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Un Comentario

  1. 1

    José Gregorio Piña T.

    Típico análisis desde el punto de vista excepcionalista estadounidense. Hay varias falacias en sus aseveraciones, según veremos:

    1-No es cierto, en el verdadero sentido del término, que los EUA sean una democracia (gobierno del pueblo), ya que siempre ha gobernado una élite WASP integrante de la capa superior en términos económicos, hecho que cada vez se acentúa en mayor medida.
    2-Por lo tanto, contraponer el caso de Chávez en Venezuela, asumiendo que eso pasó en Venezuela por falta de «democracia», pero que no debía pasar en EUA, es un contrasentido. Cuando Chávez insurge contra el régimen de Carlos Andrés Pérez, lo hizo contra un gobierno que ya estaba deslegitimado y con amplio rechazo, tanto por la masacre del llamado «Caracazo» como por las antipopulares medidas económicas y sociales. Por lo tanto, Chávez no intentó un «golpe de estado» en el sentido político del término, porque no se rebeló contra un gobierno legítimo. El movimiento liderado por Chávez fue un pleno ejercicio de democracia, como lo prueba que el propio establecimiento político le dió un «golpe» a Carlos Andrés Pérez (CAP); todos los poderes públicos y todos los partidos políticos, incluyendo al propio partido de CAP lo sacaron de su cargo; y el Pueblo reivindicó la legitimidad de la rebelión de Chávez al votar mayoritariamente por él en 1998. De haber sido ilegítima la rebelión de Chávez, el supuesto «golpe», el pueblo no habría votado a su favor.
    3-No es cierto que Trump sea un charlatán; su retórica está muy bien estudiada y obedece a estrictas encuestas que miden la opinión mayoritaria. Trump sigue a la manada, no la manada sigue a Trump.
    4-Y el bando contrario no es un inocente frente que defiende los valores, como sin disimulo expresa la autora; simplemente promueven intereses diferentes a Trump, pero posiblemente más a favor de la plutocracia mundialista. Si fuera por «defender los valores tradicionales» de los EUA apoyarían la oposición al aborto, por ejemplo, o la reindustrialización de los EUA. En democracia verdadera, se supone que triunfa la opinión mayoritaria aunque no nos guste o no sea la que particularmente apoyamos.
    5-Es pueril el argumento de la supuesta «cobardía» de quienes, desde dentro del partido republicano» se opusieron a Trump, pero lo apoyaron en la campaña electoral; porque eso mismo sucedió en el partido demócrata; y así sucede casi siempre, tanto en EUA como en otros países; se supone que cada partido tiene tendencias y liderazgos que compiten entre sí, pero deben apoyar al candidato o candidata de su partido. Sólo recordemos las trampas internas que los jerarcas del partido demócrata le hicieron dos veces a Bernie Sanders para impedir su candidatura.
    6-Mencionar a los grandes magnates que apoyaron a Trump es una aseveración capciosa; porque obvia mencionar a los grandes magnates que apoyaron a Biden-Harris; hasta el punto que el partido demócrata recibió y gastó más dinero que Trump en la campaña electoral; hasta el punto que fue la campaña más cara de la historia mundial.
    7-Es sumamente hipócrita referir sólo las ventajas en términos de negocios obtenidas por Trump y su entorno con la presidencia; porque igual hizo Biden y su entorno; de eso se trata el juego «democrático» en los EUA, ya lo dijo Eisenhower hace casi 70 años.

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