(EN LA GRÁFICA: Sant Roz con Carmen Váscones (Samborondón, 1958) poetisa, crítica, ensayista e investigadora del área educativa ecuatoriana)
AUTOR Y COMPILADOR: Pedro Pablo Pereira
18 -5 -1994: Anoche, al fin, el Jefe y el resto de la directiva de APULA presentaron sus cuentas; llevaron a un profesional bien trajeado de apellido Ramírez, de una conocida firma de contadores públicos para finiquitar lo finiquitable. Todo estaba muy bien confeccionado, el público embanderado con los valores de la academia quedó, claro, muy satisfecho. Se iba a discutir montos multimillonarios y había un ambiente de feria. En una larga locución el tal Ramirez dijo que todo estaba de maravillas, pero que no iba ahondar en detalles, porque era una auditoria muy conservadora y que él supone que existen organismos internos encargados de tales detalles. El Jefe y Claudio Valentino ordenaron pues su Asociación y han acabado por darle el carácter técnico que exigen los auditores y las leyes contraloras de la república. Lo cual desdibuja las peticiones que centenares de profesores habían solicitado sobre un exhaustivo inventario de los recursos que tenemos y se han dispuesto en APULA. Y el señor Jefe se molestó en buscar el auditor, jamás habría aceptado uno propuesto por el conglomerado de los profesores o una auditoria dirigida por la Contraloría General de la República. Pero en fin, eso es así porque así lo hacen las universidades autónomas en toda Venezuela. Tiene su propia contraloría, y punto.
Observé que los colegas Silvio y Ronald tienen una flexibilidad admirable a la hora de alzar el brazo.
En todo caso, el sainete continuó su curso, el argentino (o uruguayo) Hugo López Chirico, sacado de sus operaciones normales de pensador a destajo, mantenía una estoica seriedad, para que se viera cuan fiel es a las disposiciones del presidente de Apula; con su verbo greco-romano, sostuvo que en estos momentos y frente a la millonada que administra la Asociación, lo que pueda faltar es una pérdida irrisoria. Hubo aplausos. Luego Simón Alcántara tomó la palabra para aclarar que constituía un acto de valentía y un mérito el haber reconocido las pérdidas de aquella gestión.
Al término de aquellas palabras hubo un mar de suspiros entre héroes ultrajados. Allí los únicos que estaban demás, como verdaderos advenedizos y pajarracos de mal agüero eran Edgar Alfonzo -Arriaga, Migdalia Rivas y mi persona, quienes hicimos severas criticar al señor auditor y a la Directiva de APULA.
Finalizada esta primera discusión, se pasó a otra fase más peluda todavía: nombrar un Comisario inspector, el cual nunca se había nombrado, una falta que jamás se supo que podía ser fatal, horripilante y grave. ¡Es decir que esta Asociación venía funcionando rueda libre sin un Comisario inspector!
Yo no sé por qué había tanta preocupación en nombrar aquel comisario, después que el dúo Jefe -Valentino había llevado las finanzas por tanto tiempo sin la necesidad de este fulano personaje. ¿Es que realmente merecía nombrarse un comisario cuando ya les quedaba poco tiempo para finalizar su período? Aquello era un sarcasmo, pero había que participar del juego ya que nos encontrábamos en el equipo contrario, y presuroso y airoso, se vio caminar de un lado a otro de la sala al profesor Erasmo Rodríguez proponiendo a un tal Nieto como Comisario que fue aceptado de ipso facto. Era innecesaria la votación porque evidente y abrumadoramente, el señor Nieto ganaría sin oposición alguna.
Poco antes de proceder a la elección, cuando Migdalia Rivas le preguntó al Jefe por qué no se había nombrado antes al Comisario y se había venido trabajando con tal irregularidad, el presidente contestó: » – Fue un pecado de omisión, y basta. Lo omitimos. Todos somos culpables».
Repentinamente estallaron unos gritos histéricos en la sala. Un tipo de lentes de carey de rostro indefinido aunque con ojos brotados por lo culos de botella que llevaba, que estaba en la primera fila, se batió como un enérgumeno en su silla, vociferó alzando las manos y amenazando con acabar aquella tortura policial con un “zaparapanda de palos”. “¡Basta de ofensas, nojoda, y perdonen!” Un colega cerca de Silvio alzaba y bajaba la mano como un balancín, creyendo que se votaba o se negaba algo en el caso del auditor. Ante la fragante genialidad y salida del presidente hubo otro amago de sacar en hombros al Tesorero, mientras Silvio miraba a los lados por si se perdía la oportunidad de alzar el brazo; pero en eso lo superaba el señor Ronald quien estaba a mi lado y mantenía un mimetismo de Mona Lisa admirable. En una ocasión el tal Silvio se equivocó al alzar el brazo, y pidió aclaratoria, entonces al parecer el señor Ronald también se confundió y les contaron los votos dos veces y hubo que hacer reconteo y se verificaron más votos que votantes.
