Blanco Muñoz, Agustín:Periodista “revolucionario” de la década de los sesenta. Sin duda, como casi todos nosotros, descendiente de esclavos, jamás quiso arrancarse sus cadenas (porque podía mutilarse algunos miembros) sino que ya maduro las amó con locura. En un revuelo y tumulto formado en la UCV, lo nombraron rector de la UCV por doce minutos. Pero como él se considera un hombre serio y democrático rechazó a esa “barbarie inmunda que lo había llevado a lo que nunca merecía por su calidad decente y humana”. De ese acto ha estado denigrando toda su vida. En dejando la peluca de Robespierre se convirtió en un obcecado enemigo de Chávez y de su revolución. Del comunista que dice haber sido no le queda ni un pelo, y durante el año 2002 celebró a rabiar la posición golpista de los oligarcas. Hay que reconocerle que ha recogido una buena parte de la memoria política de este país, pero tampoco hay que quitarle que como periodista de opinión ha sido, léanse sus trabajos, un traidor a sus raíces.
Blanco Muñoz, Agustín: el Michel Jackson del periodismo de opinión venezolano. En el semanario La Razón, le llamaban cariñosamente “Cabeza e´ corcho”, por ser de los más grandes habladores de sandeces de Venezuela. Fue comunista como Gloria Cuenca, como Teochoro, como Pompeyo,. Un movimiento de jóvenes lo proclamaron rector de la UCV y el pobre hombre salió dando explicaciones de que él era un hombre decente, correcto y serio. Tenía que serlo, porque de otro modo jamás El Universal le hubiese permitido escribir o aparecer como “gente” en sus páginas.
Blanco Muñoz, Agustín: Nunca un negro, ni siquiera Manuel Cova, se esmeró tanto por emitir juicios correctos, parecidos a un blanco de alcurnia, que alegraran a la aristocracia criolla. Agustín ha hecho lo imposible por convertirse en la Mamá Dolores de los empresarios, y llamaba a Marcel Granier y sostenía que el error había sido siempre acudir a votar para legitimar al ogro en el poder. Remataba: «Todos dependen del Ejecutivo… En ese discurso se demuestra que todos los poderes son para el nuevo Napoleón o el nuevo Luis XV, es el poder absoluto para Chávez. Ni siquiera un Páez o un Gómez. Ya nos podemos olvidar de separación de poderes; eso no existe. Lo que existe es un proyecto internacional con conexiones claras: Cuba, que se extiende a Nicaragua, Bolivia y la resurrección del cadáver de socialismo del siglo XX». Ha confesado que él es un cerebro que está decididamente opuesto a fugarse, porque lo necesitan las dos terceras partes de Venezuela. Que si él se fuga, ¿cómo luego lo podría recuperar el país una vez contratado por la universidad de Harvard o MIT? La cosa es grave, y amenaza con flotar en este mar de animales y de vacuos carcamales hasta más allá del 2031. Suerte.