No ha habido venezolano mayor farsante y tarado, pero convertido en “genio” gracias al poder de El Nacional, que el señor Pedro León Zapata. A pocos días del paro nacional convocado por Pedro Carmona Estanga y Carlos Ortega, poniendo su granote de arena a favor de la conspiración, salió dando unas estúpidas y miserables declaraciones contra el gobierno. Lo entrevistó la periodista Andreina Gómez, del propio medio de los Otero, y veamos los bellos razonamiento de este “genio”. A la pregunta de “-¿Qué opinión le merece el ataque que se hace en contra de los dueños de los medios de comunicación?”, responde “-No está bien que siendo algunos periódicos venezolanos, así como la radio y la televisión medios de difusión tan viejos, sea ahora cuando se vienen a dar cuenta de que están a la orden de no sé qué oscuros intereses. Los oscuros o claros intereses a la orden de los cuáles puedan estar estos medios hoy, son los mismos a los que estuvieron subordinados ayer”.
Y claro que son los mismos intereses. Y sigue diciendo: “En cambio ahora que se sienten fuertes, no porque el gobierno los apoye sino porque ellos apoyan al gobierno, que es la parte ruin del asunto, es cuando se atreven a levantar la voz”. Una total cantinflada, pero ha sido toda la vida este señor, y por eso lo llaman “genio”.
Añade: “Uno está en el deber de decir todo lo que se ocurra (coño, coño), pero no porque lo apoya el gobierno sino porque a uno lo apoya el arte, que es la única verdad que existe para un artista.
Añade: “He tratado de eludir siempre la relación de la cultura con lo oficial, porque creo que es estéril. Cuando me refiero a lo oficial, naturalmente me estoy refiriendo a lo que tiene que ver con poder. Y las relaciones del arte con el poder son lo más detestable y contraproducente que puede haber para la cultura”. Todo el mundo sabe cómo este señor fue uno de los grandes adulantes de Carlos Andrés Pérez, y que luego del 4-F de 1992, comenzó a aparecer en varios micros difundidos por Venezolana de Televisión, dando todo su apoyo a un régimen tan pervertido y cobarde, como el de entonces, y aún con todo su descaro se atreve a declarar: “Es muy indigno andar supeditando su condición de artista, a la de “apoyador” de determinado modo de ver el mundo o de mandar”.
A la pregunta de “-¿Cree que esta situación puede ser interpretada con humor?”, como el Cantinflas cacofónico de las letras que ha sido toda su vida, responde: “El único modo desde el cual esto puede ser tolerablemente visto, es desde el punto de vista del humor porque cualquier otro punto de vista sería intolerable. Tiene que ser vista con humor porque se trata de algo sumamente serio y dramático e incluso doloroso. Es cómico, no es humorístico, porque simplemente ya se trata de una comedia”.