*) Hoy ha sido llevado CAP a la cárcel; todo en medio de una horrible jarana cívica como la ocurrida hace un año cuando la Corte sentenció que había méritos para enjuciarlo. Toda una alegría en un país sin líderes provoca a la vez una horrible tristeza.
Llueve torrecialmente. Paso otra noche sin poder conciliar el sueño.
22 -5 -1994: Visito al padre Santiago y le llevo a mis dos hijas Alejandra y Adriana; el padre se encuentra sumamente pálido, pero no obstante hace esfuerzos por luchar contra su mal. Hace un día muy hermoso y él me invita a salir de paseo. Llevo las niñas a casa y luego nos dirigimos hacia la Mucuy, a visitar a los esposos Jean Marc De Civrieux y Gisela. En el camino vamos hablando sobre cosas diversas, entre ellas que el médico del padre, don Pedro Solano, le ha hablado de las maravillas de un peruano, que tiene un jarabe para curar el cáncer. El doctor Solano le cuenta que el jarabe sólo cuesta mil quinientos bolívares, y el padre me dice: » – Si resulta un fraude, bueno, nada gano; y si resulta una cura, me echo un problema encima, porque yo me estoy preparando para morir, no para vivir».
Luego de pasar una tarde encantadora en casa de Gisela, con las mil atenciones que ella suele dar a sus invitados, nos dirigimos a casa de Miguel Valeri. Allí encontramos al camarada y colega Juan Mendealdua. El jardín de Miguel estaba en su punto más florido, y me dediqué a coger unos nísperos que los pájaros no dejan madurar.
Apaciblemente nos pusimos a hablar de disímiles cosas, sin tomar en cuenta el tiempo, entre ellas el fatigante tema de la corrupción universitaria y de la debilidad que padece don Pedro Rincón Gutiérrez ante quien le adulen.
El Padre recitó este verso:
Las virtudes son severas
y las verdades amargas
quien te la dice te aprecia
y quien te adula te agravia.
Luego, hablando de la muerte, el padre recuerda que Manuel Machado escribió lo siguiente: «Que la vida se ocupe de matarme ya que yo no me tomo la pena de vivirla».
Regresamos a casa cayendo la tarde. Fue un día muy placentero, me reí mucho y me sentí feliz. Hay tontos que creen que yo soy un amargado, que no sé disfrutar de la vida, qué equivocados están.
Sé lo que es tomar un buen té o café con mis hermanos de corazón. O un buen vino. Sé lo que es tratar un tema bajo un árbol toda una mañana, mientras se escuchan cantar los pájaros, embeberse uno en una brisa fresca y hundirse en el ocio sin que nos importune el tiempo, el horario de trabajo, eso que llaman compromisos oficiales. Sé lo que es deambular horas y horas por la montaña buscando hongos comestibles para hacer una buena pasta o una rica sopa, y luego compartirla con nuestros amigos del alma. Escuchar buenas canciones o buena música, amanecer hablando como si estuviéramos soñando, mientras contemplamos las estrellas. Leer poesía. Callar cuando las ideas se hacen sagradas. Y no darle tanta cancha a los estertores de los muertos que por todas partes nos acosan. Cada cosa en su lugar. Tiempo para vivir, tiempo para luchar, tiempo para reír, tiempo para morir y también para caer en algunas pendejadas (como ese horrible y detestable lío en que me metí en APULA).
