Este 6 de diciembre se llevarán a cabo los comicios parlamentarios en Venezuela. En un contexto de desconocimiento por parte de los EE.UU. y sus aliados del proceso electoral en ciernes, es indispensable lograr una participación electoral masiva. Sin embargo, una serie de variables internas podría afectar negativamente este objetivo vital para la Revolución Bolivariana.
El país sudamericano está viviendo un importante proceso de despolitización. Las divisiones, la falta de coherencia política y los reiterados fracasos de la oposición en sus aventuras golpistas le restaron a este sector un importante apoyo y movilización popular.
Por otra parte, observamos un creciente descontento dentro de las bases chavistas con la gestión de algunos representantes del Gobierno. Dicha disconformidad se manifiesta en las recientes divisiones dentro del Polo Patriótico y el surgimiento de la Alternativa Popular Revolucionaria.
VTactual conversó en exclusiva con el abogado y columnista Juan Martorano para que nos ofrezca su visión sobre el panorama político venezolano ante esta coyuntura.
“La gestión gubernamental signará la campaña electoral”
Martorano afirma que acudimos a un proceso electoral parlamentario en un escenario complejo. Primero por la situación de asedio, bloqueo y boicot a la economía venezolana. En segundo lugar, los efectos de la contingencia producto de la pandemia global de la Covid-19 en su paso por Venezuela.
“La pandemia ha hecho mucho más visibles las carencias y los problemas. Esto hace que la gente se encuentre en un estado displacentero, lo que, sin duda, incidirá en los niveles de ánimo electoral. Además la amenaza de la activación de una agenda violenta – ya sea a través de la activación de fuerzas mercenarias en el país o de una intervención militar extranjera – pende cual espada de Damocles sobre el país”.
Por otra parte, la gestión gubernamental signará la campaña electoral. Martorano considera que una aparente indolencia, además de la ineficiencia e ineficacia en algunas gestiones, dan la impresión de apoderarse de buena parte de las instituciones de la Administración Pública y del Estado como un todo:
“y eso lo siente el ciudadano y la ciudadana de a pie ante el colapso en la prestación de servicios públicos y en la merma de su poder adquisitivo para acceder a los alimentos, medicamentos y bienes e insumos que permitan preservar su estado de bienestar y calidad de vida. Estamos cayendo en una peligrosa anomia social que hace crujir los cimientos de la institucionalidad venezolana.”
Un punto de bifurcación
A su juicio, este proceso signará un punto de bifurcación. El 6 de diciembre de 2020 serán las parlamentarias y en 2021 las elecciones para gobernaciones y alcaldías. Dependiendo de esos resultados, la oposición pudiera plantearse la posibilidad de activar el mecanismo de referendo revocatorio contra Nicolás Maduro el 10 de enero de 2022.
“Así que podríamos señalar, sin temor a equivocarnos, que este ciclo electoral no sólo definirá el destino político del gobierno de Nicolás Maduro, sino de la Revolución Bolivariana y de la República Bolivariana de Venezuela por los próximos 50 años por lo menos”.
La población está viviendo un importante proceso de despolitización tanto del sector opositor como de una parte del electorado chavista ¿Cómo se podría estimular la participación en ambos sectores?
—Creo que una manera efectiva de estimular la participación de los sectores de izquierda y derecha en el país es con el rescate de un verdadero debate político. Hoy en día ese debate ha bajado ostensiblemente de nivel. Se emplean epítetos, palabras altisonantes, descalificaciones personales y no se debaten y contraponen los proyectos y las ideas.
Aquel que pueda presentar un proyecto en el que la gente se vea reflejada, que le ofrezca solución a los actuales problemas que afronta nuestra sociedad, es quien podrá acceder a posiciones de poder. Además de eso, logrará una legitimidad que está muy cuestionada en estos tiempos.
¿Qué opinión le merece el surgimiento de la Alternativa Popular Revolucionaria?
