La Contraloría General de la República es una institución del Estado venezolano, que junto a la Defensoría del Pueblo y a la Fiscalía General conforman el Poder Moral. Es decir, fungen como una trinidad de reserva de valores; instituciones que vigilan, defienden y controlan las actuaciones de individuos y colectivos e instituciones. Hasta aquí podemos entender que ellas se guían por la normativa legal vigente desde la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y las leyes orgánicas que la secundan.
Ahora bien, paso a referir una situación que presencié un día de labores como cualquier otro, en que el personal de cierta institución adscrita a la Gobernación de Mérida solicitó un Taller a la Contraloría General del Estado para recibir orientación sobre el tema: Control Interno, en la sede de dicha institución.
En primer lugar debo comentar mi sorpresa, al ver antes del Taller una estampida de –al menos- 30 funcionarias saliendo a comprar (creo que harina de maíz marca P.A.N.) en algún establecimiento comercial muy cerca de esa oficina. Abandonando prácticamente sus puestos de trabajo. Me pregunté: ¿y esta es la Contraloría General del Estado Mérida?
Bueno, al cabo de 20 minutos esperando junto a otras y otros compañeros de labores, alguien llegó y mandó a que subiéramos todas y todos al salón de usos múltiples, ubicado en el 3er piso. Allí nos atendería la facilitadora del Taller sobre Control Interno.
Mesas, sillas y un equipo con video beam esperaban para ponernos cómodos y empezar la actividad. La facilitadora (con una actitud entre pastora evangélica y empresaria ambiciosa, creo que es redundante ya) tiene –según lo comentó- unos cuantos años en esa institución, y empezó a introducirnos en el tema. Arrancó leyendo unas citas algo rebuscadas, pero de autores según ella reconocidos en el ámbito de la administración de empresas.
Se refirió a un par de artículos de la CRBV y la Ley Orgánica de la CGR, leyó y leyó conceptos y definiciones que me aburrieron y pasaba y pasaba diapositivas con cubos y valores que aún no me decían nada del tema.
Más tarde nos exhortó a realizar un ejercicio sobre el “riesgo” por mesas de trabajo, referente a la Unidad o departamento donde laboramos para así destacar algunos factores.
Una vez que cada mesa de trabajo expuso su ejercicio a través de un vocero, le pregunté a la facilitadora, a qué podía deberse que todos hubiéramos tomado al “riesgo” como un concepto en negativo (según su apreciación). Pues ella había comentado que un riesgo era también una incertidumbre, y la vida misma es eso.
Entonces la facilitadora (no recuerdo bien su nombre ni su apellido) saltó animada y ya sin contenerse comenzó a darnos unos tips. Parecía que esperaba esa pregunta para darnos sus secreticos y poder “cabalgar” la inflación que ha ocasionado la crisis en el país.
Así fue como nos dijo con una amplia sonrisa que en verdad había que leer el “riesgo” como una gran “oportunidad”. Y empezó a comentar su experiencia con un registro que hizo por internet en una página web para ganar dinero en dólares, y mientras más gente invitaba, más dinero ella ganaba. Una especie de pirámide, donde quien más gana es el iniciador del juego. Y entonces aprovechó para sincerarse, tomar fotos al grupo, e invitar a los interesados a registrarse con ella y que ganarían mucho dinero en dólares y tal. Pidió correos electrónicos y números de teléfono para proceder a los registros…estaba super entusiasmada la funcionaria esta.
A todas estas yo con mil preguntas en la cabeza, observando el interés de los demás participantes, pues ganarían unos churupos en dólares, oh cuanta ambición! Y la muy cínica, olvidada del tema que estaba refiriendo sobre Control Interno, me dijo: “y pensar que tu pregunta me sirvió para comentarles a ustedes que pueden ganar dinero fácilmente”.
Me pregunté si tendría algún resquicio de conciencia sobre lo que hacía con su fulano juego? Promoviendo cualquier cantidad de cosas, una espiral inflacionaria en tanto ella podría tener recursos, pero y la mayoría de los trabajadores, que ganan un sueldo mínimo no tendrían acceso a esos churupos en dólares. Lo cual agrava la situación que ella ocasiona al impulsar de manera indirecta o directa el bachaquerismo o capitalismo popular, como bien lo vendió la malinche María Corina Machado hace años…ese tipo de personas (que apelan a esos juegos para “cabalgar” la crisis), son quienes precisamente fomentan la inflación, mientras la mayoría no tiene para resolver ni sabe cómo fue que llegó a esa situación, arrastrados por la ambición de terceros desconocidos.
Nuevos ricos que se sienten superiores y no les interesa si otros tienen o no, y menos les importa enterarse de que son culpables de esa espiral inflacionaria perniciosa que afecta a la sociedad en general y al sistema económico interno.
A todas estas me sigo preguntando: ¿quién controla a la Contraloría?