LUIS ROA
Ante el despliegue del poder militar en las aguas del Caribe; se pueden apreciar dos corrientes por parte de Donald Trump; y de ahí ese doble discurso como este señor ha venido manejando el asedio. En ese afán de congraciarse con el sector ultroso de la Florida; compuesto por la gusanera cubana y sector apátrida de venezolanos, que no ocultan sus pretensiones de una intervención militar en nuestro país. Detrás de este andamiaje esta un Marcos Rubio, que a través de sus posiciones rabiosas contra nuestro país; está empujando a Trump hacia el abismo, en caso de concretarse una invasión. El otro grupo, al que Trump le rinde pleitesía es el grupo MAGA, que es algo asi como el soporte toral de su gobierno; que busca afanosamente “la grandeza para su país” (Make American Great Again). Que apuntan más hacia las sanciones, que a una confrontación armada. Trump ante estas constantes vacilaciones, le cambia el nombre al Departamento de Defensa por el de Guerra. Autoriza operaciones secretas de la CIA dentro del territorio venezolano; dentro de otras acciones , como la actitud de la Primera Ministra de Trinidad y Tobago, en un alarde de sumisión y coloniaje le abrió las puertas de su país para instalar su despliegue armamentístico. Nosotros consideramos que, con nuestro país, en caso de una invasión aquí se van a comer un cable. Esto no es Irak, Libia, Yemen, Afganistán, Siria, etc. Donde inventaban cualquier infamia y luego venía detrás la invasión. Venezuela es un hueso duro de roer; con 1700 millas de costa, 1370 millas que nos separan de Colombia, con Brasil 1380 y cerca de 100.000 paramilitares que están esparcidos a través de esas líneas limítrofes dispuestos a entrar en combate. Por otro lado 250.000 efectivos que comprenden los componentes de nuestras cuatro fuerzas; sin contar los cinco millones de milicianos, que están ahí listos para entrar en combate.
Por ahí salió de sus guardijos la ONU, con sus clásicas vacilaciones. Califico de inaceptables el asesinato sin formula de juicio, contra humildes pescadores en los mares del Caribe y el Pacifico, bajo banales acusaciones de transportar droga. Ya van 67 víctimas. La ONU en este caso , no va a la parte medular de estas ejecuciones extrajudiciales, pidiendo medidas concretas y acciones ejemplarizantes contra los ejecutores. Por cierto el Senado de los EEUU rechazó una resolución bipartidista que buscaba limitar la autoridad de Trump para emprender acciones militares contra embarcaciones pesqueras sin la aprobación del Congreso. En esa misma votación, aprobaron una resolución que impide que Trump lleve a cabo acciones o fuerza militar contra Venezuela sin el visto bueno del Congreso. Los congresantes expresaron que no existe una base legal clara para actuar, como lo ha venido haciendo; admitiendo además que está operando fuera de los limites. Ademas el pasado 3 de noviembre se le venció el plazo para sus operaciones en el Caribe. Si no es aprobado por el Congreso debe finiquitar todo esto. En estos momentos vemos a un Trump y a su sequitos guerreristas impulsado por el inefable Narcos Rubio, dentro de una situación como la que tienen planteada con Venezuela, que no saben cómo manejarla, como hacerle frente; algunos dicen que todo esto marca la caída de eso, de lo que fue un gran imperio. Ademas están bien claros que Venezuela no está sola en esta pelea. Los rusos han dado muestras evidentes para actuar en caso de una conflagración armada.
Luis Roa

















