José Sant Roz
La entrevista se realizó en la Iglesia de San Manuel y San Benito del Barrio Salamanca, donde don Edmundo González Urrutia, acaba de adquirir un moderado piso de dos plantas. A don Edmundo le encanta ir a misa y además confesarse, todos los días, por eso, esta histórica y monumental iglesia de San Manuel y San Benito le resulta tan apropiada para sus ejercicios espirituales, y hasta… espirituosos.
EL ENTREVISTADOR don Alonso Moleiro, en cuanto lo tuvo al frente, cerca de la sacristía, el veterano y estratégico EMBAJADOR fue y lo abrazó diciéndole:
- ¡Alonsito! ¡Pero qué espigado estás! ¡Qué erecto!, el puro retrato de tu padre, aunque un poco más delgado. Pero la misma mirada, la misma inquietud intelectual, la misma visión de grandeza y de libertad, y el mismo sentido democrático que nos inculcaron aquellos padres fundadores, virtuosos de Betancourt, Caldera y Jóvito.
Y como todo un exquisito diplomático metió una mentirilla:
- Yo que tanto conocí a tu padre. Qué hombre más luchador y abnegado, qué pensador tan esclarecido, qué insigne batallador en medio de tantas contrariedades de aquella época plagada de incomprensiones y confusiones, entre seres que en verdad coincidíamos en los mismos valores democráticos, y en el fondo nos encontrábamos en el mismo bando, sosteníamos la misma causa, y torpemente dándonos de las greñas. Absurdo, Alonsito. Porque tú concordarás conmigo en que si tu padre estuviera vivo sería tan enemigo del chavismo, de esa dictadura comunista, como hoy lo sostenemos tú y yo. Qué lástima que tu padre no pudo recibir los brazos abiertos de España para que lo acogieran, así como lo han hecho contigo y conmigo tan generosamente. Pero bueno, nunca es tarde cuando… la justicia y la razón llegan…
Comienza el dulce interrogatorio formal y neto, pleno de transparencia y respeto hacia un hombre que fue horrendamente torturado, vejado por el gobierno más asesino, tiránico y vesánico en la historia de la humanidad:
- Presidente, usted no quería salir de su país.
- Por supuesto que no. No tenía las comodidades que un ciudadano de mi edad requiere, de las atenciones necesarias. De las asistencias y chequeos médicos rutinarios. Yo tengo una casita en la playa, por los lados de Chuspa, pero no es lo mismo. Tenía conciencia cuando María me invitó a esta lucha que sería dura, que tendría que resistir, batallar todos los días, pero cómo, con qué reserva, y te lo digo, esto no lo grabes, por favor, a mí no me gusta el ron, yo sufro de tensión arterial alta, creo que ahora mismo la tengo en 110.
- Presidente, refiéranos cómo fue esa coacción tan feroz y brutal en su contra:
- Bueno Alonsito. Todo comenzó el 28 de julio por la noche. Todo estaba alborotado y las fuerzas represivas de la dictadura comenzaron a buscarme por todos lados, y como tú podràs comprender yo no podía irme a mi casa. Tampoco podía hacerle caso a María Corina quien me ofreció un refugio en las instalaciones de la Universidad Simón Bolívar que como tú sabes no puede ser allanada por ningún régimen por más asesino y tiránico que sea. Pero entonces por otra parte yo no quería seguir recibiendo llamadas de nadie, yo quería un poco de paz, de tranquilidad, de serenidad y poder tomarme un vasodilatador – y pícaramente sonríe, y Alonsito entiende, porque de estas cosas Alonsito sabe bastante, hay crónicas, historiales… Continuó-: Y aquello como ya yo lo sabía se iba a tornar terrible, iban a usar armas de guerra, bombas, granadas. Yo no tengo edad para esas cosas, y mi experiencia en El Salvador me advertía de lo terrible que podía llegar a ser. Sabía que iba a arder Troya, y le dije a mi mujer: “-No se puede descartar una guerra civil, y mi amor, no le digamos nada a nadie de nuestro paradero, lo nuestro tiene que ser una sede diplomática, algo que conozco muy bien, y además tiene que ser de un país hermano, poderoso, serio, firme, como Holanda”.
- Según tengo entendido llegaron a ser más de mil horas de coacción, primero en la embajada de los Países Bajos y después en la del reino de España.
- Mira Alonsito, yo barruntaba que en la de los Países Bajos había una buena reserva de licor en sus despensas, pero en ambas sedes diplomáticas me dijeron que estaba por llegar el cargamento del mes, que de momento sólo les quedaba Chivas Regal de 12 años. No lo podía creer. Qué descuido, qué… embarque. Yo que tengo miles de kilómetros recorridos por embajadas sé que eso era falso, y tuve que ceder… ahí comenzaron las contrariedades.
- ¿Y por parte del núcleo duro de Nicolás Maduro y los hermanos Rodríguez?