— La conformación de una Alternativa Popular Revolucionaria sería, a mi modo de ver, una manera de canalizar el descontento de las bases del chavismo hacia las prácticas de algunos sectores a lo interno del PSUV catalogados — por algunos — de sectario y estalinista. Sería un buen germen y experimento de participación electoral. Aclaremos que no ir en una alianza perfecta en el plano electoral, no quiere decir que no se puedan lograr alianzas estratégicas y políticas dentro del parlamento.
Además de ello — si bien es cierto que las postulaciones de las candidaturas para la AN cierran el miércoles 26 de agosto — no se descarta que los diálogos del PSUV con factores del PPT, PCV y otros puedan continuar y acordar candidaturas con posterioridad a la fecha de las postulaciones. El cronograma fijado por el CNE prevé hasta el 26 de noviembre la posibilidad de sustituir candidaturas. Confió que las asperezas puedan limarse y que se concrete una verdadera opción de triunfo por parte del chavismo y la izquierda en Venezuela.
Por otra parte, si aplicáramos la denominada técnica de re-encuadre, esta podría ser una oportunidad de depuración del proceso revolucionario en Venezuela y de recaptura del voto inconforme del chavismo. Aquellos que adversen las corrientes reformistas que pudiesen estar enquistadas dentro del PSUV tendrían en este punto de inflexión una válvula de escape, un factor de corrección y de democratización verdadera. Lo veo como una posibilidad nada despreciable, de una oportunidad para la reflexión y la redefinición de proyectos y estrategias.
¿Qué juicio le merece la intervención de la Sala Electoral del TSJ en las directivas de los partidos políticos?
—Es cierto que todos podemos acudir a los órganos de justicia cuando consideramos vulnerados nuestros derechos. Sin embargo, no es menos cierto que nuestra Carta Magna en su artículo 67 prevé el legítimo derecho de la ciudadanía de asociarse con fines políticos, mediante métodos democráticos de organización, funcionamiento y dirección. Además de ello, indica este artículo que sus organismos de dirección y sus candidatos o candidatas a cargos de elección popular serán seleccionados o seleccionadas en elecciones internas con participación de sus integrantes.
La percepción que ha habido con las recientes decisiones del TSJ es que se está procediendo a una judicialización de factores disidentes de la izquierda. Esto podría ser contraproducente — por las susceptibilidades que se hieren — y ser un factor desestimulante de la participación que se aspira el próximo 6 de diciembre. Creo que debe privar el diálogo y evitar la injerencia innecesaria de instancias del Estado en asuntos internos de las organizaciones políticas. Se puede estar sentando un mal precedente y justificaría el relato de la derecha que desde el Ejecutivo se estaría «monitoreando» al resto de los poderes.
Sin duda los riesgos de fraccionamiento del voto podrían darse de cara a los comicios en la actual coyuntura. No obstante, es preferible a otorgar un argumento legitimador a los enemigos de la Patria sobre una presunta “judicialización y discriminación de la disidencia política”. Esto — dentro de la óptica de la Oficina de la Alta Comisionada de Derechos Humanos de Naciones Unidas bajo la rectoría de Michelle Bachelet — podría justificar las políticas de intervención desde el exterior ante el supuesto “cercenamiento” de los derechos civiles y políticos de los venezolanos.
¿Cuál es la importancia de la participación masiva en estos comicios?
—La importancia de la participación masiva en este ciclo electoral estriba en el grado de legitimidad que le daremos a nuestro modelo político. Legal y constitucionalmente no existe quorum que legitime o deslegitime cualquier proceso electoral en Venezuela, pero políticamente sí.
El nivel de participación también será importante porque esto permitiría tener un indicador que nos aproxime al grado de satisfacción o insatisfacción con el modelo político vigente. Además sería disuasivo ante los planes de un sector muy minoritario de la extrema derecha venezolana – articulada con sus pares internacionales – con mucho dinero, presencia mediática, apoyos logísticos y de armamento que pretenderá desestabilizarnos desde el punto de vista diplomático, político, militar, económico, financiero y militar, entre otros.
Debemos organizarnos para votar, defender la voluntad popular que se expresará en las urnas durante el ciclo electoral. De esta manera también defenderemos la soberanía y la independencia preservando la paz del país.
Enza García Margarit/VTactual.com