23 -5 -1994: Vivimos en un limbo de rumores; lo que queda del doctor Caldera deambula como una momia por Miraflores, atado a las amarras de los compromisos internacionales, ya que Venezuela es una colonia de los gringos y europeos. Yo nunca he creído en este granuja jesuita. Ya cansa su farsa, su careta que se la fundieron en Nueva York en 1958, entre los espasmos delirantes de “salvación de la democracia” proclamados por Rómulo Betancourt, Jóvito Villalba y el Departamento de Estado norteamericano. Resulta ahora que está haciendo Caldera exactamente lo mismo que don Luis Pinerúa Ordaz, aquel que lanzaba horrores contra los corruptos y hoy es el más denodado defensor que tiene CAP, el preso más feliz del Junquito. Se nos crispa el corazón concibiendo la capacidad de cinismo, de burla y maldad que tiene este gente cuando nombran a Bolívar, la patria y la democracia. ¡Cuántos mocos soltó Caldera por el país durante su última campaña, entornando los ojos al cielo, golpeando mesas, haciendo juramentos de reformar esta mierda, y allí está callado, fingiendo paz y serenidad, buscando acuerdos con los mismos delincuentes banqueros que nos estafaron ayer con los gobiernos de Lusinchi y Carlos Andrés Pérez!
Hay un palpitante y permanente golpe de estado en todos los corazones de los venezolanos. Son rumores para crear un ambiente de inestabilidad que favorezca a esa banca interesada en sacar beneficios ante la gran crisis económica que nos acogota.
En estos momentos, nos tienen el cuento de que hay una gran prosperidad en Colombia: que el bolívar se ha ido a pique, que se ha devaluado ante el peso. Y hay una guerra solapada contra nosotros que corre por todos los medios de comunicación del continente: se habla de la recuperación económica en Colombia, y que muchos colombianos alcanzan renombre y fama en el mundo mientras en Venezuela nada despega. Ponen al charcutero Fernando Botero por las nubes, y quieren meterle varias bolas de sus sebos al Museo de Arte Contemporáneo que dirige Sofía Imber; ahora ha surgido también un genio neogranadino que supuestamente ha descubierto una vacuna contra la malaria; que el equipo de fútbol neogranadino se perfila como uno de los mejores en la contienda de este mes de julio. Que una revista inglesa coloca al vecino país como de poco riego para las inversiones extranjeras, como clase A, mientras que Venezuela aparece en la clase C o D. Que las mejores editoriales de América Latina se encuentran en Colombia y El Nacional trajo ayer un gran titular que dice: «Colombia está de moda».
Yo puedo asegurar, que pese a todos nuestros males y esas campaña solapadas para ponernos por los suelos, no existe en el mundo país más pacífico que el nuestro; país donde menos problemas ocurren comparados con los que hoy abruman al mundo: no tenemos guerrillas, no tenemos carteles de la droga, no tenemos conflictos bélicos con nuestros vecinos y pese a los horribles desajustes políticos que hemos padecidos, en apenas tres o cuatros días logramos la serenidad, nos recuperamos y en medio de tantos males tenemos cierto equilibrio; esto no pasa en ningún lugar del planeta. Cuando aquí estalló el año pasado una bomba colocada por terroristas financieros en el Centro Comercial Tamanaco, se difundió la noticia como si se fuera a desintegrar la nación entera; después siguió la explosión de un niple que fue colocado en una estación de radio que fue magnificada estruendosamente por la prensa mundial. Hay planes de destrozar a Venezuela para apoderarse de ella, tanto EE UU como los europeos.
Pero existe cierta clase de periodismo, interesado únicamente en magnificar el horror, la estridencia y la maldad, y llamar a Caracas, por ejemplo, la Capital del Crimen; y cuando uno escucha o lee las razones por las cuales se le adjudica esta etiqueta, encontramos que entre los muertos de fin de semana hay: arrollados por vehículos, quemados por el incendio provocado por una cocina a gas, muertos en riñas y los que han perecido por caídas, ahogados en la playa, por vejez, suicidio o paros cardíacos. Si en la ciudad de Los Ángeles, Chicago, Nueva York o Houston, se dedicaran a reseñar tales muertes, con sólo los nombres por estos accidentes comunes se llenarían los periódicos. Y estas notas de prensa producen pánico tanto en el criollo como en el extraño.
Me he quedado de una sola pieza, cuando viajando por nuestro país, observo cómo el venezolano resulta muy macho para lo que menos importa; hay cosas que le deben herir la dignidad, pero estos detalles los pasa por alto, porque se ha habituado a considerarlos un estilo de vida, una costumbre propia de sus connaturales. He visto como oficiales de nuestras FF. AA. y altos funcionarios del gobierno, en ciertos aeropuertos, alcabalas y aduanas, se dedican a ser extraordinariamente severos en la revisión del equipaje de un pobre diablo que lleva de la mano a sus hijos, mientras a su lado, bien cebados camaleones pasan enormes cajas sin que se les eche siquiera una ojeada. He visto como estos mismos señores son capaces de usar un baño público inmundo, sin que ésto les produzca el menor asco. He aquí donde yo veo la raíz de muchos de nuestros males: en la insensibilidad, en el modo como nos hemos ido apañando con el desorden, la dejadez y la suciedad, el caos, la indisciplina, la vulgaridad, las injusticias.
