Mi palabra
“Nuestra mente, en sí misma,
puede hacer un cielo de los infiernos
y un infierno de los cielos”
John Milton
Por: Narciso Torrealba
Este par de angelitos, están de lo más plácidos y contentos con los encargados del premio Nobel de la paz y Milton Friedman, porque no esperaban la gran sorpresa, que les han dado y no han brincado de la emoción, porque a esa edad, cualquier resbalón es fatal y entonces terminan poniendo la cómica en una clínica y la recompensa en metálico se les puede esfumar, como viene ocurriendo con el disparate de pedir una invasión, aún, cuando a su jefe, ganas no le falta y ellos por supuesto esperan, cómodamente con los dólares en las alforjas para ver, como invierten sin la dictadura de Maduro.
Los discursos para recibir dichos “premios” no es muy difícil de ensamblar, después de la cantidad de mentiras repetidas, ya que, tienen que estar en consonancia con las “brillantes” intervenciones de su jefe, el cual ha maravillado a medio mundo y desde ya, se tiene ganado el reconocimiento con algún galardón con el nombre Donald Trump en letras doradas, porque la incontable riqueza en dólares le pueden permitir para depositar una buena parte para los próximos años.
La indumentaria para hacerse presente en las fulanas ceremonias de los premios, tiene que estar acorde a la utilizada en las funestas y pasadas guarimbas, porque caso contrario cualquier cambio de última hora, puede dejar al descubierto toda la mala intención, que llevan disfrazada para codearse con los que todavía creen en estos personajes, que para hablar y actuar primero ven el decálogo preparado en la Casa Blanca, con la asesoría de la CIA y conocido en todo el mundo a través de la maraña del poder mediático, el cual solamente respeta al gran capital bajo el manto del imperialismo.
Los argumentos para ser premiados y agarró por sorpresa a muchos compatriotas, son ampliamente conocidos, pero para María y Edmundo, es algo muy normal, así, como pasa en muchos casos con los niños traviesos en casa de ricos, que los aplauden y los premian, como si han inventado un medicamento para detener la vejez y seguir haciendo de las suyas por el poder que les confiere el dinero y los privilegios que nunca faltan, como está sucediendo a cada momento con Trump, que hace y deshace lo que le da la gana en contra del buen entendimiento en el mundo, pero las grandes corporaciones del imperialismo lo colocaron para hacer ese mandado.
Las tales pruebas y explicaciones, que no sueltan en ningún momento la María y el Edmundo, y fueron tomadas en cuenta de manera irresponsable por los organizadores y responsables de otorgar dichos premios, es la lucha por la libertad, pero inversamente los únicos, que no gozan de plena libertad en su buen sentido de la palabra son estos guarimberos de profesión y algunos títeres de la oposición, el cual se encuentran en el exterior –Antonio Ledezma, Julio Borges y Leopoldo López – porque lo pueden tener por seguro, que también aspiraban a estas recompensas ya que, primero ven y oyen lo que dicen, desde Washington, de lo contrario callan, como ha hecho el dúo de María y Edmundo, quienes no hablan de las atrocidades del criminal de Israel, Benjamín Netanyahu, a quien no le otorgaron el de María, porque si no se cae el cielo en mil pedazos y la tragedia es mayor.

















