Romero, Aldemaro (hijo): peor que el padre. El hijo mataba delfines y padre tragaba tiburones dorados. Veamos el caso del hijo, aunque el padre no fue ninguna joyita aunque tenía cierto talento para la música.
El hijo se metió a dirigir una institución ecologista transnacional -del crimen- llamada BIOMA (defensa de Biodiversidad en Venezuela) por la década de los 80 y 90. El plan de BIOMA era controlar los parques nacionales, investigar sobre sus recursos para entregarlos luego al gran tiburón gringo. Aldemaro Romero (hijo) era un eminente Ph.D de indiscutible formación científica o tecnológica, muy estudioso y de la más elevada calificación en su terreno de la biología. BIOMA tenía bajo su control la dirección de los programas juveniles científico-ambientales del Ministerio de Educación y también una amplia cancha en la industria petrolera de entonces, con jugosos financiamientos, así como en el Ministerio del Ambiente… Luego vino la catástrofe, tal vez por un error del joven gerente, Aldemaro Romero, a quien, acaso con más codicia que malicia, se le ocurrió masacrar (asesinar) a un delfín, conjuntamente con FUNDACETACEA, y acusar abiertamente al país (al gobierno, mediante videos debidamente editados, de consumar masacres masivas del colectivo de los delfines de nuestras costas. En consecuencia, hubo reacción oficial y mucho silencio de las organizaciones ambientalistas transnacionales apostadas en el país (unas 20). Al Dr. Aldemaro Romero le fue dictado un auto de detención por parte de un tribunal de Carúpano, el cual como todo, prescribió. Aldemaro (hijo) huyó del país y no se le dio el calificativo de “perseguido político”. Todavía eso EE UU no lo permitía para su gente en donde gobernaba una verdadera “democracia”.
Romero, Alfredo: “Defensor de los DD HH”, miembro del Grupo 400+ (G-400+). Véase Grupo 400+ (G-400+).