Aquí no existe la tan mentada crisis que brota de los politiqueros, sino un placer desmedido por el escándalo, la bulla y el alboroto: si el dólar llegó a 140, hay que estremecer cielo y tierra para que llegue a doscientos en un mes, e incluso lo vocean los mismos que hacen las apuestas para provocar los más aberrantes rumores de inestabilidad ecónomica y social. El que lea las memorias de don Pedro Núñez de Cáceres se horrorizará de que este país no sólo no haya cambiado en nada, sino que estamos peor, precisamente por ese gusto insano, perverso y morboso por hacer resaltar lo malo, lo oscuro y deformante. Aquí todo está bien, menos el ser humano, que con todo lo insano, es lo mejorcito de América Latina. Lástima.
24 -5 -1994: Me informan que en el Consejo Universitario pasado, es decir del día 18, Leonel Vivas y David Fermín pidieron mi expulsión de la ULA, todo por lo de la denuncia que hice ante la Fiscalía General de la República, del horrible estado de corrupción en que se encuentra esta institución.
Estas denuncias sobre la espantosa corrupción en la ULA, yo se las mostré a Domingo Alberto Rangel un día que visitaba la imprenta y editorial de Manuel Vadell, en La Candelaria. Domingo Alberto me dijo que iba escribir varios artículos sobre el tema de la corrupción universitaria por Últimas Noticias. En efecto lo hizo, pero apenas salió el primero nunca más trató el tema. En otra ocasión que lo encontré en Caracas le comenté que en la ULA todo marchaba peor, y me dijo que había dejado de escribir sobre ese punto porque Leonel Vivas le había llamado para decirle que con esos comentarios suyos le estaban causando graves daños morales a una de las instituciones académicas más respetadas de Venezuela. Cuando me contó esto, felicité entonces a Domingo Alberto por sus agraciadas dotes visionarias, y su alta solidaridad con los valores más acendrados y mejor conservados del saber y de la historia patria. Más nunca nos volvimos a ver.
*) La Facultad de Ciencias se encuentra llena de tensión. Por un lado el decano de la Facultad Mauro Briceño ha dado ascenso a una acusación en contra de Edgar Alfonzo y la ha llevado al seno del Consejo porque así lo ha exigido el señor Claudio Valentino; éste, prevalido de su poder en la Tesorería de APULA, está moviendo cielo y tierra para conseguir una sanción contra el Secretario de Cultura de la Asociación de Profesores. Por otro lado, en momentos en que se avecina una nueva elección decanal, los ataques arrecian desde el frente del candidato oficialista de Mauro, Spyridom Rassias, contra el nuevo pretendiente al trono, el señor Carlos Álvarez. Hay una extenuante guerra de nervios, y Carlos prometió para mañana mostrarme una serie de documentos terribles que comprometen seriamente al decano Mauro; me habló de que éste hizo una abismal de negocios personales a nombre de la ULA.
En la Facultad de Humanidades hay otra batalla de un gamelotal jurídico tremendo; me cuenta el profesor Pedro Rosales, que el abogado y «poeta» Pedro Parayma ha hecho la defensa de un profesor que para su ascenso (logrado hace muchos años) cometió un horrible plagio. Descubierto el fraude y botado de la ULA el estafador, ha sido ahora tan magistral la defensa ejercida por Parayma, que se ha decidido reponer en su cargo al supuesto estafador con todos sus sueldos atrasado y compensaciones morales y materiales exigidas. El punto fundamental de la defensa ha consistido en señalar que carece de validez el descubrimiento del referido fraude, toda vez que éste no fue descubierto por el Jurado evaluador en el momento en que se cometió. Parece también que echaron mano de un elemento jurídico aberrante que aparece en casi todos los estropicios de este tipo, y que consiste en declarar que la denuncia o el reclamo es extemporánea. Esta palabrota pareciera ser la panacea, el argumento que por sí mismo lo convierte en irrefutable, usado por la Secretaría de la ULA para negar estudiar con todos los pelos el referido caso. Lo de Parayma no sorprende, pues fue abogado del Complejo Hotelero La Culata, en una época en que se luchaba con ardor por evitar una intervención tan desmedida de la Cuenca del Mucujún; en esta lucha declaró que iba a demandarme; fue también el abogado que se buscó la señora Jacqueline Clarac de Briceño para dar ascenso al espantoso fraude del «Ombligo Chibcha de América», y bajo su influjo llegó a usar la DISIP contra el señor J. E. Ruiz Terán. Me contaba ayer Pedro Rosales, que la Facultad de Humanidades se sentía tan avergonzada con la reposición de supuesto estafador en su cargo, que el decano León había decidido sólo aceptarlo con la Dedicación a Tiempo Completo, es decir no a Dedicación Exclusiva. Pero ha sido tal el descaro del supuesto farsante que envió una comunicación exigiendo se le diese su cargo a Dedicación Exclusiva.
