma y el presidente de Fedecámaras; la presencia de Luis Piñerúa Órdaz me produjo un asco incontenible. Todos iban muy pepitos, entornando los ojos frente a las cámaras como verdaderos buitres ante las víctimas destrozadas, para pontificar contra la violencia cuando ellos son la personificación del crimen y de la m{as bestial delincuencia.
El infame canalla de Rafael Caldera totalmente ausente de sus responsabilidades, indolente, petrificado y sin hacer nada: todo el país hundiéndose en la mayor desesperación y caos. Hace poco entrevistaron a Moisés Moleiro y éste reclamo que debía darse una Calderazo y se produjo una reacción ridícula de Luis Herrera y de otros malandros copeyanos y adecos, con gestos de comediantes. Pero yo digo, ¿cómo puede imaginarse que un anciano desorientado y acabado como Caldera pueda hacer algo?; anodino, versátil, enfermo y agotado… que toda su desesperación era volver a coger el juguete de Miraflores, porque él decía: “Si Betancourt y CAP fueron presidentes dos veces, ¿por qué no lo puedo ser yo?”
24 -6 -95: Hoy hemos visto en los periódicos dando saltitos de zamuros al Ministro de Relaciones Interiores, a la compotita de mierda de Ramón Escovar Salom luego de la plomazón en el Urológico de San Román. El ministrico, el funesto calvito, tan cínico y contradictorio como CARLOS ANDRÉS PÉREZ, diciendo que en cuanto a seguridad el gobierno ha hecho muchísimo, pero reconoce que no lo suficiente. Que el problema de la violencia es prácticamente insoluble. ¿Qué querrá decir con «muchísimo», cuando por primera vez se ven escenas tan brutales de sangre por doquier, torpeza policial tan evidente, y un terror tan desbordado y cruento en la delincuencia que nadie está seguro ni en los cementerios? ¡Qué significa eso de “MUCHISIMO”?
26 -6 -95: En la espantosa carnicería del Urológico de San Román, el ministro de Relaciones Interiores, Ramón Escovar Salom, ha declarado que fueron los delincuentes quienes dispararon primero, y que por eso se produjo la gran matazón. Toda la prensa se ha burlado de estas declaraciones y “El Nacional” en su mancheta de hoy ha colocado: «El muerto disparó primero», porque lo cierto es que los ladrones se encontraban en el interior de la camioneta donde llevaban a los rehenes y les era imposible disparar.
27 -6 -95: Pareciera que no vivimos en una nación sino un refugio de holgazanes, que viven becados por la renta petrolera. Aquí todo el mundo pide plata (sobre todo los multimillonarios) y en eso se la pasan también los gremios, sindicatos, asociaciones de vecinos, universidades, fundaciones, ateneos, federaciones de estudiantes y cuanto grupo u organización se constituya para “tratar de salvar la patria y la cultura”: «Plata», «presupuesto», «ayudas», «colaboración», es el lenguaje del diario vivir de estos pequeños purgatorios. Y por supuesto que esto no puede ser una nación. Mientras un grupo social no aporte con sacrificios, con desinterés, algo espiritual y humano a la sociedad, no tiene derecho a solicitar nada material, principalmente Fedecámaras, de los más pedigüeños y ladrones. Pero aquí se cree que luchar es PEDIR, y se pide principalmente dólares preferenciales: «condonación de deuda a los empresarios», «dólares de RECADI (que aún existe)», jugoso viáticos, bonos extras,…
“Hemingway era un macho homosexual enamorado de los toreros”, Umbral.
1 -7 -95: Hoy es sábado, nubosidades, calor, humedad, día muy pesado, con trazas de luces melancólicas. La Tierra está enferma: mañanas de intensa vaguedad, que pronto terminan en días apagados con una pertinaz lluvia. Es tremendo el cambio climático que se está sintiendo en los dos últimos años.
Ayer pasó toda la tarde lloviznando cuando en la mañana nos alumbró un sol abrasador, llanero, esplendoroso, como el que recibimos por diciembre. A eso de las seis de la tarde, las nubes se despejaron y permitiéndonos ver una hermosa capa de nieve en los picos. Duró poco este hermoso espectáculo.
