Parte I: El Brote y Contagio
Por: Arles Gómez
Actualmente el mundo se estremece fuertemente como consecuencia de un virus (COVID-19) cuya virulencia no tiene comparación. Los acontecimientos aún están en pleno desarrollo y, la realidad todavía es altamente volátil; sin embargo, la tendencia de los acontecimientos, de las consecuencias de la pandemia, parece estar bien definida.
Para los estudiosos de las ciencias naturales, no existe la casualidad, todo debe tener una causa, un origen; a eso se le llama principio de causalidad. Eso no significa que no exista el azar, la aleatoriedad de los eventos o que el universo tenga un curso predefinido (destino), no se trata del viejo pensamiento determinista, sino de la búsqueda incesante del origen de las cosas, en último término: la verdad.
Si bien es cierto, los virus, las bacterias y otros microorganismos suelen aparecer con cierta recurrencia, y sus resistencia y adaptación a nuestros mecanismos de control ha aumentado mucho a lo largo del último siglo. También es cierto que a lo largo del siglo XX las potencias que imperan en el mundo (El Imperialismo) desarrollaron la capacidad de manipular a voluntad armas químicas, biológicas, bioquímicas, bombas de fisión, bombas termonucleares, bombas de neutrones, y un sinfín de armas de destrucción masivas.
De todas esas armas, las armas biológicas (que serían un subconjunto de las armas bioquímicas) son las más peligrosas, porque no solo cusan la muerte indiscriminada de millones de personas, sino que, además son silenciosas, de difícil rastreo, no hay formas de advertir cuando han sido usadas o por quién han sido usadas, no existen escudos antimisiles ni mecanismos de defensa efectivos, tampoco hay mecanismos disuasorios ni formas de prevenir el ataque. Básicamente, un ataque con armas biológicas es completamente efectivo, eficiente y casi imposible de rastrear, el potencial de éstas armas es ilimitado, porque el atacante también posee la cura y, la suele presentar como cuasi-milagro cuando considera oportuno.
Vamos a detenernos aquí un momento para aclarar algunas cosas. No estamos afirmando que el COVID-19 sea un arma biológica, tampoco vamos a señalar a tal o cual país. No se trata de eso; en su lugar, vamos a estudiar las consecuencias del virus y la pandemia que produjo, fundamentalmente las consecuencias económicas, que son las que ya tienen tendencia definida. Así como se hace en las ciencias básicas (física, química, matemáticas y biología) vamos a tratar de plantearnos una hipótesis y a contrastarla con la realidad. Observaremos los acontecimientos y su curso, intentaremos extrapolar e interpolar sucesos y haremos el esfuerzo por concluir objetivamente al final del estudio.
No es por casualidad que muchos analistas, estudiosos de la economía y opinadores pronosticaban para el 2020 el inicio de una fuerte crisis económica en EE.UU. que conduciría a la caída del dólar como moneda privilegiada mundial. Son muchas las razones que llevaron a los analistas más serios a pensar que el 2020 sería el comienzo de un espiral de caída económica para Estados Unidos, similar al Crack del 29 (1929), que incluso podría arrastrar a Europa consigo y provocar una fuerte recesión mundial. Pueden revisar los link’s y los vídeos a continuación:
- https://privatebank.jpmorgan.com/gl/es-es/insights/investing/is-the-dollar-s-exorbitant-privilege-coming-to-an-end
- https://expansion.mx/economia/2019/06/04/economistas-temen-una-recesion-de-estados-unidos-en-2020
- https://www.estrategiaynegocios.net/lasclavesdeldia/1216937-330/nouriel-roubini-advierte-de-un-nuevo-colapso-financiero-peor-que-el-de
- https://www.hispantv.com/noticias/economia/395184/eeuu-dolar-valor-caida-moneda
- https://www.hispantv.com/noticias/economia/433971/dolar-economia-asia-china
En todos los pronósticos China se veía favorecida de una u otra forma: por ser una economía tan grande con casi 1.400 millones de habitantes y ser el principal centro industrial y tecnológico actual; por tener un balance de deuda favorable, por sus ambiciosos proyectos del Cinturón y Ruta de la Seda. El 2020 se perfilaba como el año del despegue indetenible de China, el año en que su potencia económica e industrial le permitiría ascender indiscutiblemente al primer lugar mundial en lo económico. También se pronosticaba un auge de Rusia como líder de un nuevo centro de poder militar y armamentístico mundial.
