(Mérida, Venezuela-20 de enero de 2020)
A los pueblos del mundo, de nuestra patria grande y en particular al pueblo de la República Bolivariana de Venezuela, queremos expresarles nuestro sentimiento y parecer sobre la realidad actual que convivimos. Somos Universitarios y estamos en el deber y la obligación de fijar posición crítica sobre los hechos que acontecen y padecemos.
El oprobioso y brutal asedio a que ha sido sometida nuestra patria, jamás visto en la historia republicana, aunado al estado de descomposición del cuerpo social, donde los valores fundamentales de ética, equidad, solidaridad, justicia social, entre otros, se diluyeron en una justificación de sobrevivencia, son el clima que vivimos en el diario acontecer de nuestros días. De otra parte, un grupete de supuestos venezolanos que siguen pidiendo intervención de los imperios de EEUU y la Comunidad Europea, guerra, más medidas nefastas para ahogar al “régimen”, sin importarles el dolor y la muerte que causan a nuestro pueblo, completan el cuadro macabro y dantesco de la Venezuela de hoy en el ámbito nacional y local.
El mismo libreto lo observamos en nuestro estado y más triste aún en la Universidad de Los Andes donde muchos de nosotros realizamos nuestra tarea diaria. Las actuales autoridades perdieron el rumbo y confundieron sus funciones establecidas en la ley y pasaron a usar los bienes y demás patrimonio de la ULA, para conspirar, lucrarse y enterrar a la universidad bicentenaria de “PERUCHO”. Qué cuadro
lamentable de partidistas trasnochados. Exigimos elección de autoridades ya, cualquier equipo que venga y se legitime será mejor que lo que tenemos.
Igualmente, consideramos que la falta de ejercer el poder que nuestro pueblo dio a quienes realizan funciones de gobierno, nos han dejado en la orfandad y a merced de comerciantes, transportistas, expendedores de gasolina, matraqueros, bachaqueros, contrabandistas y delincuentes comunes. Parece que no tenemos gobernador, alcalde, cámara municipal, consejo legislativo ni poderes nacionales a quienes les compete la tarea de control, es decir no hay quien ponga autoridad y aplique las leyes establecidas. Nos preguntamos: ¿Se hace por omisión o intereses? ¿Qué pasaría si un trabajador universitario fuese a cualquier comercio y se llevará una paca de harina sin pagarla? Seguro que sería llevado ante un tribunal por ladrón. Ah, pero los precios de todos los bienes y servicios suben a diario y
quienes cometen estos abusos robando al pueblo no hay quien los meta en cintura. ¿Acaso no son delincuentes comunes también? ¿Hasta cuando el pueblo resistirá ese ahogo y abandono de parte de la
revolución?
Exigimos se aplique la ley con justicia, firmeza y sin contemplación de credo, color, partido o condición social, pues seguir con la angustia del dejar hacer dejar pasar nos llevará a un enfrentamiento social con consecuencias impredecibles. Llegó la hora del pueblo probo, honesto, decente y valiente para exigir el estado de derecho y la aplicación del pacto social acordado en la constitución de 1999.
“No más abuso de parte de quienes se llaman servicio público de transporte”, les llamamos a la sensatez.
“No más abuso de los comerciantes inescrupulosos e irresponsables que todos los días aumentan los precios de la comida, medicamentos y demás bienes y servicios”
“No queremos más clínicas y servicios médicos que cobran en dólares, moneda no nacional, en un país que paga salarios en bolívares”
“No más abuso y estado de impunidad donde la carga social de sufrimiento y muerte cabalga sobre el pueblo venezolano”
Finalmente, expresamos nuestra firme disposición de salir a defender nuestros derechos y a exigir el restablecimiento del orden, la aplicación de la ley para acabar con este estado de indefección, corrupción e impunidad.
Es auténtico, en Mérida a los veinte días del mes de enero de dos mil veinte.