(EN LA GRÁFICA VEMOS A SANT ROZ ENTRE LOS ESCRITORES, ROBERTO HERNÁNDEZ MONTOYA, GERMAN PINTO SAAVEDRA, JOSÉ PORTILLO Y WILLIAM OSUNA)…
AUTOR Y COMPILADOR: Pedro Pablo Pereira
2 -2 -1982: En mi permanente angustia por mi país, escribo, desde San Diego, California, una carta al doctor Arturo Uslar Pietri. Va referida al discurso que él pronunciara en el Congreso, con motivo de 150 aniversario de la muerte del libertador. Es decir, un discurso que había llegado a mis manos tardíamente. ¿Pero quién, en medio de tanto derroche de dinero, de whisky y de tiempo, estará en condiciones de escuchar las verdades de don Arturo, me pregunto? Don Arturo es rico de cuna, y no se ha vuelto loco ni podrá volverse loco por los chorrerones de dólares que entran por lo de la renta petrolera. De modo que él puede meditar sobre ese viento de desgracias y conmociones que no tardará en llegar sobre nosotros, aunque ha tratado de advertirnos de que algo muy funesto se avecina. Pero nadie está en condiciones ahora mismo de escuchar ni de aprender, porque los gobiernos que tenemos son realmente brutales, indolentes, incultos, ineptos. La lectura de este discurso me hizo recorrer bibliotecas de la Universidad de San Diego UCSD y de la UCLA en Los Ángeles, buscando las obras de don Arturo. Me atraganté de sus libros y quise que mis hijos se leyeran su obra «Cuéntame Venezuela». Y recordando las palabras de este hombre eminente, las que dijo en el Congreso, y sabiendo cómo son nuestros cuerpos legislativos, me he dicho: » -Más provecho saca uno hablándole a las piedras…».
10 -3 -1982: Envío la siguiente carta al doctor Uslar Pietri: «Ayer recibí la respuesta a mi carta del 2 de febrero y con ello ha aumentado mi convicción y mi fe y el sentido de verme en medio de una profunda responsabilidad con la patria y conmigo mismo. Agradezco sus palabras y agradezco que el país tenga un hombre todavía a quien podamos dirigir nuestras penas y nuestras angustias, y sentir que nos escucha, que palpita con nuestros mejores sentimientos. Siempre he creído que un país se conoce, se salva y existe si en él hay un hombre que represente lo mejor de su tradición y de su cultura. Escribirle a usted es hacerlo a lo mejor que nos queda de la herencia bolivariana».
11 -3 -1982: Tengo noticias del doctor Arturo Uslar Pietri. Me envía la siguiente carta fechada el 26 de febrero de 1982:
«Distinguido amigo: Recibí su carta del 2 de febrero y el anexo en los que usted expresa su angustia por el panorama social y moral que presenta nuestro país hoy.
«Mucho me complace que un hombre joven como usted reaccione de esa manera, se sienta movido a decir lo que piensa y denuncie esta terrible ola de corrupción y de facilismo que nos ahoga.
“Como usted sabe, yo estoy en esta prédica desde hace muchos años sin que pueda decir que haya influido en rectificar el errado rumbo pero me consuela advertir que muchos hombres jóvenes como usted han oído mis palabras y las han hecho suyas.
“Pienso a veces que las serias dificultades económicas y financieras que nuestro país comienza a encontrar con motivo de la situación del mercado petrolero mundial puedan servir como punto de partida para una nueva toma de conciencia y para una rectificación del equivocado camino que llevamos.
“No pierda usted la fe, tenga la convicción de que no está solo y de que finalmente, como decía el Evangelio, basta un puñado de justos para salvar una ciudad.
“Cordialmente, Arturo Uslar Pietri».