Apenas yo me estaba enterando de este problema en Humanidades, cuando en el estacionamiento de la Facultad de Ciencias me consigo con el profesor Alfonzo Rodríguez y me pregunta que si me enteré de la «última». «La Ultima» es siempre alguna nueva coñomadrada contra la ULA. Resulta que un tal Echeverría, profesor de Física de nuestra Facultad, había sido botado hace varios años, por flagrantes e insólitos desquicios cometidos contra la ULA, pues habiendo sido becado para realizar estudios en el exterior, no fue a ninguna parte y se la pasaba deambulando por nuestra ciudad como un gran mantenido. Llevado el caso al Consejo de Facultad, y no pudiendo rebatir los cargos que se le hacían, el señor Echeverría fue echado de la ULA. Según me cuenta Arístides, al parecer el Consejo de Apelaciones no cerró el caso en los términos exigidos por la ley, y por efecto de esta falla, afloró el argumento de que el tal Echeverría podía ser, no sólo desagraviado, sino devuelto a su puesto de trabajo, estando la ULA en el deber de reintegrarle todos los sueldos que no ha cobrado hasta el presente; es decir, unos 8 o 9 mil dólares. Como esa vaina no la paga nadie de su bolsillo, así se hará.
Corre como pólvora la noticia de que ha sido suspendido el Seguro de Vida de los profesores porque quienes lo dirigen, no sé si el señor Claudio Valentino o el equipo rectoral, tenían la plata ganando intereses en mesas de dinero. Esta vaina está idéntica o peor que la época de los forajidos de los Monagas, y como no los cuenta don Pedro Núñez de Cáceres en sus Memorias.
Pues otra bomba está a punto de estallar en Publicaciones de la ULA, contra su director Roberto Chacón. Una dama de nombre Ana de Pietri, ha llevado ante el equipo rectoral un fajo de carpetas demostrando gravísimas irregularidades en esta otra dependencia; hace unos días, Roberto me contó que esta señora había cometido muchas picardías mientras trabajó en Publicaciones y estaba herida porque no se le pagó un pasaje para México, para representar en una exposición a nuestra ULA, además de que casi nunca se presentaba a su trabajo. El lío es espantoso, y he visto a Chacón angustiado.
Este maremagnum de vagabunderías al tiempo que sale en el diario de circulación nacional El Nuevo País, tremendas acusaciones contra el ex rector José Mendoza Angulo, en irregularidades que éste cometió siendo rector de la ULA, por montos capaces de marear hasta al más lagarto de los arrastrados. El titular dice: Fraude A Universidad De Los Andes Con Presunta Participación Rectoral. Sale la foto de José Mendoza Angulo, hombre profundamente sospechoso de ladrón en el ambiente nuestro (es decir ¡admirado!). La denuncia ocupa una página completa de este diario, mostrando con pelos y señales la horrible maniobra, por la cual la ULA ha perdido sumas cuantiosas de dinero, que jamás se han investigado. Revela que el presunto desfalco se debe a que la ULA logró una concesión maderera y mediante el recurso de «aumento de capital» lo entregaron a manos «privadas», pero ésto sólo fue un artificio, apoderándose unos «vivos» de las jugosas entradas de esta «empresa», haciéndola aparecer en manos de unos particulares. Este Mendoza Angulo tiene una de las más impresionantes colecciones de acusaciones por irregularidades cometidas contra el Erario Público; y también la colección más impresionante de elevados cargos públicos, por el que lo envidian horriblemente tanto cierta gente de izquierda, como adecos y copeyanos: fue presidente de APULA, rector, asesor jurídico de la Cámara de Diputados, Senador, miembro de imnumerables comisiones y Ministro de Justicia durante los últimos día del barraganato de CAP. Esta fabulosa carrera se la ganó, cuando traicionando sus principios de hombre de izquierda, decidió otorgar un Doctorado Honoris Causa, al patriarca Gonzalo Barrios; carajo, fue una jugada «genial» que ha pagado bien caro el país. Después de esta apabullante escalada de cargos, en lo que lo único que le faltó fue ser ministro de Relaciones Interiores y presidente de la República (sólo comparable al vértigo de cargos ejercidos por don Pedro Rincón Gutiérrez y que ansían emular también Néstor López Rodríguez, Enrique Corao Febres, Leonel Vivas y Michel Rodríguez) a Mendoza Angulo se le ve como a un gallo de pelea fuera de circulación: espelucado, falto de fuerzas y con una especie de fatiga moral terrible, pero eso con mucho ñeque para montarse otra vez en la ola de la fortuna, si los adecos de su estirpe vuelven al poder.
