La muerte de un hombre afrodescendiente en la ciudad de Minneapolis (Minnesota), de nombre George Floyd y de 43 años, causó una ola de indignación en Estados Unidos después de que se publicara un video en el que se ve a un policía blanco arrodillado sobre su cuello durante varios minutos. En la dramática filmación, ocurrida el lunes, el afroestadounidense identificado como George Floyd, de 46 años, trata de pedir ayuda, gritando en repetidas ocasiones: «No puedo respirar». Posteriormente, el hombre aparece inmóvil en las imágenes, antes de ser puesto en una camilla y trasladado en una ambulancia. El incidente provocó protestas y violentos enfrentamientos ente la policía y manifestantes en la ciudad de Minneapolis durante dos noches consecutivas, el martes y el miércoles.
El Departamento de Policía de Minneapolis (MPD) dijo en un comunicado que Floyd había muerto «después de un incidente médico durante una interacción policial».
La policía estaba respondiendo a una llamada telefónica en la que se reportaba un supuesto delito de «uso de dinero falsificado», señalaron.
Los denunciantes dijeron que el sospechoso estaba «sentado en la parte superior de un automóvil azul y parecía estar bajo los efectos de alguna sustancia», detalló la MPD. Dos agentes lo ubicaron en el auto de uno de los denunciantes y se le ordenó bajarse del vehículo, pero el hombre opuso resistencia, según la policía.
Testigos del suceso observaron que los «oficiales pudieron esposar al sospechoso, pero luego de bajarlo del vehículo optaron por someterlo tal y como se observa en la foto, hasta que él muere asfixiado, no obstante haber gritado una y otra vez: «No me maten».
Buena parte del grave delito policial quedó grabado por un testigo en un vídeo que tiene una duración de 10 minutos. En dicha filmación que se pudo precisar si fue entregado a la Policía, se aprecia a testigos del hecho decir: «le está sangrando la nariz» y suplicando al policía: «Quítese de su cuello».

El incidente recuerda al caso de Eric Garner, un hombre negro que murió mientras era arrestado en 2014 en Nueva York.
La frase «no puedo respirar», repetida hasta 11 veces por Garner antes de morir, se convirtió en un grito de guerra para los activistas que protestan por la brutalidad policial contra afroestadounidenses.
Garner, un hombre negro desarmado de 43 años, fue detenido por la policía bajo sospecha de vender ilegalmente cigarrillos. Murió después de que un agente de policía le aplicara una llave de estrangulamiento.
Un médico forense de la ciudad dictaminó que el estrangulamiento contribuyó a la muerte de Garner.
El agente de policía involucrado en el arresto mortal de Garner fue despedido más de cinco años después, en agosto de 2019, pero ningún agente fue acusado formalmente de delito alguno.
Tras la muerte de Garner, no obstante, se han producido múltiples acusaciones de brutalidad policial contra afroestadounidenses en el país.
Entre los más recientes, las acusaciones a la policía de Georgia por «tratar de encubrir» la muerte de Ahmaud Arbery mientras hacía deporte, supuestamente a manos del hijo de un exagente de policía.

















