Por: Valentín Navarro Martínez
El siguiente texto es el contenido de la carta privada que Donald Trump envió a Juan Guaidó y que fue extraída de la laptop presidencial (de Trump, por supuesto, porque el otro, de presidente, nanai nanai).Estimado Guaidó:La siguiente carta escrita en inglés la traduje al español usando el traductor de google, porque de español no sé ni mentar la madre. Disculpa cualquier error.Aclarado este asunto esto es lo que quiero decirte:En cierto sentido soy algo más que tu padre, soy tu creador, tu mentor, tu moldeador. Fuiste hecho a mi imagen y semejanza, aunque no te di inteligencia para poder manejarte. Eres yo, pero en versión de república bananera. Esto sin intención de ofender.Si, mi querido Guaidó, soy tu padre no biológico. Yo te fecundé con mi espermatozoide supremacista. Tu eras ese óvulo solitario, sombrío y carente de originalidad que andaba entre los ovarios de la oposición, yo lo fecundé y de allí saliste tu. ¡Eres mi creación!. En otras palabras para lo digas con orgullo eres mi “alter ego”, claro, algo tropicalizado.Yo te hice. Yo te saqué de las sombras para hacerte sentir poderoso. Yo te di el aliento para que asumieras “las competencias del ejecutivo nacional”. ¡Con que orgullo todavía oigo esas palabras tuyas en esa placita caraqueña!. Yo grité: “This is my boy” (¡ese es mi muchacho!). El grito resonó en el salón oval de la casa Blanca. ¿Y con qué me pagaste tu? Con una carta de felicitación a mi archi enemigo Biden para felicitarlo por, y que, ganar la presidencia, por cierto, de manera fraudulenta. Esa vaina si que me dolió y me sigue doliendo.Yo, que te reconocí de inmediato y yo mismo te califique como PRESIDENTE INTERINO. Lo de encargado lo pusieron por allá. ¿Y cómo me pagaste?, con la carta de reconocimiento a Biden y esa vaina si que me dolió y me sigue doliendo.Yo puse a que mis fieles sirvientes presidentes latinoamericanos (algunos se negaron y les torcí el brazo por su ofensa) para que te adoraran. Todavía lo hacen. Hice lo mismo con la Unión Europea y me obedecieron. También te adoraron. ¿Y cómo me pagaste?, con la fulana carta de felicitación a Biden, esa vaina me dolió y me sigue doliendo.Y qué decir con el show de “todas las cartas están sobre la mesa” para ver si los militares venezolanos se cagaban y resultó que agarraron más fuerza y arrechera contra mi. El chalequeo fue todo para mi y para ti nada. Esa vaina no se me olvida.Yo te llené de dinero como si fueras una puta exquisita y cara. Tu, que no tenías ni donde caerte muerto, ahora tienes platica para regalar. ¿Y con qué me pagas?, con la carta de felicitación a Biden. Esa vaina dolió y sigue doliendo.Yo, que como ningún presidente de los EEUU había hecho, le llevé como invitado especial a mi mensaje sobre el estado de la unión, con el congreso entero aplaudiéndote y tú, con tu sonrisita de guebón asustado, los saludaste. Todo gracias a mi ¿y con que me pagas?, con una carta de felicitación de Biden. Esa vaina dolió y sigue doliendo.Yo, en mi incansable lucha para demostrar el fraude de Biden y tu ni siquiera un “hola” de apoyo. Ni siquiera una frasecita de autoayuda de esas que publican en facebook. Nadita de nada, como si yo no existiera. Yo, guaidó, que hice de ti lo que eres. Mi hijo predilecto en comparación con el brasileño Bolsonaro. Tu me diste indiferencia, Bolsonaro me sigue dando apoyo. Tu, criticaste que mis compañeros de partido tomaran el Capitolio exigiendo justicia. No me apoyaste. Esa vaina me dolió y todavía sigue doliéndome. Bolsonaro, si salió en mi apoyo. ¿Ironías de la vida?.Hoy, mi querido Guaidó, en mis horas postreras y menguadas, tu, mi hijo pródigo no viene a mi. Yo te perdono. Mi amigo Iván, el de Colombia, me dijo cuando se enteró de tu carta de felicitación a Biden: “Donald, los caminos de la vida no son como yo pensaba, como los imaginaba, no son como yo creía”. No se de dónde sacó eso, pero es cierto. Y eso me pasó contigo.Yo. te apoyé durante todos estos años cuando Diosdado te llamaba “coco seco” porque no tenías ideas en la cabeza. A pesar de eso, yo te di apoyo. Muy mal me pagas mi querida creación (perdona que use esa expresión). Me voy y tu ni siquiera me dices: “toma, agarra estas agüita pa’l camino”; no, nada de eso. Ni siquiera una invitación de “vente pa’ mi casa para hablar guebonadas”. No, nada de eso.Como dice la gaita, esa vaina que ustedes solo escuchan en navidad, “sin rencor ahora te digo que lo nuestro ha terminado, ese bello amor sagrado para mí no tendrá olvido”. Y no tendrá olvido por tu vil traición, cual Brutus contra Julio César, tu también me clavaste por la espalda el cruel puñal de la traición.HASTA LA VISTA baby, como dice Terminator: “yo volveré”, tu no, jamás.Donald John Trump, (todavía presidente de EEUU, y con ganas de joder a muchos)