Para completar el día, por la noche viene y me visita Simón Rosales, quien me trae un fajo de papeles sobre irregularidades que ocurren en la Facultad de Ciencias Jurídicas; me dice que esta es la Facultad más corrupta de todas las universidades de América Latina. Este profesor no tiene ningún parentesco con Pedro Rosales; a Simón, en este momento el Consejo Universitario ordenó abrirle un expediente no sé por qué pleito con una profesora de su propia Facultad; por cierto que este mismo profesor fue el que ejerció en parte la defensa de un caso de plagio terrible por el cual fue encausado un colombiano de apellido Neyra. El propio Simón reconoció esa noche que en realidad Neyra había faltado en «ciertos detalles» a la ley de universidades (que nadie aplica ni conoce). Se estuvo hasta tarde en la noche contándome irregularidades de todos los colores y calibres, y diciéndome constantemente que yo era muy pendejo porque peleaba contra todo el mundo a la vez, y que debía aliarme a algún partido político. Que ciertos adecos podían darme mucha información pero que me tenían miedo.
Todo esto, ha ocurrido en un sólo día…
27 -5 -1994: Me ha llamado por teléfono la señora Gloria de Gutiérrez para decirme que Juan Félix Sánchez ha sufrido una severa caída, y se ha fracturado la cadera en tres partes. Que lo han tenido que ingresar, por su propio riesgo, en el Centro Clínico. Que ella, en la Casa de la Cultura J.F.S. no ha recibido el presupuesto de este año. Que la cosa económica está muy fea. ¿Qué cómo hace?
Son las 6:00 p.m. Salgo para el Centro Clínico. En el primer piso, sala 2, encuentro al joven William Kariú, sentado en una silla y ojeando un periódico. Le pregunto por el viejo, y me señala una cama semioculta por las sombras, donde reposa un hombre envuelto entre sábanas. Me acerco y veo que es Juan Félix, con los ojos cerrados. Invito a William a que salgamos un rato mientras el viejo descansa.
Nos ponemos a conversar y me cuenta el accidente. Resulta que a eso de las 3:30 de la tarde, nuestro artista acababa de terminar la siesta en el pequeño corredorcito de la casa de Epifania. Había llovido un poco y el patio estaba muy mojado. Entonces quiso cruzarlo para entrar en la cocina; se le resbaló el bordón y el viejo perdió todo equilibrio y se fue contra la puerta cayendo de bruces, la cabeza hacia el lado de la cocina y el resto del cuerpo en el patio. El golpe fue tremendo y comenzó a gritar de dolor. Epifania no hallaba como moverlo y ni salir de la cocina; con grandes esfuerzos logró moverlo un poco y le sacó el bordón que aprisionaba con el pecho. Salió entonces su compañera a pedir auxilio y encontró a William, quien corrió a la cocina pero sin poder incorporarlo, pues Juan Félix se sentía muy adolorido. Entonces buscó una almohada y se la colocó en la cabeza, y dejándolo allí tirado se dirigió a la medicatura. Una doctora de apellido Santiago, muy atenta y preocupada, se trasladó al lugar del accidente y al ver aquel difícil atasco de un cuerpo contra el marco de una puerta, solicitó ayuda al hospital de Mucuchies. Se dirigieron varios enfermeros y amigos del sector. El viejo comenzó a bromear, y a no darle importancia a su situación, y preguntaba si lo iban a amarrar, porque buscaba entablillársele la pierna izquierda, para que no la moviera. De Mucuchies fue trasladado en una ambulancia a Mérida, pero los empleados del hospital estaban en huelga, y no habiendo ni siquiera radiólogos ni material para hacer radiografías era muy poco lo que podía hacerse; entonces se decidió trasladarlo para el hospital de Mérida y en Emergencia pasó toda la noche sin que se le hiciera absolutamente nada. Cuenta la señora Gloria de Gutiérrez, que ella se apiadó del pobre anciano sacándolo de allí porque sabía que se iba a morir como un perro. Que en el Hospital Universitario ante el cuadro que presentaba Juan Félix no podía ser catalogado de emergencia; que emergencia es para los médicos del HULA, cuando el herido tiene un balazo en la cabeza o las tripas afuera.
