Mi palabra
AUTOR: Narciso Torrealba
Refrán del día ENREDADO Y DESESPERADO EL AUTOPROCLAMADO
En la mañana del lunes 18–día de la CHINITA– visité cinco sitios: tres expendios de comida; una estación de gasolina con una cola moderada, en comparación con las que normalmente se viene formando, y por último una panadería, siempre se encuentra muy concurrida, en esta oportunidad estaba prácticamente sola, a pesar de la hora: unos minutos después de las doce del mediodía. En todos reinaba la sana paz, y se oigan algunas gaitas por la celebración de los zulianos. En una de las ventas de alimentos, escuché a una señora con miles de argumentos, muuuuy enredada –tan igual al autoproclamado– buscando justificar el fracaso del interino el sábado 16 de noviembre, y su anunciada megamarcha; al final prácticamente la dejaron hablando sola. En la estación de gasolina, se oyó a un jodedor gritar: ¡Cuidado con colearse, porque esto se me está pareciendo a Guaidó! al preguntarle el chofer que lo antecedía: ¿Cómo es eso? La respuesta causó risa entre los presentes más cercanos ¡está muuuuy enredado! Mucho antes de iniciar este recorrido me había leído el artículo del profesor José Sant Roz (DE PÁNICO!, GUAIDÓ EN LA PROPIA TARIMA!: “CHAMO, DE VERDAD, QUE YA ESTOY LADILLAO DE ESTE PEO…”) donde deja muy claro, el berenjenal en el cual se encuentra metido EL AUTOPROCLAMADO, porque entre más habla, el enredo es mayor, y cuidado, sino no le queda otra: irse para el llano, y en medio de la soledad, se aprende al famoso contrapunteo de Alberto Arvelo Torrealba (FLORENTINO Y EL DIABLO) regresa a Caracas con la estrategia de Florentino: pedirle la ayuda a cuantas vírgenes existen; aunque ninguna copia es buena, y menos en política, pero cualquier enredado se mete en el primer “RASTROJO” que consigue. Entre el artículo del no menos jodedor San Roz, y el recorrido me quedó una valiosa enseñanza: aprendí, como nace los refranes, dichos y pensamientos, y en esto tiene mucho que ver el babieca de Juan Guaidó, porque está, como algunos animales salvajes, que se suben a los árboles, y después no halla como bajarse, y por los vientos que soplan, van terminar haciéndole honor a su apellido, tan desconocido, que por ninguna parte se consigue alguna referencia, y solamente lo van a recordar, precisamente por el título que meses atrás le coloque a un artículo (como Guaidó, no hay dos) porque más arrastrado, traidor, vendepatria, apátrida, estafador, sinvergüenza, y adulador de los gringos, es bastante difícil conseguir en tierra venezolana.