Por: Gustavo C Vásquez Q
E. Macron, A. Uribe, B. Netanyahu, G. Bush/D. Trump, por mencionar a los más conspicuos derechistas de las primeras décadas de este tercer milenio, ya tienen marcadas las líneas que les escribirán sus pueblos a la llegada del inevitable desenlace.
Serán las mismas que los pueblos les escribieron a sus respectivos e históricos predecesores después de haber ejercido los gobiernos y mostrado en favor de quién estaban signados sus intereses.
Estos ejemplares derechistas, apoyados con todas las instituciones políticas, económicas y militares como nunca antes de la historia humana, al morir bien lejos del sentimiento popular, sus recuerdos serán espantosos.
Asimismo, contando con todo el aparataje empresarial de la mediática internacional que los promovían como ejemplares y exitosos estadistas, les espera el solemne y sombrío ataúd de la soledad.
George Bush (p) la mejor y ejemplar muestra de la soledad
George H. Bush, el presidente 41.º de los Estados Unidos, muerto el 6 de diciembre de 2018, tras adentrarse en el negocio del petróleo y acumular fortuna para abrirse paso en la industria del ramo, gobernó dejando dos amargos episodios relacionados América Latina:
Uno como Vicepresidente de Ronald Reagan: El escándalo Irán-Contra que significó muerte, desolación y tristeza a la Nicaragua Sandinista; dos, al mejor estilo del monroísmo imperialista, la invasión criminal contra el indefenso pueblo panameño.
Fidel Castro/El Che Guevara, Hugo Chávez, Nelson Mandela, Diego Maradona
Estos hombres, igual en el presente milenio, siendo sentidos por sus pueblos como los líderes históricos que, sacrificando todo lo material para consagrarse a las causas de la justicia popular, tras el inaguantable llanto por incapacidad resurrecional, el último adiós se convirtió en un inocultable y multitudinario para siempre.
Por el contrario a E. Macron, A. Uribe, B. Netanyahu, G. Bush/D. Trump, con todo el poderío y arrogancia mostrados; con toda la fuerza de la maldad y el engaño que les permite contar con súbditos a buenos sueldos, las muertes que inexorablemente cada uno les espera, estará acompañada del más absoluto sentimiento de la soledad de pueblo.
Emmanuel Macron, presidente de Francia,
Este personaje, pretendiendo ocultar su desprecio por las causas justas, camuflajea un discurso con halagos sobre lo que todos los pueblos del Mundo saben: Diego Armando Maradona es el mejor jugador de futbol de la historia.
Emmanuel Macron: los chalecos amarillos empuñando el lápiz con la mano de Maradona se encargarán de escribir su inmigrante y colonial historia
Macron, sin poder escapar de su intricado origen racial, lanza dardos envenenados contra el D10S del futbol, como una señal de fidelidad a quienes, no han podido ni podrán contrariar las definiciones y denuncias del vengador de Las Malvinas ante el poder imperial.
Este neocolonialista europeo, asumiendo que las visitas de Maradona a Fidel Castro y Hugo Chávez, tendrían “el sabor amargo de la derrota”, muestra el más completo desprecio por la hidalguía con que hombres y mujeres, líderes de estas tierras, desprendidos de los más perversos halagos, acompañados por siempre de sus pueblos, se colocan del lado de la historia redentora.
Uno de ellos, aunque les duela en la madre al imperialismo, fue, es y será Diego Armando Maradona.