Blanco, Eduardo: en la peor época del traidor José Antonio Páez, Eduardo Blanco le sirvió como edecán, entre 1861-1863. En 1881 publica “Venezuela Heroica”, con prólogo de José Martí. Connotado burócrata: ministro de Relaciones Exteriores (1900-1901), quien tuvo que ser destituido por Cipriano Castro porque se negaba a romper con el pérfido gobierno de Colombia que había invadido nuestro territorio. Era, pues, Ministro de Relaciones Exteriores de Cipriano Castro, y le temblaron las piernas cuando el Presidente mandó al diablo a la Conferencia Internacional Americana reunida en 1900, en México.
Colombia había invadido el territorio nacional
y Castro les mandó a decir a quienes en esa Conferencia solicitaban un acuerdo
equitativo y fraternal entre los dos países: “El gobierno conservador de
Colombia ha tenido siempre una funesta función sobre la genitora de su libertad
e independencia, lo que es inaceptable por degradante. Es un gobierno que vive
del terror, de la miseria y del oscurantismo[1]”. Ministro de Instrucción Pública (1903-1904). Como
encargado de esta cartera sostenía que las cuatro universidades existentes
(Central, Carabobo, Los Andes, Zulia) para entonces debían reducirse
drásticamente porque corríamos el peligro de crear a la larga un proletariado
intelectual, y por lo tanto decretó el cierre de las universidades del Zulia y
de Carabobo y de las clases superiores del Colegio Nacional de Guayana. Sin
duda alguna, Eduardo Blanco se copió un trozo de la historia de Francia y se lo
encasquetó a Páez. Y Páez, que era un analfabeto, se la creyó.
[1] Citando en Prólogo de Federico Brito Figueroa en el libro “Origen del capital norteamericano en Venezuela”, Fondo editorial Lola de Fuenmayor, Centro de Investigaciones Históricas- Universidad Santa María, Caracas, Venezuela, 1984, pág. XXXVII.