Javier Benítez
El director ejecutivo de Reporteros Sin Fronteras [RSF], Clayton Weimers, puso el grito en el cielo tras la decisión del presidente de EEUU, Donald Trump, de cortarle los ‘víveres’ a la USAID debido a la corrupción. La RSF quiere hacer creer que es un golpe contra los medios «independientes», cuando en realidad cobran dinero de la Casa Blanca.
Reporteros dependientes
Durante toda su existencia, la ONG Reporteros Sin Fronteras [RSF] se ha llenado la boca diciendo que son una organización de periodistas independientes, que defienden del periodismo independiente, cuando de ‘independiente’ nunca tuvieron nada, más que esa palabra que soltaban por su boca o en sus textos.
Y ahora queda demostrado: su ‘independencia’ dependía del dinero de los sucesivos gobiernos de EEUU, canalizado a través de la USAID, a la cual Robert Kennedy Jr. definió como «la fachada de la CIA». Nunca fue un secreto, la diferencia es que ahora es reconocido abiertamente por integrantes del propio Gobierno de Donad Trump, para descolocar a todos aquellos ‘periodistas independientes’ que hasta ‘hace cuatro días’ han llegado a calificar como conspiranoicos a quienes se atrevieran a decir esa verdad.
Con idéntica dosis de ‘indignación’, que de ‘incoherencia’, la RSF reaccionó a esta decisión de la Administración Trump de quitarle la paguita por diseminar tanta desinformación la mayoría del tiempo. Utilizando su propia plataforma web, ya desde el título reconocían que eran periodistas alquilados por el Gobierno de EEUU: «La decisión de Trump de congelar la ayuda exterior de EEUU sume en el caos al periodismo de todo el mundo».
«La congelación de la ayuda estadounidense está sembrando el caos en todo el mundo, incluido el periodismo. Los programas congelados brindan un apoyo vital a proyectos que fortalecen los medios de comunicación, la transparencia y la democracia. El presidente Trump justificó esta orden alegando, sin pruebas, que una supuesta ‘industria de ayuda exterior’ no está alineada con los intereses de EEUU. La trágica ironía es que esta medida creará un vacío que favorecerá a los propagandistas y a los Estados autoritarios. Reporteros sin Fronteras (RSF) hace un llamamiento a los financiadores públicos y privados internacionales para que se comprometan a garantizar la sostenibilidad de los medios de comunicación independientes», manifestó el director ejecutivo de RSF, Clayton Weimers.
Los periodistas dependientes del dinero del Gobierno de EEUU a través de la USAID son periodistas tan ‘independientes’, que incluso reconocen abiertamente que en Ucrania 9 de cada 10 medios dependen de la financiación de USAID, es decir, del Gobierno de EEUU. «Varias publicaciones locales ya han anunciado la suspensión de sus actividades y buscan soluciones alternativas». Mencionan a la directora de uno de esos medios ucranianos, quien reconoce que el 80% de su presupuesto se ve afectado por el corte del dinero estadounidense.
Es difícil reconocer cuál párrafo del panfleto de la RSF es ‘mejor’ que otro, cuál admite con más claridad que es una organización comprada por dinero de EEUU. La misma directora del mencionado medio ucraniano reconoce en el siguiente párrafo que «la entrada de nuevas fuentes de financiación en estos medios supone un riesgo, pues podrían intentar influir en su línea editorial y su independencia». Claro, porque el Gobierno de EEUU, que los financiaba, no influía en su «línea editorial y su independencia». Y agregó: «Algunos podrían cerrar o ser comprados por empresarios u oligarcas. Creo que el dinero ruso entrará en el mercado, y la propaganda gubernamental, por supuesto, se intensificará». Es difícil entender si quien hace estas declaraciones tiene carencias de lógica, o si es mera manipulación para incautos.
«Decir ‘periodismo independiente’ y que te den dinero países… Te da dinero el gobierno de ese país. Entonces muy independiente no vas a ser porque todo gobierno tiene su orientación política», explica el Dr. Enrique Refoyo, analista internacional.
El experto añade que «es muy ‘interesante’, porque durante los últimos tres años desde RSF se han dedicado a hacer eco de: ‘cuidado con los agentes de Putin en Europa, están en cualquier lado, se disfrazan de periodistas'». «Les gusta hacer mucho lo de ‘puño de hierro, mandíbula de cristal’ y dicen ‘mira, estos son [los agentes de Putin]’. Pero cuando se las devuelven, dicen ‘oh, no, nos están acosando’. ¿No queréis jugar a eso? Pues toma, jugad a eso», ironiza analista.
Refoyo enfatiza que respecto a esas acusaciones de ‘agentes de Putin’, es algo que desde RSF «no han podido demostrar, de ninguna de las formas, pero las tiraban. Y ahora son ellos, a quienes, con todo ‘el carrito del helado’, les han pillado ‘abrazando farolas’ en la noche de las subvenciones, diciendo: ‘¡Ay, Dios mío, que me han dejado sin el dinero de EEUU, y ahora qué vamos a hacer, ¡de qué vamos a vivir!'», satiriza el analista.
«Son ellos [RSF] la misma persona a la que están acusando, de que no son periodistas libres. Es decir, de que les pagan dinero otros gobiernos para decir determinadas cosas. Entonces dices ‘anda, buena descripción de tu trabajo'», concluye Refoyo.