- -Mira Alonsito, esa gente es muy ignorante y bruta. No tiene gusto para nada. Qué carajo va a saber Maduro de una buena bebida. Imagínate que lo he visto promocionando el cocuy y la guarapita, unos vulgares, unos ordinarios, y con eso te digo todo.
- Lo suyo, EMBAJADOR fue una candidatura sobrevenida como segundo sustituto de María Corina Machado, eso usted lo reconoce, con una campaña inédita en la que fue la dirigente la que mayormente recorrió el país por usted, quien luego tuvo que pasar rápidamente a la clandestinidad después de la jornada electoral el 28 de julio, cuando cerca de ocho millones de venezolanos votaron por usted, según las actas que la oposición publicó inmediatamente después. ¿Qué piensa hacer el 10 de enero de 2025?
- Pues, Alonsito, ante todo rezar. Esperar la ayuda internacional, hacerle un llamado a amigos que tenemos en países muy poderosos para que asuman la parte que les corresponde en esta lucha. Aquí con grandes esfuerzos me están ayudando Leopoldo López, sus padres, Antonio Ledezma y Julio Borges. Ellos me piden que el propio 10 de enero, luego de la proclamación conformemos el primer gabinete de la libertad, y a la vez me dicen que no quieren ningún cargo, lo cual les agradezco mucho. Un desprendimiento admirable. ¿Sabes que ellos son mis vecinos? (estos por favor no lo grabes)
- ¿Usted don Edmundo tuvo que refugiarse cuando ya el Consejo Nacional Electoral había proclamado a Nicolás Maduro presidente reelecto y se habían levantado todas las sospechas sobre el fraude en los resultados oficiales?
- No Alonsito, mucho antes. Esa decisión ya estaba tomada, ya mi esposa se había comunicado con el embajador de Los Países Bajos, y allá nos enteramos de los resultados. Mira (esto no lo grabes) María Corina estaba inventado muchas cosas, sin control, desmesuradamente, y ya yo no encontraba qué hacer, porque bueno, uno puede aceptar meter las cabras diciendo que ganamos por unos doce puntos como se lo pedí, ¡pero llegar a decir que habíamos ganado con casi el noventa por cierto! Demasiado.
- Pero sin duda don Edmundo, que apenas terminó la elección comenzaron las protestas, el Gobierno chavista emprendió una operación agresiva para aislarlo a usted de María Corina Machado. Dos días después de los comicios tuvo su última aparición pública en un acto en Caracas frente la sede de las Naciones Unidas. Desde entonces no volvió a aparecer y siempre se dirigió al país a través de breves comunicados en las redes sociales.
- Mira Alonsito, qué de cosas inventa la gente. Yo quiero mucho a María Corina y le agradezco esta inmensa popularidad que he adquirido más que nacional, internacionalmente. Pero yo le fui muy claro: hasta el 28 estoy en esto, María. El 28 me piro, y tú verás que haces. Testigo está Mercedes. Así de clarito se lo dije, y ella creo que lo tomaba a broma y me decía: “Ay, Edmundito, no seas tan malo, bueno quédate por lo menos una semanita más”… “-Que no, le respondía muy seriamente”, pero ella no se lo creyó. Yo sí lo tenía clarísimo, el propio 28, … las Villa Diego y listo
- Don Edmundo, se ha permitido saber que usted entró a la embajada de España por el chivatazo de una “buena fuente” de su equipo de seguridad, que le advirtió de que el chavismo tenía serias intenciones de arrestarlo. A finales de agosto, estando en la embajada de Países Bajos solo, amenazado y aislado, tomó usted la decisión de salir del país y exiliarse en España. Su intención de salir de Venezuela se la comunicó a sus allegados; a Machado solo se lo informó cuando ya estaba en la residencia del embajador español en Caracas, Ramón Santos, y el exilio era un hecho.
- -Mira Alonsito. Resulta que esa gente de Holanda no saber beber whisky, lo mezclan con un agua pintada, y a mí me gusta on the Rocks, y a fuerzas de esos palos de un whisky añejado apenas 12 años, me querían convencer de que me quedara allí mucho tiempo. Yo sabía que de whisky saben mucho más los españoles, por lo menos más que los neerlandeses. Y aspiraban, te lo juro, que don Ramón Santos tuviera de Chivas Regal de 18 años. Te lo juro.
- Pero bueno, al menos las negociaciones provocaron un pulso de 48 horas, las horas de la COACCIÓN que denunció en el primer mensaje que dio al llegar a Madrid. “Mi salida estuvo rodeada de episodios de presiones, coacción y amenazas”, se escucha en un audio difundido el 8 septiembre por su equipo de prensa…
- Pues claro, Alonsito, como te digo, puro Chivas de 12 años, y venga otro de 12 años, no chico, hasta cuándo. Yo quería irme de allí.