Emilio Hernández / Correo del Orinoco
Hoy 1° de de mayo, día del trabajador y la trabajadora, es momento ideal para tomar conciencia del rol de la clase obrera en la sociedad, presente y futuro.
El rol principal de la clase obrera venezolana, en este escenario de guerra económica y bloqueo financiero y petrolero, es ser soldados de esta guerra en la defensa de la patria. Imaginemos un escenario de guerra armada, que esperemos nunca se produzca. Los venezolanos en edad de trabajar estarían en frentes de batalla, arriesgando la vida como lo hicieron muchos de nuestros héroes anónimos de la independencia. El riesgo sería la vida misma, dejar solos a nuestros deudos tratando de subsistir.
En esta guerra económica el riesgo de vida es menor. Dar la batalla en estos momentos por el futuro de la patria, es estar dispuestos a vivir en condiciones no ideales y a producir más, en especial bienes tangibles. Un riesgo mucho menor que el que sufrieron nuestros libertadores, porque podemos estar codo a codo con nuestras familias, apoyando y “rebuscándonos” para seguir adelante con dignidad.
La derecha, y mucha izquierda que parece derecha, no entiende eso. Quieren que todo suceda como si estuviéramos en completa normalidad, un salario comparable al que teníamos en épocas de vacas gordas, unos servicios impecables como en los países nórdicos. Hay sectores de izquierda que justifican la precariedad de los servicios y las penurias económicas del trabajador en Cuba, por culpa del bloqueo, pero no lo ven así en Venezuela, se les transparenta el bloqueo.
Hay una realidad que todos los trabajadores debemos admitir tarde o temprano, no por cuestión de principios, sino por imposibilidad técnica y económica en varias décadas por venir. Hay que renunciar a buena parte de los “beneficios laborales” para poder obtener un salario de guerra decente. Como los beneficios laborales están establecidos en las leyes, en normativas y contratos colectivos, pues hay que hacer borrón y cuenta nueva.
Preocúpese la izquierda por exigir beneficios sociales más urgentes en tiempos de guerra, como mejores coberturas y servicios de salud. Yo cambiaría el beneficio de las prestaciones sociales por un seguro social de 100% de cobertura que incluya atención en clínicas privadas, a través de esquemas como la atención a referencias obligatoria.
Preocúpese la izquierda por mirar el fondo del cuestionamiento al capitalismo, que es la contradicción entre capital y trabajo, lo que no se resuelve con aumentos salariales puesto que la plusvalía no resulta afectada. El capital aumentará precios si tiene que pagar más en salarios. ¿Por qué creen que hay sindicalistas de derecha?
Estemos dispuestos a hacer grandes transformaciones y ¡venceremos!