A eso de las 4:30 asistí a una reunión que se lleva a cabo en el salón del Decanato desde hace unos cinco meses, intentando encontrar una salida más humana para la Facultad, dentro del contexto de la situación general del país. Me llamó la atención que la está gente más interesada en hablar que en resolver los problemas de nuestra universidad (desde un punto de vista realmente humano, franco y por fuera de cualquier interés personal o de grupo). Este grupo que se ha denominado el Club de los Viernes, se encuentra formado por el vasco Juan Mendialdúa, el catalán Alberto Serravals, el francés Michel, el colombiano Juan Salazar, el mejicano Bernardo Fontal, los Dáger (que son de origen árabe) y este servidor que es de Santa María de Ipire. Son extraordinariamente interesantes las ideas que allí se plantean, y es quizás la primera gran discusión que con seriedad, paciencia y buena voluntad se realiza sobre la situación de la universidad venezolana en décadas.
Leo el libro de Prescott sobre la conquista del Perú. Los días transcurren con su carga de rutina. Estoy dedicando parte de mi tiempo al estudio de la Teoría de Grafos y he vivido momentos de gran placer descifrando y analizando esta materia. Las matemáticas son pura poesía; si la naturaleza me hubiese dotado de un poderoso talento para las matemáticas habría sido absolutamente feliz. La matemática es poesía en su más alta y absoluta pureza. En medio del estudio matemático realmente a uno no le hace falta nada. Como los músicos con sus notas y sus melodías.
Esta debe ser la mayor sabiduría: apartarse del mundo, el cual no tiene remedio y dedicarse a cultivar un saber abstracto, profundo y místico.
Cuando uno llega a conocer con cierta profundidad la realidad social de estos pueblos latinoamericanos, sufre o comienza a padecer un raro y brutal desconcierto: se apodera de uno la idea de que cuanto se haga constituye una total inutilidad y un gran desperdicio de tiempo. En días pasado se reunió un grupo de personas que tienen el mayor interés de servir al país; se pensó en un principio que de allí debía salir un movimiento de elevada conciencia nacional, de hombres con un profundo sentido del sacrificio; la primera reunión pudo sobrevivir, lleno de discusiones de todo tipo, ya en la segunda discusión, cundió la desesperación y el desgano, pues muchos de los participantes, con distintas opiniones, se angustiaban porque querían tener ya elementos, recursos, métodos de lucha, una estructura forjada y clara de lo que debe hacerse. Al no verlos de manera concreta y poder estructurarlo el primer día, comenzó la desbandada: la gente ansía ver resultados inmediatos para dar cauce a sus ansiedades e impaciencias, precisamente porque carece de disciplina, y aplicación al trabajo paciente, de respeto y compromisos con sus deberes, con lo que se asume; en esta impaciencia que acaba provocando improvisación, está la verdadera razón del creciente descalabro de la nación.
5 -7 -95: He estado meditando sobre la posición española frente a América Latina. A España sobre esta porción del continente, al igual que los gringos, sólo le interesa los negocios.
El “Jefe” no me trata, pero cuando ve a mis niñas las saluda con aprecio y gran respeto. Es un buen hombre.
Realizo gestiones ante la Universidad de Sevilla, para ver si el año que viene hago uso, al fin de un Año Sabático. He enviado varios mensajes, pero hasta ahora no he obtenido ninguna respuesta. Debo dejar constancia de la ayuda que en este respeto me ha prestado el profesor Juan Rada, quien se encuentra haciendo su doctorado en la Universidad de Murcia.
El profesor Antonio Tineo, se me acercó el otro día para hablarme de la edición de unas notas suyas que tiene sobre Topología. Le ofrecí todos los medios a mi alcance para buscarle financiamiento y encargarme de la edición; él lo aceptó y ya he elaborado dos comunicaciones, una al CDCHT, ante doctor Juan Silva, y otra a la doctora Eldrys Rodulfo de Gil en FUNDACITE, y ambos me han prometido ayuda. Veremos. He utilizado bastante tiempo en esta ocupación. Le sugerí a Tineo que solicitara a Mischa Cotlar para que le escribiera el prólogo al libro. Quiera Dios que pronto se defina esta ayuda, porque los costos para mañana duplicarán los de hoy.
