Recuerdo a Bolívar cuando decía: “De manera tal, que tuvimos filósofos por gobernantes y filantropía por legislación lo que contribuyó a la disolución total de la primera República…”. Nosotros aquí hemos tenido a divagadores de oficio por ECONOMISTAS, a negociantes de partidos (Sucre dixit) por diplomáticos, a grandes DIENTES ROTOS por “estrategas revolucionarios”, a gobernadores que no han sido sino grandes mafiosos disfrazados de bolivarianos; a ministros que nunca han sabido dónde están parados… pero ha sido gente que dicho a voz en cuello y a gritos destemplados que es chavista.
Por esta razón cuántos gobernadores y ministros nos han salido con las patas torcidas: en Guárico, el Manuit y Gallardo; en Lara Henry Falcón, en Mérida Florecio Porras y el Marcos Díaz Orellana; en Cojedes al Jhonny Yánez Rangeil, en Bolívar, el ahora huido a México Francisco Rangel Gómez; aquella insomne nulidad de Enrique Maestre en Sucre; en Apure a Jesús Alberto Aguilarte Gámez, y otros más que ni la pena vale ya nombrarlos…
El caso de los ministros talanqueros y bandidos es muy llamativo y patético, también: Ana Luisa Osorio, Andrés Izarra, Héctor Navarro, Rodrigo Cabezas, Rafael Ramírez, …
¿Y en el Ministerio Público, empezando por la doña Luisa Ortega Díaz y su abultadísimo tren de ladrones y chantajistas?
¿Y en dónde se queda casi el centenar de gerentes ladrones de PDVSA? ¿Y el de jueces y magistrados que han cojeado bien feo…? ¿Y el de algunos oficiales que creíamos que eran patria o muerte y en el propio Miraflores pasaban información a la ultra-derecha? Estas cosas no le pasaban a Fidel Castro, OJO!
¿Y en el terreno de los funcionarios en nuestras embajadas, que realmente algunas son verdaderos nidos de escuálidos y están así desde hace veinte años?
¿Y en toda esa administración pública tan inepta, saboteadora, parásita, lerda, lánguida y enemiga del pueblo?
Realmente, que tuvimos a un gobernador que se ganó el cargo por un tremendo eructo que se echó. Muchos llegamos a pensar en aquella hora que no lo había por brutalidad sino para enervar a los burgueses, a los “buenos modales” de la oligarquía y de los patiquines de la derecha y en verdad que lo apoyamos al igual que Chávez. Craso error, resulta que lo del eructo no era para ofender a la derecha sino que se trataba de un hábito en el tipo que padecía de otras muchas notables vulgaridades, y que luego lo puso en práctica algunas de ellas, llegando a ejecutar una pavorosa traición (pese a lo consecuente que había sido su hermano).
Después, entre otros, apareció uno de esos soldados nuestros, repentinos, que le lanzó arrechamente un micrófono a un pajudo de la derecha y “¡BINGO!”: suficiente gesta para que los convirtiésemos en orondo ministro, y ha sido uno de los fiascos más horrible que hemos padecido en este universo de la educación superior. ¡Catástrofe total!
Estos errores no son nuevos, e incluso pertenecen a cierta manera de hacer política de partidos de nosotros los venezolanos. Tenemos una cultura en este sentido que tiene que ver con el sectarismo, el narcisismo, el grupismo, la dejadez, ese tipo de confianza a ultranza hacia el compañero de partido que todo nos lo acepta y que nos lo perdona, y que para jalar bolas es realmente insuperable… y en esta acoso permanente de la derecha estos tipos se nos filtran y hacen entretanto su agosto, robando y estafándonos a todos… qué vaina tan seria!