Rusia ya ha demostrado que su supremacía militar es indiscutible, y su poder político viene en ascenso. A través de su alianza con China, conformarían el eje Euroasiático: un nuevo polo de poder mundial que desplazaría a EE.UU. y a la U.E. de sus lugares actuales.
En todos esos pronósticos, Europa también se vería afectada; pero podría minimizar su impacto al acercarse al polo Euroasiático de poder. En todo caso, la debacle sería colosal solamente para EE.UU.
Eran esos los pronósticos que se perfilaban para el 2020 a finales del 2019; no se pensaba que aparecería un virus que sacudiría el tablero.
El Brote:
El brote empezó en China: misteriosamente apareció un virus completamente nuevo en una ciudad china cuyo número de habitantes es similar al de Nueva York, unas 8 semanas después de finalizadas las Olimpiadas Militares Mundiales. Es un virus altamente contagioso (exponencialmente contagioso) y con una tasa de mortalidad de al menos 0.5% de los contagiados (en China que ha sido quien logró mantener la tasa de mortalidad más baja hasta ahora); produce un síndrome respiratorio agudo que puede llevar a la muerte principalmente a personas de edad avanzada.
Inmediatamente las corporaciones de la comunicación en EE.UU. y Europa empezaron a llamarlo el virus chino, aseverando que el virus se había transmitido a personas a través de la ingesta de animales salvajes expendidos en un mercado local (tradicional para los chinos), donde se vendía murciélago, serpientes, camellos y otros animales. Cuando los estudios demostraron que los animales expendidos dicho mercado no eran el origen del virus, entonces empezaron una campaña intensiva para asegurar que el virus había sido creado en un laboratorio de investigación biotecnológica que tiene el gobierno chino en la ciudad de Wuhan. Nos dijeron que el gobierno chino había usado el virus para causar recesión económica y comprar empresas estadounidenses a precios de gallina flaca.
Ha sido una campaña mediática feroz; incluso Donald Trump insiste en llamarlo virus chino, e irresponsablemente aseguraba que se trataba de una gripecita más, nada preocupante. Que cuando se adentrara la primavera, el virus desaparecería.
Mientras tanto el virus se propagaba en china, los medios occidentales se preparaban para acusar al gobierno chino de negligente y, cuando el gobierno chino toma una medida sorpresiva desde la lógica neoliberal: la cuarentena total de la ciudad de Wuhan; los defensores y paladines de la libertad (corporaciones de la comunicación) acusaron al gobierno chino de autoritario, represivo y dictatorial.
China, la segunda economía mundial (según su PIB), el mayor centro industrial del mundo y el país más poblado del planeta, decidió poner en cuarentena a toda la ciudad de Wuhan, para impedir la propagación del virus: se cerraron escuelas, comercios, transporte colectivo masivo, fábricas, empresas, se ordenó a toda la población mantenerse encerrados en sus casas, etc. Aun cuando esa medida resulta económicamente inconveniente a corto plazo, es la media más responsable y acertada a largo plazo. De inmediato hubo pavor en los mercados bursátiles a nivel mundial, la desaceleración del país más pujante en el mundo, tiene repercusiones mundiales sin lugar a dudas. Pero, el gobierno chino no está priorizando el dinero por encima de la vida de las personas, por el contrario, la lógica china es: si la gente se enferma y se muere por miles e incluso millones ¿quién va a comprar, vender, fabricar, trabajar? Es evidente que la epidemia descontrolada es mucho más perjudicial para la economía que la cuarentena. Porque los efectos causados por el miedo a enfermarse también contraerán la economía; a su vez, al no haber una cuarentena ni medidas de alivio económico, las empresas despedirán masivamente a los trabajadores, lo cual incrementará la crisis porque contraerá más el consumo, pondrá en riesgo las vidas de las personas que, si no enferman y mueren, pueden terminar padeciendo hambre. Entonces la lógica dicta que, entre un escenario de cuarentena (que golpeará a la economía, pero minimizará el impacto en la cantidad de vidas humanas perdidas) y un escenario de neoliberalismo (para que no se vean afectados los ricos, las empresas y sus riquezas); es mil veces mejor el escenario de cuarentena, que permitirá salvar el mayor número de vidas humanas posible y, una vez erradicada la enfermedad, permitirá que la economía se recupere mucho más rápido que el escenario alternativo (neoliberal).