Para el jueves 13 de la semana que viene, hemos organizado un acto, donde haremos un reconocimiento a los historiadores Andrés Márquez Carrero y José Esteban Ruiz Guevara. También en el mismo acto, se presentarán los libros Entre el barro y la neblina, de Pedro Pablo Pereira; Hojas secas, de Roger Vilaín y La ciencia médica, de Alirio Pérez Lopresti, todos bajo el sello de Kari´ña Editores.
Actualmente, Pedro Pablo está transcribiendo una obra inédita sobre la vida del Diablo, Nicolás Briceño. Habrá que ver, de dónde conseguimos plata para editarla. Vamos a hacer todo lo posible por interesar a la gente de Trujillo que dirige una cátedra llamada «Nicolás Briceño».
Yo me imagino a Chávez totalmente angustiado en la tarea que lleva a cabo; estas son faenas para hombres como Bolívar y a él le tocará pasar una temporada en el infierno, y será su más terrible prueba. Todos los directores de periódicos están contra él. Al grupo que aquí se formó, luego del inmenso entusiasmo que despertó su presencia en la Facultad de Ciencias, se ha ido desinflando. Ayer me llamaron de parte de coronel Luis Alfonzo Dávila para saber si teníamos algunas conclusiones de las deliberaciones de los días 15 y 16 de junio en los que tratamos el tema de una Constituyente.
En este país está muerto como Lázaro, y de momento no se cree en nadie. Se está peor que durante la guerra federal: flácidos por la indiferencia, hastiados de inutilidad, cargados de molicie y desencanto.
Se quiere estudiar la Constituyente, lo cual es muy complejo, porque el asunto de las elecciones se ha convertido en un carnaval de la canalla dominante; hay unas pocas agencias que administran a los candidatos, que sólo pueden funcionar a través de los partidos «mayoritarios» que en una población de doscientos mil habitantes no obtienen más de cinco mil votos y así «triunfan» gobernadores, alcaldes y hasta presidentes. Ningún otro movimiento independiente de los partidos puede tener recursos para participar en unas elecciones, porque además si no tienen suficientes representantes para cuidar las mesas, les roban los votos.
De modo que todo esto es difícil de vencer, y sólo una revolución poderosa puede cambiarlo.
El presidente Caldera continúa bien muerto. Nadie todavía sabe cuándo lo enterrarán.
7 -7 -95: Ayer vino a Mérida mi amigo matemático Henry Gzyl, a dictar algunas conferencias en la sección de postgrado de la Facultad de Ingeniería. He tenido, no sé si lo he dicho ya, una extraordinaria amistad con Henry. En la dimensión humana un ser sencillo, humilde, amable. Nos identificamos de corazón en aquellos primeros años cuando los dos estudiábamos bachillerato, él en el Liceo Urdaneta, y yo en el Juan Vicente González. Por él, me entregué al estudio de las matemáticas y me hice matemático. Pasábamos horas discutiendo sobre problemas de física, y también de filosofía. Se definía en aquellos tiempos como un hombre de izquierda, y varios de sus mejores amigos eran comunistas.
Ayer se acercó por mi oficina, el doctor Humberto Alí Pernía con los resultados de la encuesta para rector, y me da la noticia de que he ocupado un lugar muy malo: quedé casi de último, con un 1,87%.
Pienso que la tecnología ha fracturado el afecto de los hombres: ya no hace falta tener amigos porque tenemos la televisión, las computadoras, internet, los vídeos; no es necesario hacer visitas a nadie, y más bien constituye una perturbación el que alguien venga a sacarnos de nuestra inmersión en este mundo que llaman de las redes. Ya nuestros hijos no tienen amigos, ni falta que les hacen: con la televisión y los juegos se bastan a sí mismos afectivamente. Las relaciones son cada vez más impersonales, lejanas, aunque cada cual lleve su máscara muy bien puesta.
