1976- En mi país Argentina, a 43 años del Golpe Militar…- 2019
Por Nechi Dorado
Mi
país se ve ensombrecido por otra noche larga, de esas que parecen no
tener fin aunque estemos convencidos (por momentos) que más temprano que
tarde tendremos el valor de echar por tierra tanto escarnio. (Uno se
niega a perder definitivamente la esperanza aunque sientas que se te
escapa como agua entre los dedos)
En
mi país las sombras se están devorando todo como ya lo han hecho en
otros momentos que creíamos superados para siempre. Pero no, la voz
castiza -con idea agringada- del GPS indicó, en noviembre de 2015, “gire
a la derecha” y se giró nomás con una irresponsabilidad que no podemos
comprender quienes alertábamos de qué se trataba el viraje propuesto.
Allí nomás estaba el abismo. Allí nomás caímos todos, los que querían la
estupidez de la rotación y los que no.
Así
es la historia de mi país, no es la primera vez que padecemos una
crisis, aunque me atrevo a decir que estamos atravesando la peor, de la
que costará mucho salir -si acaso se sale- después de una deuda
propuesta por el FMI que deberán pagar hasta nuestros bisnietos.
A
menos que venga alguien, en un futuro cercano, que pague todo sin
chistar y luego salga a celebrar que no se le debe nada a nadie pese a
que nosotros, el pueblo, nunca fuimos deudores sino todo lo contrario.
Nos convirtieron en pagadores.
En
mi país, en apenas 4 años, según informe del INDEC el índice de
desocupación fue a fines de 2018 del 9,1%, lo que significa que
1.750.000 personas ya no tienen trabajo en Argentina.
Hasta
hace unos años los marginados juntaban cartón, plástico, vidrio,
materiales reciclables, sin embargo ni esa posibilidad quedó. Mataron
hasta el rebusque de los pobres.
¿Qué
pasará este 2019 recién estrenado, hasta que llegue el momento de
decidir hacia dónde girar si es que acaso se arriba al momento electoral
y suponiendo que las elecciones realmente puedan obrar milagros?
En
mi país las escuelas están en estado deplorable y otras se cierran, así
nomás, como quien blindara la puerta que abre al futuro.
Los docentes no pueden dictar clases. Tampoco cobran sus sueldos en tiempo y forma, se ven obligados a realizar paros.
Aumentó la precariedad laboral, la incertidumbre se convirtió en la espada de Damocles pendiendo sobre cada cabeza.
En
mi país los hospitales están colapsados, eliminaron el derecho a la
salud. Dicen que las enfermeras ya no son reconocidas como tal aunque
salven vidas…
Hay
abuelos y abuelas que tienen que elegir qué medicamento pueden comprar,
más allá de los que necesiten, la ecuación es simple: o toman el
remedio o pagan la luz, el gas, el agua.
Los discapacitados pasaron a la pila de descarte.
En mi país los abuelos se dejan morir o mueren por abandono estatal. Si eso no te suena a crimen decime cómo lo llamarías.
En mi país cierran los comedores y los que se mantienen pueden dar apenas migajas.
En
mi país hay corridas cambiarias, inflación; tremendo porrazo se dio la
actividad económica, sin embargo, según el presidente ““Somos la
generación que vino a cambiar la historia para siempre”. Y sí, la cambió
pauperizándola, revolcándola en la degeneración más espantosa.
En
mi país los cortes de servicio están a la orden del día, eso sucede
porque no alcanza el dinero y las tarifas parecen bombas que te estallan
sobre la cabeza; esta es la alegría que prometían y tantos creyeron que
habrían de alcanzar votando a un rico, rubio, empresario. ¡Un lujazo
cazabobos!
En
mi país, el presidente Mauricio Macri demostró, otra vez, que no tiene
límites para llegar más allá, sorprendió a todos y a todas con un
discurso burdo, vergonzoso, en el que con voz e imagen de pastor
evangélico sentenció: “estoy caliente”, “odia la mentira” y nos pidió a
los argentinos “que atravesemos la crisis económica sin llorarla”.
¡Quede
tranquilo el presidente, que este pueblo también “se calienta” como
quedó demostrado hace hoy 43 años y más acá, en el 2001, sin olvidar los
levantamientos populares anteriores.
Partes de este pueblo que parece medio dormido ante semejante atropello estatal, manifiesta por ahora tibiamente en medio de operativos policiales que parecen sacados de una película de guerra, pero no olvidemos que hay herederos de los 30 mil que no mataron, sino que sembraron y los sentimos más vivos que nunca.
Recuerdo cuando se decía en épocas de dictadura militar:
Los argentinos somos «derechos y humanos».
«El silencio es salud»,
«No están muertos ni vivos, están desaparecidos»
«En algo andarían».
«Señora, usted sabe dónde está su hijo ahora?»
«Los franceses están haciendo una campaña contra Argentina…»
GOLLLL, Argentina Campeón, vamos al obelisco a festejar!!!
Pasaron
43 años ya la dictadura no está uniformada pero continúa ejecutando
actos dictatoriales munido del aparato represivo formado por fuerzas
exteriores…
En
mi país “gobierna” la delincuencia” organizada, pero cada día, con más
firmeza, vamos sintiendo el latido de los que nos arrebataron con
desaparición, tortura y muerte, al menos los que tenemos Memoria, vamos
por la Verdad y exigimos Justicia.
Cuidado con las calenturas, que algunas son discursivas a diferencia de las efectivas…
En mi país nuestros Desaparecidos y Desaparecidas, nuestros muertos, son semillas, están PRESENTES, AHORA Y SIEMPRE!!!
Fuente: http://www.clarindecolombia.info