(EN LA GRÁFICA, EL CAPITÁN DE AVIACIÓN ALIRIO RODRÍGUEZ, HERMANOS DE SANT ROZ, CUANDO LE NACE SU PRIMERA NIÑA EN MARACAY…)
AUTOR: Pedro Pablo Pereira
1963: Logro pasar a cuarto año. Ocurre el encuentro con quien habrá de ser mi esposa durante más de veinte años y con la que tendré cuatro hijos: Carmen Elena Canelón.
Para los jóvenes, irse a la guerrilla seguía siendo la nota más atractiva del momento, y me conseguí unas buenas botas de combate, regaló de un amigo de mi hermano Argenis, quien había desertado del Ejército.
1964 –julio: Paso a quinto año. Soy de los alumnos más aventajado del JVG; me siento como un dios capaz de resolver los traumas más terribles y difíciles, presentía que sería joven hasta más allá de la vida.
Nuestra promoción del quinto año de bachillerato llevó el nombre de Alberto Rudas Mezones, un joven que fue asesinado en El Silencio por los cuerpos represivos betancuristas. Alberto Rudas Mezones era un joven que nunca había tenido oportunidad de estudiar, salió a protestar y las fuerzas represivas lo mataron de un disparo.
Recuerdo que los escuálidos de entonces formaron un grandísimo lío porque no querían llevar en sus anillos “el nombre de un malandro”, como Alberto Rudas Mezones.
Al final nos dividimos y cada cual le puso a su anillo el que le dio la gana. El mío llevó el de Mezones.
Se constituyó luego una delegación que le hizo una visita al sabio José Francisco Torrealba (ex candidato a senador por el Estado Guárico por el Partido Comunista de Venezuela) para hacerlo padrino de nuestra Graduación.
1964 -Enero – julio: Me gradúo de bachiller con honores. Recibo un galardón por haber sido durante los últimos tres años, el mejor alumno del Liceo Juan Vicente González. Nuestra promoción termina llevando el nombre del sabio José Francisco Torrealba. Mi amigo Henry Gzyl, me anima para que escoja la carrera de las matemáticas; él ya estudiaba Física en la U.C.V.
Conozco a Guillermo Meneses y a Sofía Imbert. Estuve en casa del escritor Meneses, fui a buscar unos libros que el famoso escritor le había prestado a Argenis. Visité la soberbia biblioteca que tenía en la casa de La Florida, frente a la redoma del mismo sector. Sofía era una dama amable y simpática; Guillermo me pregunta si he sido yo quien acababa de publicar «un interesante trabajo» en una revista literaria; le digo que yo no escribo, que ese trabajo es de mi hermano Adolfo.
1964 – Setiembre: Comienzo a estudiar matemáticas en el Instituto Pedagógico Nacional.
1966 – Abril. Me caso y el acto civil se realiza en la prefectura de La Candelaria. Luego del protocolo legal asisto a clases, con un dejo de angustia en el alma.
1966 – 17 de diciembre: Me caso por la Iglesia. Tengo un accidente y me produzco una herida en la frente. Llega mucha gente a la boda. Celebramos con champaña, apago las velas de la torta, a la media noche unos amigos me llevan a un hotel de Macuto, al día siguiente tomo un avión de hélice que va a la Isla de Margarita. Sube al avión Jóvito Villalba. Jóvito era margariteño, saluda a los pasajeros y a la tripulación como lo hacen todos los buscavotos.
Margarita era una isla hermosa, casi desierta. Nos alojamos en el vetusto Hotel Guacuco que estaba por desaparecer. Por todos lados vendían perlas y vírgenes del Valle en cochas de mar. Yo le compré una virgen a mi madre que se iluminaba con electricidad. Yo puedo decir que era feliz en aquellos años porque la felicidad también la produce la ignorancia, la inconsciencia de todo el dolor que bullía en mi país.
Para ser feliz hay que ignorar tantas cosas…
1967: Conozco al poeta suicida y romántico Winston Campos Rodríguez. Doy clases en el Liceo Núñez Ponte y en el Colegio San Antonio de la Florida.
1969 – Julio –Diciembre: Me gradúo de profesor.
Soy detenido y llevado al Retén de Cotiza, por un pleito con policías, al tratar de defender a Winston Campos. Paso varios días detenido en un cuartucho por “alzao, grosero y comunista”, junto con una bandada de ladrones.