Yo también me hundo en este mar cuando llego de clases: enciendo la televisión en busca de noticias y documentales sobre otros mundos, realmente apasionantes. A las 8 p.m., cuando coinciden noticieros de España, Colombia, Perú y Venezuela, me olvido por un buen rato del teléfono; si suena el timbre no me incorporo para saber quién llama. De modo que todo es fútil si entendemos que vivimos en un lugar fantasioso que todavía no existe para el tiempo moderno. Ni para el posmoderno, en estos finales del segundo milenio… Vivimos en una galaxia, donde la gente que nos rodea carece de nervios, de huesos y témporas.
¿Qué es en verdad la vida, qué es la muerte? ¿Dónde estamos, a dónde vamos? ¿Quién es de veras uno? ¿Qué tenemos en este desierto de dudas, por el que podamos decir estamos justificando la vida? ¿por qué y para qué luchamos?
Y ahí estás tú, frente a ese cajón lleno de rayos catódicos, ante al cual estás arrellanado, indefenso e inmovilizado, aplastado, inútil, buscando el sueño o vacío.
Hoy por la tarde me he comunicado telefónicamente con el profesor Mischa Cotlar, y ha aceptado escribir la presentación del libro de Tineo sobre Topología. Debo enviárselo a más tardar, el próximo martes.
Hoy el profesor Juan Mendialdúa hizo una brillante exposición en el llamado Club de los Viernes (que no acaba por colocar guillotinas en cada esquina de la Facultad de Ciencias). Esta vez sólo asistimos cinco profesores. Nos miramos, nos medimos en la insondable soledad del espacio. Nos tomamos un café, y hablamos sin decirnos nada. Michel, profesor de Física ha vivido en este país (quince años sin bañarse) aunque muy inteligente, no produce chispas, ni sabe cómo funcionan las guillotinas. Son extranjeros académicos, tremendamente etéreos. Hoy les he propuestos que formemos un frente guerrillero, y que realicemos ejercicios militares en el cerro de La Hechicera.
Acumulo montañas de libros alrededor mío, que quizás nunca llegue a leer. Después de viejo siento una terrible necesidad de estudiar filosofía.
Sin filosofía no podemos hacer nada…
9 -7 -95 – Domingo.
8:35 a.m. El sol sale en todo su esplendor.
Para mí no cabe la menor duda, de que la beatificación de la beata María de Los Ángeles, ha sido una invención organizada por el gobierno del doctor Rafael Caldera y la Iglesia venezolana para atenuar el estado de agitación que hay en el país. Todo producto para tratar de darle alguna salida a la enorme y espantosa crisis moral que se vive en este país. Casi nadie, incluso entre los más altos dignatarios de la Iglesia, conocían de esta monja, repentinamente, su imagen ha llenado todas las iglesias, todos los rezanderos y nichos religiosos de las beatas, y la prensa y la televisión no cesan de mentar a esta fulana santa.
En días pasado, asistía a una ceremonia religiosa en La Hechicera, cuando el padre José Abad, en su homilía, intentó mencionar a la referida santa; se veía que no recordaba bien su nombre y a todos los presentes nos produjo incomodidad la enorme vacilación de su memoria, que confirmaba lo que casi todo el mundo cree, que esto ha sido una invención para el gobierno intentar paliar, con estampitas, y trajines de devoción la agonizante situación social de Venezuela.
Pero nada se resuelve, y ahora la Iglesia está montando un estruendoso show con cámaras y ruidos por todas partes, en Maracay sobre todo, con el cardenal Alí Lebrún a la cabeza, para bendecir una vez más a la fulana santa que carece de historia.
En el fondo, es verdad que todo el mundo ansía creer en el algo, y esta vez, de mala gana la gente se come el cuento; un aceite de ricino para los parásitos del hambre.
El Vaticano, que nunca pierde una, hizo su agosto con los imbéciles venezolanos, casi todos ricos, que a costa del erario público, en su mayoría, se trasladaron a dar muestras de fe en el acto de beatificación de la referida santa y cogieron para Roma; llenaron los hoteles en los alrededores del Vaticano y cargaron con cuanta medallita y escapularios se forjaron en honor de Sor María de Los Ángeles, bendecida en los altares mayores.