La señora Gloria tomó la decisión de trasladarlo al Centro Clínico y firmó los documentos para recluirlo allí, esperando la mano piadosa del gobernador o del presidente del CONAC, a quien llamó por teléfono. A las 11:00 de la mañana ingresó al Centro Clínico, y fue llevado allí por Defensa Civil, quien según doña Gutiérrez se portó muy bien. Luego de las radiografías y los análisis de sangre, el cuerpo médico decidió operarlo el día sábado 28, a las 9 de la mañana; a sus 94 años de edad, Juan Félix tiene un corazón con marcapasos pero que está funcionanto perfectamente; la tensión arterial es buena y los médicos consideran que resistirá sin problemas una operación que durará unas tres horas.
Supe que Epifania se había regresado a San Rafael y que viene mañana para quedarse acompañando al enfermo. También me enteré que el abogado apoderado de Juan Félix estuvo hace ocho días en San Rafael y le plantó una querella a William Kariú; resulta que William es primo del apoderado de Juan Félix, y ambos se tienen tirria. Al parecer el apoderado de JFS estuvo en la P.T.J. declarando sobre el asunto del robo a los viejos, y se trasladó a San Rafael, entre otras cosas, a devolver unos papeles de propiedad que tenía de Epifania. William le echó en cara el por qué había preferido cargarse el muerto de un descrédito tan horrible, y no mover un dedo contra el tal Ramón Ruiz, acusado del robo. Entonces el apoderado saltó y le dijo: – ¿Y usted, por qué usted no fue a la P.T.J. a denunciar el caso?» Se pelearon y William le contestó que le correspondía sobre todo a él, el aclarar la situación porque el tal Ramón era su amigo, y él lo había llevado y él era el apoderado de Juan Félix. Aseguró el abogado que la demanda contra mí (Sant Roz) seguía su curso con todos los hierros.
Vemos movimiento de gente por los pasillos de la Clínica. Nos acercamos a la habitación y encontramos a Gloria Gutiérrez y a su esposo el ex gobernador Orlando Gutiérrez, también al director de Cultura Manuel de La Fuente. El señor Manuel De la Fuente se acerca a la cama del viejo y le comienza a hablar en voz alta: » -Maestro, maestro…». Juan Félix le contesta: » -Maestro no». Entonces el Director de Cultura del Estado dice: » -Es Manuel de La Fuente, el escultor». Y Juan Félix lo reconoce, le da la mano y sonríe.
Ya en el pasillo, Manuel de La Fuente le aclara a los señores Gutiérrez, que se ha comunicado con el señor ministro Oscar Zambrano Urdaneta y ha recibido órdenes de que se le mantenga informado de todo. Hablan del asunto de los gastos hospitalarios. Yo me retiro y me acerco al paciente; el viejo me reconoce y me pide que otra vez escriba sobre el asunto de su casa, y que siga escribiendo por la prensa, pues soy uno de los pocos que continúa hablando sobre el problema del despojo que le hizo el gobernador Jesús Rondón Nucete. » -Hay que echarle candela, ¿qué más?», me dijo JFS.
Entra el doctor Carlos Guillermo Cárdenas, saluda al viejo y se va. Juan Félix dice sonriendo: » -Con el saludo me mejoro». Llegan Edgar Alfonzo -Arriaga y su novia Irina.
