En la gráfica vemos aparecer a Renny Ottolina, en una publicidad de la década de los cincuenta de la revista MOMENTO, en la época de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez. Ya desde entonces Renny era famoso.
Renny Ottolina fue un personaje de la televisión venezolana con una gran popularidad. Dominaba a la perfección todo lo que tenía que ver con el entretenimiento, con un gran talento y carisma como animador de programas frívolos. Fue llegando a la política de partidos a través de su enorme popularidad, hasta que un día decidió incursionar como posible candidato a la presidencia de la república y murió en extrañas circunstancias en un accidente de aviación.
En la década de los sesenta y setenta Renny Ottolina tenía una cierta influencia por sus opiniones en el país. Un día, el escritor Argenis Rodríguez publicó en la página literaria del diario “Últimas Noticias”, un cuento que indignó a Renny Ottolina; entonces el referido animador desplegó una gran campaña contra el director de esta página literaria, el escritor Ratto Ciarlo, hasta el punto que vino un juez y lo metió en la cárcel. Renny era muy ignorante de estos temas culturales, pero su programa era muy visto, y la estupidez dominante lo veía como un dios, como un genio, como un ser superior.
Cuando Renny enfiló sus baterías contra la corrupción de los partidos AD y COPEI, con grandes posibilidades se llegar a la presidencia, los jeques del partidismo nacional lo vieron como un peligroso enemigo. Lo de la corrupción era un cuento más en este personaje porque sus propias hijas estaban hundidas en el tremedal de la droga, y una de ellas, Rhona, producto de esta vida disipada queda paralítica siendo muy joven. Rhona en su locura e ignorancia política funda un partido llamado Fórmula Uno, quizá en honor a su padre que era amante de las carreras de carro. Gonzalo Pérez Hernández era uno de los fundadores de Fórmula Uno, un tipo de lo más gris y además con mañas bien oscuras.