Hoy aparece en televisión el gobernador del Vaticano diciendo que está muy bien que los enfermos y los que padecen grandes males en Venezuela, se entreguen a la total adoración de María de Los Ángeles. Esta santa, que creo, fue beatificada con la intención de aumentar inmediatamente el precio de la gasolina en nuestro país, lo cual no ha resultado todavía un consuelo fulminante: el gobierno no se decide al aumento, esperando a que le iluminen los milagros.
11:15 a.m. Salgo con María y mis hijas a visitar a Jean Marc De Civrieux y Gisela Barrios. El tiempo ha cambiado completamente. Se desata una pertinaz lluvia. El cielo se torna oscuro, y cunde algo parecido a la decepción o la desesperanza. Dos guayacanes y dos enormes eucaliptos como enormes candelabros se nos atraviesan en el camino. Creo ver bestias en las nubes, y un silencio grandioso que llama a ocultarse del diluvio que nos arrasará a todos.
Llevo conmigo un artículo sobre el Comandante Hugo Chávez, el cual corrijo para su publicación. En casa de Gisela me echo en un chinchorro a contemplar la lluvia, y a tratar de entender los signos azarosos que me llegan junto con los relámpagos y alaridos de las guerras del pasado.
3:00 Salgo a caminar al río de La Mucuy junto con Jean Marc y mis niñas. Jean Marc camina fatigado y de vez en cuando me pregunta si yo también estoy cansado…
5:20 p.m.: Regresamos a Mérida en medio de la pertinaz llovizna: oscura la ciudad por los tortuosos nubarrones.
11 -7 -1995: He tenido una visión horrible de este país. Esto se destroza, se pudre ante los ojos de todo el mundo y ya es imposible detener la hecatombe última. Todo el mundo echado, indolente, paralizado mentalmente. A veces me acude como único consuelo y descanso, la muerte. La muerte es lo único que resuelve todo en este país. A falta de hombres, a falta de imaginación para salir de este espantoso desastre, la muerte, la muerte lo cura todo.
¿Cuando uno muera, cesarán acaso nuestras culpas y remordimientos?
Gobernar en este país es dejar hacer, porque dejando hacer la gente cree que no se generan problemas, que no se sufre, que no se piensa, que no se ejercita la voluntad ni el carácter y que se podrá comer bien tres veces al día y dormir la siesta y pasar la noche serenamente como un animal agotado y así tener amigos contentos a granel: ser invitado a todas partes y compartir sin acidez estomacal, sin traumas musculares o mentales con nada ni con nadie. Hoy lo que prima es lo práctico, el utilitarismo personal; el bien inmediato que reporta una actitud benevolente y cordial hacia todo el mundo. Uno realmente no desea saber absolutamente nada de lo que incomode, de lo que perturbe o conmueva el sereno cauce del este «vivir» sin destino.
Yo todo lo veo con una angustiosa claridad, pero no tengo talento ni fuerzas para luchar, y además nadie escucha, a nadie le interesa oír ni nadie quiere sacrificarse, todo el mundo dice: “es que estoy ocupado… en la nada”.
Hace una semana vi en enormes titulares de El Nacional que la empresa Gallup había realizado una encuesta, donde se revelaba que el 45 por ciento de los venezolanos deseaban vivir en otro país, dado el despelote y la inseguridad, el desorden y el abandono en que esto se encuentra. Un sentimiento propio de seres inferiores, que no saben qué hacer con sus vidas. Que siempre andan considerando que nacieron en el lugar equivocado, y que ellos mismos son unos desperdicios sociales. Que además todo les huele mal y que nuestro país nunca ha servido para nada, cuando no se dan cuenta de que el país está así por su propia gente.