Se acerca luego Orlando Gutiérrez y más tarde Gloria. Comenzamos a hablar de cosas generales y allí me entero por los Gutiérrez, que hace unos cuatro años, Eduardo Planchart y su mujer, el apoderado y su mujer y el Martín, cuando montaron el parapeto de Fundación J.F.S., se trasladaron a Caracas y solicitaron al Congreso de la República, que el presupuesto de medio millón de bolívares anuales (que en entonces representarían unos diez mil dólares) les fuera entregados a ellos. Por tres meses se le suspendió el pago de este dinero a la Casa de la Cultura, y la señora Gloria tuvo que mover cielo y tierra, probando con cartapacios de documentos, que era a ella a quien corresponde la administración de este dinero.
A las 9:00 de la noche, inyectan al viejo, y lo dejamos dormido.
28 -5 -1994: Una noticia fatal: ha sido despedido del diario El Vigilante, Eurípides Moreno. Definitivamente los pobres en este mundo están cada vez más jodidos, sobre todo para los cristianos. La presión fue tremenda contra monseñor Baltazar Porras, ¿pero quienes presionaban?: la injusticia, la arbitrariedad, el fraude y el robo; ¿y para sobrevivir le ha sido necesario a Baltazar Porras ceder antes las monstruosidades precisamente más antipatrióticas y más anticatólicas? Qué triste es este mundo, qué desoladora es la pobreza espiritual de don Baltazar Porras a quien insultaron, ofendieron y maltrataron en un Consejo Universitario, y yo, estremecido de horror ante esta vileza, recogí firmas en la universidad para defenderlo; fui entonces como un pendejo a solidarizarme con el diario El Vigilante, fui a la Fiscalía General en Caracas denunciando este horrible atropello… ahora resulta, que don Baltazar les da la razón echando a Eurípides Moreno y entregando el diario precisamente a los elementos más funestos de la ULA y que además atentaron contra él aquel día 20 de abril de 1994. Definitivamente con la Iglesia no se puede contar para nada decente y honesto. Ahora sí los elementos más bestiales de la corrupción universitaria tendrán cancha amplia para hacer los que le dé la gana.
Podría decirse que Eurípides perdió su puesto por mi culpa; él pudo haber censurado mis artículos, pero se resistió a cometer una bajeza propia, por ejemplo, de Luis Velásquez Alvaray. Un día me dijo: » -Ya no puedo devolverme, y así se lo he dicho a monseñor Baltazar Porras». Es decir que Eurípides es un hombre de honor y ha pagado el precio de su dignidad, y lo ha pagado frente a los que dicen ser los máximos representantes de la cristianidad. Aquí hay que amar a Jesús pese a la Iglesia, pese a los principios sensuales y mercantilistas de los curas. En fin, la Iglesia está demostrando que no es diferente al gobierno y a las autoridades rectorales. Es imposible que sea diferente. Este mundo es una horrible ilusión, y así y todo hay que seguir viviendo y creyendo tantas pendejadas: el 90% de nuestra existencia se nos va en creer pendejadas.
Anoche me llamó Servio Tulio Soto para contarme un hecho horrible: Resulta que un tal Quesadas, que quiere enquesarse, puesto que ha inventado un mamotreto comercial de imprenta junto a otros camaleones universitarios, ha tenido la genial idea de cambiar el logotipo de la ULA; de modo que hay que echar a la basura toda la papelería actual de esta institución lo cual representa un gasto extra de cientos de millones de bolívares. Al parecer, Mauro Briceño en el Consejo Universitario se opuso a este proyecto y la indignación del Quesadas fue tal que casi se llegan a las manos. Soto me dice desesperado que nos encontramos en el infierno de Ali Babá y sus dos mil ladrones.
En estos momentos Leonel está viajando a España, porque al farsante de Guillermo Morón le van a entregar una medallita en Salamanca.
Ayer, a eso de las 11:30 de la mañana, fui al Centro Clínico y al entrar a la habitación que ocupaba Juan Félix la encontré vacía. Pregunté por él a una enfermera, y me dijeron que lo estaban operando.
A las 3:30 de la tarde, me llamó la señora Gloria de Gutiérrez para decirme que la operación había salido muy bien; que se tardó tres horas y media y los médicos declararon que Juan Félix tiene unos duros huesos de muchacho. Que ya habla y se encuentra muy tranquilo y hasta bromeando.
Leo la siguiente información en El Nacional: «(Lo confundieron con líder comunista) Destrozan estatua de Bolívar en Praga. La valoran en 210 mil dólares y fue donada por Venezuela al gobierno checoslovaco en 1983. No logró escapar a las pasiones de quienes en la actualidad quieren destruir los símbolos que en el pasado estuvieron dedicados a los héroes del socialismo en Europa Oriental».