Vallenilla Lanz, Laureano (hijo): aunque debió llamarse Laureano Vallenilla Planchart, llevo el mismo nombre y apellidos de su padre; no tuvo la genialidad del viejo Laureano, sin embargo fue un intelectual, un pensador y un político que no tiene a nadie que se le equipare, por sus conocimientos, en toda la plana mayor de la existencia de Acción Democrática o COPEI. Fue el hombre fuerte durante el régimen de Marcos Pérez Jiménez fue su ministro de Relaciones Interiores. Cuando el dictador y este ministro se distancien, el gobierno se vendrá abajo. Laureano Vallenilla fue propiamente un farsante por grandísimo ladrón: siempre se vanaglorio de su clase social goda, de su admiración por Juan Vicente Gómez. Fue un hombre consecuente con sus principios, y acabó traicionando a su protector, el dictador Marcos Pérez Jiménez. No creía en la democracia nuestra, y lo decía. Fue golpista y nunca lo ocultó. Le gustaba la buena vida, y tener mucho dinero, y lo dijo a todo mundo. Detestaba a los adecos y copeyanos y los atacó hasta su muerte. Cuando en 1945 derrocaron a Isaías Medina Angarita, y se crea aquel adefesio denominado Tribunal de Responsabilidad Civil, mediante el cual se le despoja a su suegra, doña Elena de Bueno, un cadillac (en el que luego Betancourt junto con su esposa y su hija se pavonearán paseando por Caracas), se propuso destruir a los adecos. Dice Laureano: “El romulataje trepador y rencoroso pretendía humillarla, disponiendo de sus bienes. Dolíales no ser como ella, irreprochable, culta y bella, aún vieja. Querían circular en cadillac y así lo hicieron con la mayor desfachatez.”
Vallenilla Lanz, Laureano (hijo): nació el 6 de agosto de 1912, era cuatro años más joven que Rómulo Betancourt. Su madre falleció siendo él un niño. Desde pequeño tuvo rodeado de bienestar y roce cultural de los más fino y delicado: la mesa a la que se sentaba para comer, además de estar frecuentemente ocupada por distinguidos intelectuales y políticos, brillaban cristales y cubiertos de lujo, manjares exquisitos, todo muy bien atendido por criados europeos de frac y guantes blancos. Ocupan puesto allí, por ejemplo, el presbítero doctor Carlos Borges, Gil Fourtol, el ministro Francisco Baptista Galindez; los escritores don Pedro Arcaya, don Jesús Antonio Cova, don Luis Felipe Urbaneja, Manuel Díaz Rodríguez, Eduardo Blanco. Es gente que tiene en la cabeza, que nuestro pavoroso se atraso se debía en gran parte a una mezcla que no había sido afortunada. Donde la presencia del negro nos ocasionaba como una contramarcha, un conflicto y una perturbación grave; una posición racista o degenerada, producto además de una época, y que en el fondo esta gente creía a su manera que había que elevar la condición moral de las clases menos favorecidas, adoptándolas, guiándolas, trasmitiéndoles “dignidad y sabiduría, don de gente”, según el modelo gringo o europeo. No plagándolas con deberes y derechos que no entendieran, sino asimilándolas, haciéndolas integrar paulatina y prudentemente al medio social. En esa época no era extraño oír hablar de los monos, en tono jocoso, cuando algún mulato ignorante cometía la audacia de molestar a la alta clase. El poeta Tomás Ignacio Potentini, llama mono enchaquetado al coronel Dominguez, y le lanza estos versos agresivos:
Hoy tu reto recibí
Y el desafío no abono
Yo no quiero matar mono
Ni que mono mate a mí
Vallmitjana, Marta: Directora del Doctorado en Arquitectura, Facultad de Arquitectura y Urbanismo UCV, miembro del Grupo 400+ (G-400+). Véase Grupo 400+ (G-400+).
Van Den Berg, Ariane: miembro del Grupo 400+ (G-400+). Véase Grupo 400+ (G-400+).
Van der Plas, Marijke: Pintora miembro del Grupo 400+ (G-400+). Véase Grupo 400+ (G-400+).
Van der Ree, María Teresa: Fundadora de RECIVEX; honorable miembro del Grupo 400+ (G-400+). Véase Grupo 400+ (G-400+).Vanegas, Horacio: Premio Humboldt de Investigación, Alemania, Investigador Titular, Centro Biofísica y Bioquímica, IVIC. Véase Brutos universitarios y académicos.