Ahora bien, esto significa que aquí nadie quiere construir su país, luchar por él, sacrificarse y hacerlo digno de seres humanos y pensantes, sino abandonarlo y buscar otro que ya esté hecho y realizado para acomodarse como un aprovechado y mantenido en esos lugares. Son gente que lo que busca es la comodidad, eso que llaman confort, porque a falta de valor y capacidad para crear lo que les apetezca, siempre les parece preferible, claro. Aquí la gente quiere seguir viajando a Miami y recibiendo becas y bonos y permisos en el trabajo por cualquier friolera, y dormir y pasar la vida sin mover un dedo. Ojalá que lo hicieran al menos filosóficamente, sin quejarse. Esperando además que el Estado lo haga todo.
Claro, y siempre pensamos lo más fácil: Huir del país que no hemos sabido construir; escapar a los problemas, evitar luchar y trabajar; entregarnos inermes al caos, a la degradación y la derrota. ¡Qué infame encuesta que busca justificar la desidia, la estupidez y la inferioridad generalizada! ¡Es como las encuestas que hace APULA, donde se le pregunta al profesor si desea que se elimine el reglamento para ascender sin tener que producir algo, o la eliminación de las pruebas de admisión para nuestros hijos,…
“América Latina es un desierto poblado de abogados” Juan B. Terán
14 -7 -1995: Ayer se hicieron las presentaciones de los tres libros y uno de los dos reconocimientos que se habían programado para este año en el Taller de Literatura. No me detendré a relatar lo amargo que resultó este asunto, porque en un país plagado de desorden por todos los lados ya carece de sentido hurgar y hurgar en lo mismo. Ya voy dejando de molestarme por el caos en que vivo. Uno mismo es un total caos. Quisiera salir de mí mismo. Irme de esta ciudad tan encerrada en su inercia. Renunciar a la pesadez universitaria, a la abulia de la academia. Necesito ver el mar, y romper tantas domésticas amarras. Si viniera un loco y me convenciera para irme por estos campos de Montiel…
He estado leyendo a los cronistas españoles de la conquista del Perú y he encontrado espantosas mentiras por todas partes, que no sé cómo puede hablarse de una historia seria sobre esta época de nuestra América Latina. No tenemos un pensamiento propio en América, y he ahí el gran atasco para cambiar y para cambiarnos.
La historia de Prescott es un amasijo de ridiculeces, barbaridades y falacias, que no entiende uno como pueda escribirse tamaño documento y ser considerado como uno de los mejor elaborados sobre la historia de la conquista. Ese hecho de que poco después, bajo engaño, Pizarro toma a Atahualpa y matan sus soldados, como quien aniquila moscas, diez mil indios, sin que salga un sólo español con un rasguño, es realmente horrendo y asqueroso. Y que después vengan toda esa caterva de cronistas a decirnos que tal hecho fue una bendición de Cielo, la protección y la ayuda sublime del Señor, es como para pensar, que Hitler o cualquier monstruo de la humanidad, fueron niños de pecho comparado con los conquistadores españoles.
El pretender decir, todavía, que con tamaños criminales e ignorantes, la conquista de América fue una empresa movida por sentimientos cristianos, con el fin de implantar las santas enseñanzas de Jesús en un territorio bárbaro y pagano, es de un caradurismo y de una estupidez indescriptible. Venían a robar, a implantar con métodos sangrientos y sádicos el mayor despotismo, la más insana represión con el único propósito de buscar oro. Destruyeron lenguas, destruyeron culturas milenarias, fundieron obras de infinito valor artístico para llevarse el oro, y mataron, destruyeron con violencia de sádicos, de enfermos, de brutos, por el único motivo que aquí llegaron: llevarse nuestros recursos.
Y que todavía anden con tantos ruidos obispos y curas, haciendo conferencias episcopales y creyéndose la cúspide moral de nuestras sociedades, cuando han emergidos y se han sustentado por medio de una religión de sangre, de asesinos y vesánicos canallas. Nada que provenga de tal avalancha de arbitrariedades instituidas por la pervertida España, de tal hecatombe de abusos y criminales actos, puede decirse que ayude a mejorar nuestras costumbres. La Iglesia está manchada para la eternidad por el crimen de la Conquista, y están unidas, la conquista y la Iglesia, de una manera total y absoluta, para siempre. Sin la primera no habría existido la segunda.