Es evidente el porqué esa lógica no se comprende en gobiernos de países como Reino Unido, Alemania, Chile, Ecuador, Colombia, Canadá o Estados Unidos. Esos gobiernos neoliberales al servicio de la corporatocracia mundial, privilegian las ganancias económicas de las empresas, los ricos y los mercados; en lugar de las vidas de las personas. En medio de su obcecación con el dinero, su mirada obtusa no los deja ver que las pérdidas económicas que sufrirán por su ambición serán peores que las que tendrá que afrontar quien aplique cuarentena, que además de mayores pérdidas económicas también tendrán que cargar con mayor cantidad de vidas humanas perdidas y, un colapso total de sus sistemas médico-sanitarios que pondrá en jaque la legitimidad y fortaleza institucional de sus países.
Contagio:
El virus se empezó a propagar fuera de china, y rápidamente llegó a Irán donde la cantidad de contagiados empezó a crecer exponencialmente; el campeón de la justicia y los derechos humanos (EE.UU.) no ha levantado las retaliaciones económicas que impuso a Irán, a sabiendas de que las mismas afectan la adquisición de insumos médicos y alimentos.
Brotó el virus en Europa, Italia y España son los países más golpeados. Dos países con un elevado porcentaje de población de la tercera edad. Cuyas economías andan mal desde hace más de una década (con la crisis económica de 2008). Pero, no sólo eso, sino que España acaba de tener un viraje en su política, con un gobierno de coalición entre el PSOE y PODEMOS, una visión de centro izquierda y un cambio de política exterior (principalmente hacia Venezuela), razones por las que se ha distanciado un poco de EE.UU. Por su parte, en Italia, la región más dramáticamente afectada por el virus es Lombardía (la más poblada y rica); siendo Italia una rebelde dentro la U.E. al firmar acuerdos con China que le permitirían incorporarse al proyecto del Cinturón y la Ruta de la Seda.
El brote del coronavirus en Francia también ha sido salvaje, y la afectación ha sido tal, que ha llevado a su presidente Emmanuel Macron (un ferviente neoliberal), a asegurar que hay servicios y cosas que por su naturaleza no pueden estar sujetos a las leyes del mercado, que la pandemia del coronavirus ha hecho evidente que el sistema de salud debe ser público y socializado. Ese mismo Macron que ha hecho sendos recortes al presupuesto de salud y anterior a la pandemia defendía la privatización del sistema de salud francés.
El virus se ha expandido por toda Europa, Reino Unido, Latinoamérica y el Caribe, Canadá y también a Estados Unidos.
En Reino Unido, el primer ministro fue ingresado en cuidados intensivos, el príncipe heredero ha resultado positivo y hay cerca de 52.000 contagiados y casi 5.400 fallecidos (cifras aún en constante cambio). Fue justamente el primer ministro de Reino Unido el que dijo que no había que hacer cuarentena porque eso además de dañar la economía, impediría que la población se inmunizara colectivamente; el parlamento de ese país propuso un proyecto de ley que obligaría a todos los mayores de 70 años a estar encerrados en sus casas para evitar contagios. Llegó el virus a Estados Unidos y, el inquilino (sub arrendado) de la Casa Blanca, se dedicó a desmeritar el esfuerzo chino por contener el brote, a menospreciar las advertencias de peligrosidad del virus, aseguró que Estados Unidos no fue hecho para ser cerrado (ante un escenario de cuarentena) y, aseguró reiteradas veces que han hecho un buen trabajo respecto al virus. Irresponsablemente Donald Trump ha permitido que el virus se propague de forma descontrolada e incontenible en EE.UU. privilegiando la riqueza sobre la gente, la economía sobre la vida humana; ignorante de que sin humanos no habría economía y que las vidas son invaluables, olvidando que cada vida perdida es irrecuperable. Como todo riquillo acostumbrado a ser privilegiado en función de su bolsillo, ha admitido de forma grotesca y sádica que, en un buen escenario para Estados Unidos se esperan unas 300.000 muertes. Así, como si hablara de cerdos o vacas, como si las vidas que se perderán no fuesen significativas para nadie en lo absoluto. Lo más grotesco es que miente descaradamente, así como mintió cuando aseguraba que sólo era una gripe, de que con la primavera se iría y que no había nada de qué preocuparse; las vidas perdidas en EE.UU. pueden llegar a ser millones e incluso decenas de millones… continuaremos analizando eso en las próximas entregas junto con un análisis de los indicadores económicos.
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