Por: Esteban Rojas
Trump soltó como un mismo parturiento su frase dolorosa: «él hizo lo que vino hacer y mucho más…». Frase quizás vergonzosa, pero no dudosa y, de bolas que sí, que eso nadie no lo puede dudar, ni negar, como un hacer que lo enaltecerá y marcado quedará para toda su vida y algo más, aunque, se va de la Casa Blanca adolorido de malcriadez y nostálgico con el porcentaje de actuación política más bajo que la historia hasta ahora recoge de él como presidente de los Estados Unidos que, demostró entre muchas cosas malas que hizo durante su período presidencial al encargarse de enemistarse con presidentes de otros países y sobre todo en lo particular, tratar de matar de hambre y llenar de miserias a los venezolanos que no se le humillaron y, para ello se valió del diputado Juan Guaidó quien, con otros fines se autoproclamó presidente (e) de Venezuela que, con lastimosa servil actuación como vendepatria, se hizo merecedor de plural adulaciones de los mandatarios de un conjunto de países que, lo aceptaron como presidente y lo defendieron hasta rezando en solfeo en común y desconocieron a Nicolás Maduro como presidente constitucional del país, tal como lo impone nuestra Constitución, pero Guaidó como Trump, hizo lo que «vino a hacer» de acuerdo a las imposiciones del gobierno de los Estados Unidos que, oportuna, descabellada y sumamente peligrosa fue la administración de Trump, que se valió de todo para denigrar de nosotros ante el mundo y llevarnos al estado en que nos encontramos estropeados de padecer múltiples problemas de vivencia.
Trump sin saber de política como lo ha dicho, fue elegido por el pueblo americano sin sacar la mayoría absoluta y de la estafa que es el papel que juegan los colegios electorales en ese país que, en ningún país existe elección parecida que, ahora él desconoce y quizás los votantes le dijeron, como la porquería que eres: comerás de tu mismo pan y no lo eligieron con más de seis millones de votos de adversos de diferencia.
En sí Trump fue un destructor mal acorazado de muy extrañas como malas políticas y, a la vez protector de perversiones como de ignominias, de maldades ruines hacia otros pueblos que marcaron su gobierno de escándalo tras escándalo y a su país lo envenenó de tristeza y de mucho miedo y lo arropó de desesperanzas.
Esta vez la frase de los oportunos y personalidades de la oposición venezolana, no fue: ¡Te queremos Pedro! Sino: ¡Te queremos Donald! Y quien no, si los empapeló de dólares por millones.
Con ira y división deja Donald Trump la Casa Blanca y ¿cómo queda esa nación con la ida de Trump? El tiempo lo dirá, aunque mucha frustración e inquietudes quedan con miles de heridas abiertas, heridas punzo penetrante de mucho rencor, de rabia infinita, bien profundas que nos enseña que ese país es lo que no se dice de él en el mundo, mundo que él trató de dividir más de lo que está con sus venas permanentemente abiertas no como las venas abiertas de la América Latina.
Trump se va derrotado sin aceptarlo con la incomodidad de la conciencia que no tiene y, deja una estela maldita de sufrimiento incomparable de unos 24,7 millones de infectados y, más de 410 mil muertos por el coronavirus que no supo combatir ni dejó que otros lo hicieran, danzando dentro de una irrealidad de vida y muerte que deja como muestra la sinrazón de su proceder.
Fueron tantas y continuas las sanciones injerencistas que Trump le impuso a nuestro país: tratando de de salir de Maduro como fuera (esa es otra cosa que le debe pesar de tratar y no poder) que, fue el pueblo venezolano quien las padeció y las padece en carne propia que, es la razón actual del motivo de que un grupo de ciudadanos venezolanos entro de la Plataforma de Ciudadanos en Defensa de la Constitución (PCDC) haya dado un paso de grito patrio de voluntad hacia adelante como venezolanos conscientes y sufrientes escribieran e hicieran pública, la carta enviada no al voleo tanto, a la izquierda como a los movimientos progresistas estadounidenses exigiendo, que pongan en marcha un movimiento de solidaridad en favor de la justicia del pueblo venezolano -al sufrido pueblo venezolano- y que haga posible como realidad que, el gobierno de Biden que, entró en acción pública desde (20/01/20) en esa nación, tome en consideración y elimine -lo más pronto posible, es decir ya- las sanciones económicas y en general las políticas injerencistas que en las últimas dos décadas -según ellos- han aplicado los gobiernos de Estados Unidos (republicanos como demócratas) y la peor y más oportuna y peligrosa como fue la administración de Trump que, se valió de todo tipo de artimañas y fake news para, desconocernos como pueblo de grandes luchas y llevarnos al estado de pobreza vivencial en general que estamos pasando.