Yusuf Fernández
El 24 de agosto durante la cumbre de Sudáfrica, los cinco países miembros del BRICS, fundado en 2006, anunciaron su intención de expandir este bloque para admitir a seis nuevos países: Irán, Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos, Argentina y Etiopía el próximo 1 de enero. Esta decisión llevará a crear un BRICS más grande y poderoso y supone la participación en él de cuatro países emblemáticos en el mundo islámico, el incremento de países africanos de uno a tres y el fortalecimiento de la presencia latinoamericana mediante la presencia de Argentina, que puede constituir un eje con Brasil dentro del bloque.
Esta ampliación reforzará, sin duda, al BRICS, que es un pilar fundamental de la futura estructura multipolar del mundo, en contraposición al bloque unipolar, encabezado por EEUU y otros países occidentales, que cada día tienen un poder político y económico menor frente a las nuevas potencias emergentes. El BRICS puede ser considerado como un club económico con tendencias políticas, incluso culturales y civilizatorias. Hasta el momento, 23 países han mostrado su deseo de unirse al grupo, que podría experimentar nuevas rondas de adhesiones en el futuro.
No cabe duda de que la adhesión de Irán reforzará enormemente al BRICS. Con la segunda mayor reserva de gas natural y la tercera mayor reserva de petróleo, junto con el control de una ruta marítima energética de importancia estratégica, la del Golfo Pérsico, Irán tiene una importancia energética colosal y capacidades únicas en el comercio y las actividades económicas. En ciencia, Irán es el decimoquinto país que publica trabajos científicos en el mundo, por delante de cualquier otro candidato a ser miembro del BRICS, así como uno de los 10 principales países en tecnologías avanzadas.
Al mismo tiempo, Irán disfruta de una ubicación geográfica extraordinaria entre Oriente Medio, el Golfo Pérsico y Asia Central y entre Europa y Asia. Irán tiene ya una relación estratégica con Rusia y China y es un país clave en el proyecto chino del Cinturón y la Ruta. También es una puerta de entrada clave a la región euroasiática para India, Esta última celebró en 2018 una reunión a nivel ministerial con Teherán y Moscú para implementar el Corredor de Transporte Internacional Norte-Sur. De hecho, el corredor Rusia-Irán-India fue el primer paso para que Irán se uniera a los BRICS. Esta ruta permitirá a India, los países del Sudeste Asiático y otros alcanzar Rusia, Europa y Asia Central de forma más rápida y económica y favorecerá los intercambios comerciales. El corredor probablemente se convertirá en una ruta cada vez más importante para el comercio mundial.
Para Irán, la pertenencia al BRICS ofrece importantes oportunidades económicas y políticas. Irán está sujeto a las sanciones de EEUU, que no respetó su compromiso de aplicar el acuerdo nuclear de 2015, también denominado Plan Integral de Acción Conjunta (PAIC). Varias rondas de negociaciones para reavivar el acuerdo resultaron estériles debido a la falta de interés de EEUU y sus aliados europeos. La pertenencia a los BRICS permitirá a Irán frustrar las sanciones occidentales y fortalecer sus relaciones comerciales. Por su parte, Rusia, que está sometida también a sanciones drásticas de Occidente tras el inicio de su operación especial en Ucrania, puede beneficiarse también de la experiencia de Irán para eludir las sanciones.
Estas relaciones de Irán con sus nuevos socios se verán favorecidas por la desdolarización de los intercambios comerciales entre los miembros del grupo, que tienden a utilizar cada vez más sus monedas nacionales y a definir sus propios mecanismos monetarios y económicos para protegerse de los ataques del sistema estadounidense-europeo. El presidente ruso, Vladimir Putin, dijo, en este sentido, que el proceso de desdolarización de los intercambios comerciales dentro del BRICS era “irreversible”. Hay que recordar también que la creación de una moneda unificada y alternativa al dólar es ahora uno de los objetivos del bloque. De este modo, el terrorismo del dólar, convertido en un arma de control y dominio a nivel global por parte de EEUU, se enfrenta ahora a un esfuerzo unificado para destruir su dominio.
EEUU y sus aliados comprenden la importancia del BRICS y han lanzado una campaña para tratar de debilitar el bloque y dividir a sus miembros. Según el analista Pepe Escobar. Sudáfrica fue extremadamente presionada antes de la 15ª cumbre y Brasil sufrió también diversas presiones, pero estas no parecen haber dado fruto dado el éxito de la reunión de Johanesburgo y la vía libre dada a la expansión del bloque.
El hecho de que decenas de países busquen la adhesión al BRICS y el creciente peso del bloque son una señal clara del declive de la hegemonía occidental en el mundo y no hay nada que EEUU o sus aliados puedan hacer para revertir esta tendencia. El bloque es un actor más decisivo en cuanto a poder económico, población y espacio geográfico que el G-7, integrado por EEUU y sus aliados, lo que supone que estos últimos se verán incapacitados en el futuro para imponer sus decisiones al resto del mundo. El Nuevo Banco del Desarrollo (NDB) del BRICS será a partir de ahora un competidor del Fondo Monetario Internacional (FMI), controlado por las potencias occidentales y convertido en un instrumento de sus intereses. El NDB ha comenzado a emitir bonos en monedas nacionales de los países del BRICS, como la rupia india, dejando de lado el dólar.
De este modo, la adhesión de Irán al BRICS reforzará la estructura multipolar del mundo y también permitirá al país extender su influencia política y económica. Esta incorporacion al bloque supone el segundo gran hito de la política exterior de Irán este año tras la entrada en la Organización de Cooperación de Shanghai, otro importante bloque mundial de cooperación centrado en los países de Eurasia.
Por encima de todo, la integración de la República Islámica del Irán en una alianza económica con los países emergentes más poderosos del mundo es una prueba del fracaso de la estrategia de aislamiento de Occidente y del éxito del compromiso de Irán con su independencia y con los objetivos de la Revolución Islámica.
Mientras que EEUU y sus aliados buscaban aislarlo, Irán ha surgido como una nación poderosa e integrada en una economía mundial en crecimiento según sus propios términos, lo que supone una derrota total de los mecanismos financieros de Occidente. Este ejemplo ayudará a crear un orden mundial más justo y equitativo que tenga como objetivo el beneficio mutuo en lugar del orden basado en la deuda que agobia a los países en desarrollo y en la intimidación política y económica occidental mediante sanciones. Ello otorgará a Irán un lugar destacado como uno de los líderes del nuevo mundo emergente.
AlManar