Mi palabra
“La estupidez insiste siempre”
Albert Camus
Por: Narciso Torrealba
Este domingo 29, le pregunté a un amigo opositor, cómo estuvo la marcha de este sábado 28 de María Corina y compañía. Por una razón muy sencilla, la fecha la carga atravesada en ceja y ceja la inhabilitada, como la del cumpleaños, porque tiene un significado fulminante, comienza prácticamente su entierro político y la única opción, de ahora en adelante son las guarimbas, pero sola, es como lanzar cohetes en semana santa de madrugada. Apenas escuchó el amigo la pregunta, cambio de rostro, pero sin llegar a la ira, ya que, nos entendemos, como gente civilizada y además él, aparte de la amistad, no es de esos opositores enfermizos, que hacen añicos un afecto de muchos años, por el odio incontrolable de querer acabar, con todo lo que se le parezca una bandera roja, o piense distinto; a pesar de ser un adeco romulero, hasta la muerte.
La conversación se convirtió en un momento de reflexión del opositor, y a medida, que se iba refiriendo a la frustrada inhabilitada, dejaba muy claro, como se viene alejando del engaño representado últimamente de manera desesperada por parte de una vendepatria, que parece no entender, que mucho antes de marcharse su candidato emergente, viene hablando, como por señas para un público muy ambiguo a través de las redes sociales, porque la desbandada de sus seguidores al abrir los ojos, es prácticamente indetenible al percatarse de la manera tanta enfática de vociferar, para terminar en la arrogancia y la pedantería, como si poseyera cualidades por encima de lo natural al estilo de los personajes creados en Hollywood, la misma mujer maravilla.
El amigo, tocó algo muy importante para analizar y conocer la personalidad y desesperación de una mujer, totalmente manejada y preparada por el aparato mediático del imperialismo, pero que en el fondo demuestra una torpeza extrema, cuando habla de los tales (comanditos), como sí los tuviera amarados, como unos animales para soltarlos en el momento de las concentraciones. Si, en verdad llega a un barrio de la gran Caracas, lo más seguro, es que salga espantada denunciando violación a los derechos humanos, porque al verla la pueden agarrar y aplicarle la misma receta del 28 para cobrarle los muertos y heridos de esos días del mes de julio, en la cual, tiene toda la responsabilidad, sin poder eludirla, ni siquiera con un ejército de mercenarios gringos de escolta, porque llegó al extremo de incitar una revuelta, para después presentarse, con la solución inmediata propia de los gringos: una invasión.
La justicia ha fallado, cuando es de aplicársela a una perfecta traidora a la patria, los motivos son varios –algunas muy entendibles– aún, cuando ha sido inhabilitada, que en algo compensa el daño producido en el país; pero la que no va a fallar, es la que está brotando del propio pueblo, desde abajo, cuando ven los videos de la señalada y los toman para reír o en son de burla, porque da la ligera impresión, que está totalmente ida, algo, que se entiende antes el pesimismo de verse sola, pero no deja de salir con las comicidades propia de una mentirosa; ahora, es el secuestro de los escoltas, dejando al descubierto el miedo al sentirse acorralado y por eso el presidente Maduro, lanzó una información, pero no aclara, si es para estar alerta o simplemente la van a dejar ir, como esos artistas, que llegan, actúan, participan en política y se marchan tranquilamente; la expresión del presidente no despertó ninguna alharaca, pero quedó en el ambiente: “Hoy les digo, la supuesta abeja reina se quedó sin abeja y está preparando maletas para irse”
Lo cierto es, que el tal enjambre anunciado por la imposibilitada a participar en cualquier proceso electoral, no pasó de un puñito de abejas revoloteando desesperadas por volver a su maltrecha colmena. Con decirles, que un señor de esos, capaces de ir en muletas a cualquier convocatoria de la oposición, ni se acordaba del 28 y solamente hizo referencia, cuando el alcalde de Acarigua, estaba celebrando al día siguiente los 404 años de la ciudad, y terminó de enterrarse por casualidad, cuando uno de sus vecinos muy extrañado –le dijo – qué pasó, no te vi con la bandera en la mano, para la concentración de los opositores y este de manera muy sincera le respondió ¡ni me enteré! Esto índica, hasta donde ha llegado el desinterés y apatía por acompañar a la inhabilitada y sus acompañantes.